Las lesiones musculares son muy frecuentes, sobre todo en la práctica deportiva, y son la primera causa de baja en el deporte. Aunque no suelen ser graves, pueden afectar a las fibras musculares y a los tendones unidos a ellas. También pueden afectar a los vasos sanguíneos, ocasionando hematomas, y a las terminaciones nerviosas, produciendo dolor.
Las lesiones musculares se producen al someter al músculo o a sus tendones a fuerzas superiores a la resistencia de los mismos. Son frecuentes en deportes de alto impacto que precisan de velocidad y cambios de ritmo.
Pueden producirse en cualquier músculo de las piernas, en los abdominales o en la musculatura del brazo. Los músculos que se afectan con mayor frecuencia son el Gemelo en deportes de raqueta, el Sóleo en corredores de fondo, los Isquiotibiales en velocidad y saltos de vallas, el Recto Anterior del Cuádriceps y el Aductor Largo en futbol.
Hay varios tipos de lesiones musculares:
Lesiones musculares directas. Son lesiones que se producen por un daño ejercido de forma directa sobre el propio músculo.
Inflamación muscular de comienzo retardado. Se trata de un dolor que no aparece durante la práctica deportiva sino entre 24-72 horas después de un ejercicio intenso o desacostumbrado.
Calambre. Es una contracción involuntaria, intensa y dolorosa de varios grupos de fibras musculares debida a un esfuerzo exagerado sobre dichas fibras. Suele durar poco (segundos o pocos minutos). Habitualmente aparece al inicio y al final de la práctica deportiva, al principio porque el músculo no está bien calentado y al final por fatiga y deshidratación.
Contractura. Se trata de una molestia muscular sin traumatismo directo que se acompaña de dolor a la palpación sobre el músculo dañado y dificultad para su movimiento. Aparece de forma repentina y puede durar varios días. Es más o menos grave en función del número de fibras afectadas.
Distensión. Es un estiramiento exagerado del músculo sin que llegue a romperse; es el conocido “tirón” muscular. Cursa con dolor difuso e inflamación. Se produce en músculos llevados al límite de su elasticidad.
Contusión. Se produce cuando el músculo se golpea o es golpeado contra una estructura rígida. Son muy frecuentes en los deportes de contacto. Produce dolor difuso e inflamación.
Rotura fibrilar o desgarro muscular (rotura parcial). Es la rotura de un número de haces musculares sin que llegue a afectar a todo el espesor del músculo. El paciente refiere haber oído un chasquido. Se produce una sensación de latigazo con dolor intenso y con la aparición de un hematoma de tamaño variable.
Rotura muscular (rotura total). La inflamación se produce de forma inmediata y la piel se pone roja y caliente. El dolor es intenso y se puede apreciar un hundimiento de la zona afectada (signo del hachazo). Es más frecuente que se produzca en las extremidades inferiores y la persona no puede apoyar el lado afectado. El tratamiento precisa cirugía.
Lesiones musculares indirectas. Son lesiones en otros tejidos que repercuten en el músculo. La capacidad de cicatrización de este tipo de lesiones es menor que la de las lesiones directas.
Hasta el momento, los tiempos de recuperación de las lesiones musculares han sido largos, pero una reciente investigación publicada en la revista Nature Communications afirma que el equipo de investigadores dirigido por el catedrático de Biología del desarrollo de la UCAM, Juan Carlos Izpisua Belmonte, han conseguido regenerar el tejido muscular tras una lesión reduciendo a la mitad el tiempo curación y recuperación.
Los primeros avances de dicha investigación muestran que el uso de los factores de Yamanaka aumenta la regeneración de las células madre musculares o células satélite en ratones, activando los precursores de las células musculares. Se acelera así la formación de nuevas fibras y se acorta el tiempo de regeneración muscular a la mitad.
Esta investigación proporciona una gran información sobre los mecanismos de regeneración y crecimiento muscular que ayudará mucho a deportistas y personas mayores a regenerar el tejido muscular de manera más efectiva.
“Nuestros estudios tienen como finalidad ayudar a pacientes a recuperar la movilidad que se pierde por enfermedad o por envejecimiento, así como la posibilidad de reducir el tiempo de recuperación en deportistas tras una lesión muscular”, afirma Juan Carlos Izpisúa.
En la investigación han participado otros prestigiosos investigadores como el Dr. Pedro Guillén, Fundador de Clínica Cemtro, Clínica de excelencia FIFA, Director y catedrático de traumatología del deporte de la UCAM y decano honorario de su facultad de medicina.
“Todos los músculos son el músculo. La lesión muscular es la primera causa de baja en el deporte y el 60% sufren de re- roturas. En mi larga vida profesional he atendido a centenares de deportistas, profesionales o no, y a personas con lesiones musculares sin poder acortar el tiempo de curación. Siempre hemos buscado una razón para investigar sobre la lesión muscular y solo es imposible lo que no se intenta. Los médicos estamos en deuda con los deportistas lesionados de los músculos y debemos investigar para curarles antes y mejor”, señala el Dr. Pedro Guillén.
Como indican los autores de la investigación, esta técnica podría ser muy favorable también para la recuperación de la masa muscular en pacientes con movilidad reducida por motivos como el Covid 19 y en el tratamiento de la atrofia muscular durante el envejecimiento. Ha sido un trabajo de investigación largo y duro llevado a cabo y financiado por la UCAM, la Fundación Pedro Guillén, la Asociación de Futbolistas Españoles y la Fundación Mapfre Medicina. Cuenta además con la colaboración del Comité Olímpico Español.
Como afirman los propios autores, “en la necesidad del esfuerzo encontramos la fuente principal del progreso de las sociedades”. Por eso todos los esfuerzos que se llevan a cabo en investigación son dignos de admirar y de agradecer.