Me encanta pasear estos días y empezar a escuchar el sonido del agua en las piscinas. Todo huele a verano, el calor está a punto de llegar y con él vendrá un cambio en nuestra manera de vestir: escotes, tirantes, espaldas al aire, shorts…
Pero también llega el momento de mirarnos en el espejo y vernos algo desfavorecidos sin ese tono morenito que tanto nos gusta.
Esta situación se puede prolongar en el tiempo si además sois de aquellos a los que no os gusta el sol, ya que durante los próximos meses hay que enfrentar al calor con ropa cada vez más ligera.
Mi elección en estos días de calor previos al verano siempre son los autobronceadores que, para mí, constituyen una alternativa perfecta a la exposición solar y otorgan los efectos estéticos que proporciona el sol pero sin ninguno de sus riesgos. Son la solución para lucir nuestro cuerpo de manera espléndida y sin contraindicación alguna. Pero recordad que en su aplicación y elección está la clave.
¿Qué son?
Antes de nada, hay que recordar que los autobronceadores son completamente inocuos. Para los que no sepáis cómo funcionan, contienen una molécula llamada DHA (dihidroxiacetona) que al entrar en contacto con la epidermis produce una reacción que provoca la oxidación por la que cambia de color la capa más externa de la piel, durando alrededor de una semana. En general podéis encontrar autobronceadores específicos para cara y otros para cuerpo.
Para obtener un buen efecto y un óptimo resultado, hay que tener en cuenta la tonalidad, textura o efecto que proporciona. Existen los de resultado gradual y otros en el que el resultado definitivo de color es instantáneo.
¡Y lo más importante! La piel necesita una preparación, aunque sea mínima, para que nuestro objetivo sea satisfactorio. ¡Este es el secreto del éxito!
Y por último debemos aplicarlo con paciencia, atención y dedicación para que el efecto sea inmejorable.
Lo primero que debemos hacer es exfoliar nuestra piel, de esta manera la tonalidad será uniforme y equilibrada. Es fundamental exfoliar siempre antes de cada nueva aplicación de autobronceador. En caso contrario comenzaréis a lucir diferentes intensidades y tonalidades, además de alguna que otra mancha, y se perderá el efecto limpio, sano y satinado de la piel que se consigue con una correcta aplicación
Aplicar un autobronceador debe llevar un tiempo, pero hay veces que no disponemos de ese tiempo… una boda, una comunión, una fiesta, un coctel…
Ya sabéis que a mí me gusta investigar hasta encontrar el producto que me convenza, me guste y se adapte a mis necesidades, que también son las de muchas mujeres. Yo necesitaba encontrar un autobronceador que proporcionase un bronceado suave y gradual, pero a la vez de una manera rápida y sin “anaranjar”
¡Y lo encontré! Se llama Gloden Glow, de la firma Lola Tarazaga Tan&Go.
Es un producto en spray y es perfecto para broncearse rápidamente uno mismo cuando surja la necesidad de estar bronceado. Te proporciona un brillo instantáneo en la piel y su composición de DHA proporciona un bronceado duradero hasta una semana. Y me encanta que sus ingredientes son 100% orgánicos.
Y os cuento un truco, para que os dure más…cuando os apliquéis el spray, dejarlo actuar durante 8 horas antes de ducharos, así el resultado será perfecto.
Si queréis un valor seguro dentro de los autobronceadores, os aconsejaría la firma Saint Tropez. Es la marca preferida de las celebrities y su gama de productos es amplísima, hay mucho donde elegir y algunos de acción muy rápida. Sesenta segundos es lo que se recomienda esperar para ver el efecto del Self Tan Classic Bronzing Mousse de Saint-Tropez.
Para quienes recelan de las sorpresas y van a lo seguro, quedan las cremas con color, autobronceadoras o no. Vienen a ser como maquillaje pero valen para todo el cuerpo. Sin sobresaltos: el color que queda al aplicarlos, es el definitivo y duran hasta que nos duchamos, por ejemplo el de Lancaster.
Y lo más novedoso y que además funciona igual que la acción del sol, es la Crema Inteligente de Tegoder. No es un autobronceador. Gracias a su composición, la crema actúa estimulando la melanogénesis y fomentando así la formación de la melanina. Una acción similar a la que realiza el sol pero sin perjuicio para nuestra piel, obteniendo un color natural y homogéneo y protegiéndonos de la radiación solar. La crema inteligente actúa a nivel interno, activando los melanocitos, igual que sucede por la acción del sol y, por tanto, produciendo un tono natural característico de cada piel. La evolución del color de la piel es gradual y homogénea.
Dependiendo de cada piel, se necesitan varios días de aplicación del producto para conseguir el tono deseado.
Bronceado sin sol para todos los gustos, estupendos para los primeros días de verano y prolongar el bronceado después de las vacaciones.
Falta que no manchen. Ya manchan menos que hace años, pero manchan.
El único que de verdad a mí no me ha dejado mancha es el Spray de Lola Tarazaga Tan&Go.
Pero aun así, mejor evitar la ropa blanca, sobre todo, nada más aplicarlo. O, al menos, dárselo por la noche y vestirse después de una ducha matutina. Y, por supuesto, nada de sábanas blancas.