Manuel, de Artpel: "Los clientes con prótesis capilar son más seguros y felices"
A todos se nos cae el pelo a diario. Pero muchas veces esta caída tiene lugar de forma exagerada, afectando a nuestra estética. Algunas de las razones pueden ser estrés, nervios, depresión, algunas enfermedades, malos cuidados de nuestro cuero cabelludo o simplemente hereditario.
Esta falta de cabello muchas veces puede llegar a perjudicar a nuestra autoestima, haciéndonos sentir inseguros y descontentos con nosotros mismos. Ante esta situación Manuel Gómez Fuerte, jefe la peluquería Artpel desde hace 44 años, ofrece una solución a nuestro alcance para que esta caída del cabello pase desapercibida.
Los peluquines de toda la vida podrían ser una de las soluciones, pero estos normalmente se notan y consiguen el efecto contrario al que se busca de pasar desapercibidos, ya que por lo general no están hechos para una cabeza en especial, y no coincide con la forma y muchas veces ni con el color natural de quien lo necesita.
Desde hace mucho tiempo, a Manuel la gente le trasmite sus complejos respecto a la falta de pelo. Manuel nos cuenta que antes la calvicie era un problema y que durante mucho tiempo la gente era reacia a los peluquines y esa forma de taparla, ya que no estaban bien conseguidos. Gracias a la mejora en la técnica que ha tenido lugar, “la juventud se pone pelo otra vez” dice Manuel.
En Artpel “hacemos prótesis capilares, totalmente invisibles, finas y transpirables” dice Manuel. Estas prótesis se adaptan a la piel de quien las necesita mediante una cinta adhesiva especial para este uso. Además, estas prótesis son suaves y como una segunda piel. Ellos toman las medidas necesarias en cada persona, unas medidas que son únicas y las hacen de manera externa a la peluquería.
Cada una de estas prótesis se hacen a mano con pelo natural sobre un fino tul e inyectadas en una fina base plástica que hace de segunda piel. Pero siempre según lo que necesita y desee el cliente, tal como el color, el largo, el peinado y hasta si lo quiere natural o sintético. Siempre consiguiendo el efecto de invisibilidad que buscan.
Esto plantea una alternativa a la operación de trasplante de pelo, tan de moda últimamente. Pese a que estos trasplantes van bien, no se adaptan a todo el mundo, ya que para conseguirlo se coge el pelo de la propia persona y se mueve de lugar. Por tanto, muchas veces para conseguir repoblar de cabello una zona afectada de gran tamaño, se quita de otra, consiguiendo así que ambas zonas tengan menos cantidad de cabello. Por tanto, cuando la zona que se quiere tratar es muy grande, lo mejor es una prótesis de este tipo, en lugar de un trasplante.
Todo esto supone una mejora en la autoestima de las personas que han perdido pelo. Manuel nos cuenta que sus clientes al usar este tipo de prótesis han sufrido un cambio total. “Son otras personas, están seguros de sí mismos y son felices” dice Manuel.
Para mantener esta felicidad, el cuidado de la prótesis es algo que es necesario, ya que, al igual que el cabello natural de cada uno, hay que mantenerlo limpio para que conserve su brillo y buen aspecto. Manuel cuenta que hay que mantener muy limpio nuestro cuero cabelludo para que no se note la prótesis. “Se puede lavar puesta, como si fuera nuestro pelo, con un champú normal, pero está bien traerla a la peluquería cada 15-30 días para poder adaptarlo y darle un cuidado óptimo” dice Manuel.
Según el modelo que se tenga, suponen una alternativa mucho más económica que las operaciones de pelo, ya que las hay desde los cuatrocientos euros hasta los aproximadamente mil euros según las características que se exijan. Pueden durar desde seis meses hasta los dos años, siempre y cuando se proporcionen los cuidados indicados. Aunque muchas duran mucho más.
Como último consejo, Manuel explica que: “No hay que lavar el pelo con agua caliente, hace que se abran los poros y con ello se cae la raíz del pelo, es recomendable el agua tibia, no más caliente que la temperatura del cuerpo, no hace falta que sea agua fría”.