Aceites Vegetales que favorecen nuestra salud
Desde que se empezó a hablar y a conocer los daños que el Aceite de Palma puede provocar a nuestro organismo y a nuestra salud, me paso la vida leyendo los ingredientes de cada alimento que compro. En realidad me alegro de estar cada día más pendiente de lo que como, porque hasta ahora no estaba tan al día de los hidratos de carbono, grasas saturadas, azúcares, proteínas o sal que contienen los productos que consumo.
Más allá de la preocupación por los daños que dicho aceite entraña para el medio ambiente y los bosques tropicales de todo el mundo, cada vez hay más datos que confirman la cara oscura de este producto, que se está convirtiendo en todo un ejemplo de lo que es una grasa poco saludable.Estas son las principales razones por las que hay que huir de aquellos productos que contengan este aceite en su composición:
- Por su alto nivel de grasas saturadas, que se acerca más al de las grasas animales sólidas que al de los aceites vegetales. Puede aumentar el riesgo de diabetes y problemas cardiovasculares.
- Por su bajo perfil de ácidos grasos insaturados. El aceite de palma es uno de los aceites vegetales con menor porcentaje de ácidos grasos insaturados.
- Por su proporción de ácido palmítico, muy poco saludable.
- Por la presencia de sustancias cancerígenas en cantidades no reguladas.
- Por su omnipresencia en nuestros alimentos. Es muy difícil no encontrarse aceite de palma si somos consumidores de productos alimentarios manufacturados, pues es omnipresente: helados, pasteles, chocolatinas, cremas, mayonesas, purés, derivados cárnicos, derivados lácteos… Esto hace que sea especialmente peligroso ya que lo consumimos de diversas fuentes sin control.
La única solución para evitar un consumo excesivo es leer siempre el etiquetado nutricional con el fin de detectar aquellos productos que lo contiene.
Pero no hay que deprimirse, hay otros muchos aceites vegetales que sí pueden beneficiar a nuestra salud, siempre que se consuman de forma moderada. Por ejemplo:
Dentro de los aceites vegetales más famosos está el de argán, el cual contiene ácido linoleico y vitamina E, que tiene efectos positivos para el tratamiento del acné y la psoriasis. Previene el colesterol malo, aumenta el bueno y ayuda a mitigar los dolores reumáticos. Del mismo modo, regenera la piel y el cabello, y fortalece las uñas.
El aceite de Semillas de uva es rico en antioxidantes y tiene propiedades anticoagulantes y antiinflamatorias. Fortalece el sistema inmunológico, aumenta el colesterol bueno y reduce el malo, controla los triglicéridos y previene la hipertensión, la obesidad y los infartos. Se puede utilizar como aceite hidratante ya que fortalece la piel, combate el acné y disminuye la celulitis.
Ya os he hablado en otras ocasiones de los beneficios del Aceite de Germen de trigo, del cual soy muy fan, por su riqueza en vitamina E que ayuda a prevenir el envejecimiento.
Además, ayuda a fortalecer el corazón, previene las estrías, reduce el estreñimiento y es bueno tomarlo cuando existe fatiga mental o depresión. Para las mujeres es perfecto, pues reduce los síntomas cuando la regla es irregular.
El Aceite de Borraja tiene propiedades antiinflamatorias que le permiten luchar contra la artritis reumatoide. Es muy hidratante, cuida el cabello y las uñas, y es recomendable para dermatitis atópicas, psoriasis y eccemas. Este aceite en concreto no está recomendado para las mujeres embarazadas. Así que especial cuidado si crees que puedes estar en estado de buena esperanza.
El Aceite de Onagra o Prímula favorece la elasticidad e hidratación de la piel. También alivia los síntomas de la menopausia.
El Aceite de Coco, muy conocido y muy beneficioso para la piel ya que hidrata muchísimo. Está especialmente indicado para pieles secas y mejora los cabellos castigados. Yo personalmente no recomiendo este aceite para su consumo ya que tiene alto contenido en grasas saturadas. Cuidado sobre todo aquellos que tenéis problemas con el colesterol.
El Aceite de Maíz puede ayudar a combatir enfermedades neurológicas, circulatorias o vasculares y la esterilidad.
El Aceite de Soja combina la vitamina A con la E, lo que ayuda a hacer mejor la digestión y sentirnos menos hinchados. Asimismo, su riqueza en Omega 3 y Omega 6 es beneficiosa para el sistema nervioso y el corazón.
El Aceite de Calabaza con propiedades que favorecen el funcionamiento renal. Además, es aconsejable tomar este aceite en casos de caries, caída de cabello o fragilidad de las uñas.
El súper conocido Aceite de Girasol, rico en vitamina E y ácidos linoleicos y oleicos. También ayuda a regular el colesterol y los triglicéridos, evita problemas circulatorios y cardiovasculares y mejora nuestra piel.
Y por último el Aceite de Oliva, el más rico en ácido oleico, beneficioso para reducir el colesterol malo y aumentar el bueno. Ayuda a prevenir la arteriosclerosis y combatir las enfermedades del hígado, la insuficiencia hepática y el estreñimiento. Por otra parte, favorece la absorción del calcio y estimula el crecimiento.
¡Y si puede ser Aceite de Oliva Virgen Extra, mejor que mejor!