La maravillosa técnica de los hilos mágicos
Los que viven o hemos vivido en zona de costa sabemos que, si el tiempo lo permite, febrero y marzo son prácticamente los últimos meses en los que no vamos a la playa. Cuando empezamos a ver cerca la Semana Santa ya nos empieza a apetecer el buen tiempo y, sobre todo, quitarnos el abrigo de una vez. Pero claro, a veces estas ansias por el calor y el mar nos hacen darnos cuenta de que, tal vez, no estemos del todo preparados ¿Por qué será siempre tan corta la operación bikini?
Sin embargo, es posible que sí lo estemos, que hayamos puesto todo nuestro empeño en bajar esos kilitos que hemos ido acumulando durante el invierno, pero el resultado no es el idóneo ¿Por qué? Tal vez porque no hayamos sabido definir bien o, simplemente, por lo que ya hemos hablado muchas veces y que aun así se nos olvida: a partir de los 30 nuestro cuerpo deja de producir colágeno de la misma manera. Y esto lo que hace es que la piel de todo el cuerpo (parece que solo va a afectarnos a la cara, pero no) deja de estar tersa y de tener esa maravillosa capacidad de volver a ponerse en su sitio cuando hay alguna variación en nuestro peso.
Y una de las zonas en la que esto más se nota, además de la cara y el pecho, no es otra que los glúteos. Si, a veces se nos olvida que están ahí y que tenemos que cuidarlos, y a la hora de ponernos el bikini o el bañador lo único que piensas es que necesitas un milagro.
Tal vez no sea un milagro como tal, pero en la Clínica Cres. Ya había oído hablar de los hilos tensores antes, sobre todo para la zona de la papada, pero aun así era algo que me producía muchas dudas porque la idea de un hilo siempre nos lleva a asociarlo con coser, y parecía que la cosa iba a ser mucho más complicada de lo que realmente es.
He estado hablando con la Doctora Aleyda Maque, médico estético y responsable de la Clínica Cres de Madrid, ya que quería que me explicase un poco más sobre estos “hilos mágicos” y su aplicación, sobre todo, en los glúteos.
“Particularmente esta técnica me gusta muchísimo”, dice la doctora “ya que permite conseguir una sujeción de los tejidos a niveles muy profundos y, sobre todo, porque tiene un efecto muy natural e inmediato”. Según me explica, es una técnica de rejuvenecimiento, indicada especialmente para combatir la flacidez y hacerlo de una manera que no implique cirugía, ya que lo que pretende es elevar la zona a tratar y aportar, de esta manera, un aspecto más terso. “La intervención suele durar cerca de una hora, y se realiza con anestesia local, es mínimamente invasiva. La infiltración de los hilos en sí no molesta. Como mucho puede salir algún cardenal, pero no tiene más complicaciones”, explica la doctora Maque.
Los hilos tensores que se utilizan en la Clínica Cres son hilos suspensorios de Poliodioxanona (PDO). “Es un material reabsorbible, que crea un tejido de soporte completamente natural y que estimula la producción de nuestro propio colágeno y fibroblastos alrededor de cada hilo insertado, por lo que la piel se tensa y redensifica”, dice la doctora. “Los hilos tardan unos tres meses en reabsorberse y que se genere el nuevo colágeno, mientras que los efectos suelen durar un año.
El número de hilos que se implantan depende de cada paciente y lo bueno es que, por lo general, la siguiente vez que el paciente viene a revisión no suele hacer falta volver a ponerle la misma cantidad de hilos porque la piel está mucho mejor, así que si la primera vez pusimos 12 hilos, igual en la siguiente solo hay que poner un par de ellos a modo de mantenimiento”, explica la doctora Maque.
Desde luego se trata de una técnica que a mí me parece bastante innovadora, sobre todo por el hecho de no tener que acudir a una técnica demasiado invasiva y, como apoyo puede venir fenomenal, sobre todo cuando llegamos a una edad en la que ya, por mucho que queramos, nuestro cuerpo ya no responde de la misma manera.
Podéis encontrar la Clínica Cres en Madrid, en el Paseo de Eduardo Dato, 12 – 1ºB o, si queréis más información, llamad al 914 450 004 o podéis visitar su página web.