Siempre hemos asociado el fango a una forma de cuidar nuestra piel, dejando en ella un efecto suave y tonificado. Lo cierto es que se trata de un remedio natural con muchos beneficios para nuestro cuerpo que el ser humano descubrió ya hace milenios. Se han utilizado aguas y fangos mineromedicinales desde la época del Antiguo Egipto y el Imperio Romano. En la actualidad, se utilizan especialmente en spas, balnearios y centros de estética.
Las principales propiedades del fango son su efecto exfoliante, que ayuda a la eliminación de los restos celulares y de las impurezas; la hidratación y mejora de la elasticidad, gracias a su alto contenido en minerales como el silicio, el magnesio, el zinc y el cobre; así como su efecto reafirmante y drenante que favorece la circulación sanguínea. Además, el barro también es regulador de la grasa y antiseborreico, es decir, que reduce el aumento de la secreción de las glándulas sebáceas de la piel.
Al momento de colocarlo en la dermis, los dermatólogos recomiendan que el barro debe estar en temperatura ambiente y no debe ser calentado, ya que puede perder parte de sus propiedades.
La terapia con barro relaja la musculatura y la circulación sanguínea. Además, mantiene regulado el metabolismo, lo cual influye positivamente en la digestión, facilitándola.
De acuerdo con el tipo de componentes, existen diferentes tipos de barros que pueden ser utilizados con fines terapéuticos. Por ejemplo, el barro negro es uno de los que más se usan, debido a su untuosidad y a su riqueza en minerales, además de retener el agua por mucho más tiempo. El barro negro posee múltiples propiedades, por lo que es el más utilizado en las terapias para cuidar la piel. Si vas a utilizarlo, deberás saber que tiene que estar libre de impurezas y contaminación antes de comenzar la terapia. Este tipo de barro se emplea, sobre todo, para aquellos tratamientos de belleza del cutis, en especial para la piel mixta o seca.
La piel requiere de minerales como calcio, potasio, bromo y magnesio. Estos minerales se pueden encontrar en el barro negro, que es excelente para la recuperación de la piel; ideal para problemas como erupciones, eczema, psoriasis, arrugas, acné, cicatrices, entre otros.
Otro tipo de barro que puedes encontrar en los spas es el barro que viene del Mar Muerto, el cual contiene propiedades que ayudan a curar trastornos en la piel y mejorar la circulación sanguínea.
Por último, también se recomienda el uso del barro moor: en este se encuentran residuos orgánicos de diferentes hierbas y plantas medicinales. Contiene innumerables vitaminas, aminoácidos y otros compuestos que la piel puede absorber fácilmente. Se recomienda en el caso de sufrir inflamaciones musculares como la artritis o para la recuperación de lesiones deportivas.
Ahora que llegan las navidades y que vamos a disponer de un poquito más de tiempo para nosotras, podemos pensar en dedicar un domingo a nuestro bienestar y aplicarnos una mascarilla de barro en casa, y además por todo el cuerpo. Vamos a tomarnos el domingo como el día de relajación y descanso y de autocuidados, para mimarnos todo lo posible, sin prisas y disfrutando el momento.
Aplicarnos una mascarilla en el cuerpo es casi más agradecido que en el rostro, puesto que está menos saturado de productos. Las rutinas corporales están menos extendidas y como mucho, nos hacemos una exfoliación de vez en cuando, pero poco más.
Las marcas cada vez piensan más en estos momentos de relax caseros y nos ofrecen múltiples posibilidades.
Por ejemplo, la Máscara de barro de Somatoline Cosmetic, un tratamiento fácil de aplicar, que no gotea y que no necesita una película transparente para hacer efecto.
Es el producto perfecto para una acción de choque inmediata contra la celulitis, ideal para todo tipo de pieles, también las sensibles o las atópicas, con resultados probados tras la primera aplicación.
Su formulación está compuesta por un cóctel de activos cosméticos, con el 95% de principios activos de origen natural. Además, su perfume es 100% natural gracias a los aceites esenciales de Menta y Patchouli, que te envuelven en una sensación de spa y relax. Entre sus principios activos destacan: el Extracto de Diente de León, la Arcilla negra, la Escina y el Extracto de Arándano.
¡Es una gozada!
Los rituales de belleza no solo nos deben aportar beneficios para la piel, también deben buscar el objetivo de proporcionarnos momentos de desconexión y bienestar para nuestra mente. El uso de mascarillas ha demostrado ser de gran ayuda a la hora de generar estos momentos de calma, gracias en gran parte al poder evocador que tienen los olores que desprenden, ayudando a relajar el cuerpo y la mente. Deberíamos dedicarnos un día a la semana para disfrutar y desconectar mientras el barro libera sus beneficios.
Las mascarillas de arcilla han conseguido convertirse en las más aclamadas. Sus beneficios procedentes de la naturaleza son tan sorprendentes, rápidos y efectivos que garantizan que quien prueba, repite.
Una de las mascarillas que más me gustan es Deep Cleansing Mask de Omorovicza es mucho más que un tratamiento de limpieza profunda, esta mascarilla de barro húngaro rico en calcio y magnesio despeja los poros congestionados y aporta luminosidad al rostro a medida que extrae las impurezas. Supone un apoyo extra de limpieza para ser usada una o dos veces en semana, dejando la piel increíblemente limpia. Elimina las toxinas e impurezas de manera natural, absorbiéndolas el propio producto que está compuesto de aceites y arcilla blanca.
Esta mascarilla también formulada con el famoso lodo Moor Mud procedente del lago Héviz, el lago termal más grande de Europa, es capaz de regenerar la piel dañada por los radicales libres y el estrés ambiental.
Y para las pieles más sensibles, no dejéis de probar la arcilla roja con una importante acción de tipo astringente, drenante y hasta antiséptica. En cosmética se usa especialmente para aplicar en aquellas pieles que suelen ser más sensibles para poder repararlas mejor, incluso las secas y las atópicas.
También se usa como prevención del alivio de determinados dolores por inflamaciones siempre que sean leves.
Los resultados de aplicar la arcilla roja sobre la piel son una mayor suavidad y firmeza, además de su rejuvenecimiento progresivo, pues con ello se reducen las arrugas, manchas y otros signos que aparecen por el paso del tiempo. En las pieles más maduras, la arcilla roja puede ofrecer mayor luminosidad en nuestros rostros, así la piel está más viva con un tono mejor y consigue estar más revitalizada.