Creo que es algo que nos ocurre a todos: en cuanto bajan las temperaturas, y más en un clima tan seco como el de Madrid, la piel empieza a perder hidratación y, con ello, el tono se apaga y la textura parece más áspera. Por eso, en una época como esta en la que el clima daña tanto a nuestra piel, creo que es el momento de fijarnos, más que nunca, en las propiedades de los productos que utilizamos para nuestra piel.
Después de mucho probar distintas cosas, lo que mejores resultados me ha dado (con diferencia) son aquellos productos que están hechos a base (o contienen unos niveles importantes) de aceite de argán. Me parece algo que, siendo tan natural como es, aporta unos resultados increíbles. Y ese es otro factor importante: no darle a nuestra piel más productos químicos y artificiales de los absolutamente necesarios. Por nuestro propio bien y el del medio ambiente, claro.
El aceite de argán es un óleo que se obtiene después de secar al sol el fruto del árbol del argán, originario de África. El hecho de que se sequen al sol es muy importante, porque no altera la composición del aceite ni lo expone a temperaturas demasiado altas. Es un aceite muy rico en antioxidantes, vitamina E y gamma tocofelol, lo que le confiere una gran capacidad regeneradora e hidratante. Por ello, previene y trata las arrugas, irritaciones y cicatrices. Por todo esto, quiero contaros qué productos de aceite de argán utilizo yo y cuáles son sus aplicaciones.
Para el cuerpo uso el aceite de argán Lilu. Principalmente porque es un óleo puro de prensa en frío. Hay algunos que se venden como puros pero no lo son en realidad y, por ello, debemos saber reconocerlo: el aceite de argán es muy clarito y con una textura suave pero resistente. Normalmente un par de gotas nos sirven para aplicar en una zona bastante amplia. Por ejemplo, yo lo utilizo tanto para irritaciones en el cuerpo como rozaduras, y también es muy eficaz para tratar las estrías. Bastará con un poco de aceite, ya que se extiende fenomenal y cunde muchísimo. También lo utilizo para el pelo y las uñas, ya que fortalece las fibras y, por su gran capacidad regeneradora, renueva las células. En el pelo me lo aplico desde la altura de las orejas más o menos hasta la raíz antes de dormir y a la mañana siguiente me lavo el pelo, que queda brillante y reparado. Os lo aconsejo, sobre todo, si tenéis el cabello muy fino y tiende a enredarse o si os lo teñís con frecuencia.
Para la cara y el cuello he probado la crema de Tratamiento Intensivo Reparador con Aceite de Argán y Ácido Hialurónico Vegetal y el Suero Facial Multiactivo de Aceite de Argán y Ceramidas Vegetales, ambos de L’Erboristica Di Athena. En su conjunto es un tratamiento intensivo y reparador, muy hidratante y completamente natural. La crema redefine el óvalo facial, actúa contra los signos de la edad, hidrata y protege la piel gracias al aceite de argán y al ácido hialurónico vegetal. Además, para completar la fórmula, contiene proteína de trigo, manteca de karité y aceite de jojoba, lo que lo convierte en un producto profundamente hidratante y reparador, ideal para pieles secas o irritadas. Eso si, el aceite de argán tiene efecto antibacteriano, por lo que también es beneficioso para evitar la aparición de acné en pieles mixtas y grasas. En cuanto al Suero Multiactivo, está especialmente pensado para reparar la piel durante el descanso nocturno, estimulando la regeneración celular. De esta manera, al despertar la piel está descansada y con una textura más agradable, además de protegida contra el efecto de los radicales libres.
Otro factor importante, como os he dicho antes, es que estos productos no contienen elementos derivados del petróleo y son respetuosos con el medio ambiente. Por todo esto os aconsejo que antes de poneros nada en la piel leáis bien qué elementos lo integran y, si incluyen algo tan natural y tan beneficioso como el aceite de argán, mejor que mejor.