El aceite de la vida
Si queréis probar un truco infalible para sentiros mucho mejor… ¡no olvidéis tomar una cucharada de aceite de oliva en ayunas cada día! Unos minutos después podréis prepararos un buen desayuno: una taza de café, leche con cacao, zumo de naranja, huevos revueltos, tostadas con tomate y aceite, cereales… ¡lo que más os guste! Pero el aceite de oliva en ayunas es nuestro ingrediente secreto para estar más sanos y frescos.
El aceite de oliva es el más saludable, la mayor proporción de sus grasas son ácidos grasos monoinsaturados que resisten bien el calor, son ideales para freír. Entre los numerosos beneficios de este aceite, encontramos:
- La disminución del riesgo cardiovascular.
- Ayuda a controlar otros trastornos que aumentan el riesgo como la diabetes o la obesidad.
- Ayuda a las lipoproteínas a ser más resistentes a la oxidación (el proceso oxidativo es determinante para el desarrollo de las enfermedades coronarias y vasculares, produce inflamación y arteriosclerosis)
- El ácido oleico, componente principal del aceite de oliva, contribuye a disminuir el colesterol LDL ('colesterol malo'), sin reducir los niveles de HDL ('colesterol bueno').
La ingesta diaria recomendada de aceite de oliva es de 3 a 6 cucharadas soperas al día, teniendo en cuenta que cada cucharada equivale a 10 ml. Esta cantidad incluye tanto la que se utiliza para cocinar, como para aliñar. El aceite es un muy buen complemento de las ensaladas, el pan tostado y como aliño de pastas y arroces, en vez de utilizar salsas procesadas ricas en grasa saturada.
Una buena idea, que yo suelo hacer mucho para añadirle sabor al aceite, es dejar ajo, pimentón, guindilla o cualquier otra sustancia en el aceite de oliva varios días y así fundir ambos sabores, lo que hace que sea especialmente sabroso.
Ya os he contado que el aceite de oliva virgen extra es buenísimo para la circulación, la piel, el pelo… pero lo que no os había contado antes es que tomarlo en ayunas multiplica sus propiedades, ya que sus nutrientes se absorben directamente (como sucede con todos los alimentos) y además aporta otros muchos beneficios inmediatos:
Mejora el funcionamiento del aparato digestivo: reduce la acidez gástrica, estimula el tránsito intestinal, favorece la absorción de nutrientes y se potencian sus propiedades antiinflamatorias (que ayudan a calmar la gastritis).
Estimula el funcionamiento de la vesícula biliar, reduciendo la formación de cálculos biliares y ayuda a disolver y expulsar las piedras ya formadas.
Ayuda a dejar de fumar, tomar cinco gotas de aceite de oliva extra virgen en ayunas cada mañana contribuye a reducir los efectos adictivos de la nicotina. ¡Funciona!!
Ayuda a adelgazar, el aceite de oliva en ayunas calma el apetito porque tiene efectos saciantes.
Otra forma de tomar aceite de oliva en ayunas es mezclarlo con zumo de limón y agua caliente: así conseguiremos un té calentito con superpoderes. Al sumar las propiedades de ambos ingredientes, obtenemos un antídoto aún más potente y rico para desintoxicar el organismo.
En definitiva, el aceite de oliva en ayunas es un remedio económico y sanísimo ¿alguien da más?
¡Pues sí, los aceites de oliva de Maeva!
En 1930 se fundó Aceites Maeva, una empresa familiar dedicada de generación en generación a la elaboración de aceite de oliva virgen extra, y que yo he conocido hace poco.
Sabéis que me encantan las ensaladas, pero hay algo que me incomoda enormemente y es el aliño, sobre todo del aceite porque siempre se escurre la botella, echas un chorro demasiado grande, no calculas bien, gotea…
Pues Maeva ha creado los aerosoles de aceite de oliva virgen extra y para mí ha sido un descubrimiento. Es súper práctico, no mancha, sabes la cantidad que gastas, es muy limpio…
A partir de ahora mis guisos van a ganar en sabor porque además Maeva ofrece aceites con esencias, que están riquísimos: Con albahaca (para pasta y ensaladas), con limón (para el pescado), con ajo y perejil (para carnes), con guindilla (un toque picante para los más atrevidos)…
¡Di sí al aceite de oliva, y apuesta por la salud con un toque diferente!