La cumbre de la OTAN, celebrada hace pocos días nos ha dejado un buen sabor de boca tanto a nivel político como social. Pero lejos de todo esto, la moda también ha acompañado esta cumbre con los estilismos de las primeras damas de los principales mandatarios. Indudablemente, la foto ha sido una: las alpargatas de cuña que han calzado todas las primeras damas de la OTAN.
No solo la Reina Letizia, también Jill Biden, Begoña Gómez o Annik Penders eligieron este calzado para visitar La Granja de San Ildefonso. Un guiño diplomático al zapato español estival por excelencia.
Está claro que la cumbre de la OTAN ha servido para popularizar aún más este calzado “made in Spain”. Ha sido muy llamativo el furor que este calzado ha desatado entre las primeras damas. Las alpargatas se convirtieron, sin comerlo ni beberlo, en el calzado 'oficial' de la visita.
No es ninguna novedad que la reina Letizia es una fan declarada de las alpargatas con cuña. Y en esto nos parecemos mucho la Reina y yo. No puedo estar más enamorada de este calzado al que recurro verano tras verano.
Doña Letizia apuesta por sus modelos favoritos de firmas españolas como Castañer, Mint & Rose o Macarena Shoes y yo apuesto por las cuñas de mi querida Ana de su firma Ángel de la Guarda.
Ana, al igual que sus diseños, me tienen fascinada. Con todas las ganas y toda la energía del mundo Ana llegó a diseñar su propio calzado y ha conseguido que se convierta en una maravilla de elegancia y comodidad para el resto de las mujeres. Estas cuñas fascinan, humanizan y embellecen, son sandalias con una clara misión, que las mujeres vayan muy guapas pero muy cómodas.
Como dice Ana, todos tenemos un ángel de la guarda que nos cuida y el suyo ha dado nombre a su marca. Sus cuñas están conquistando a las expertas en moda por su estilo glamouroso, artesanal y hippie chic. Además de tener un estilo súper bonito y hasta romántico, combinan con todo: desde unos sencillos vaqueros de cualquier corte, hasta los vestidos de punto o camiseros de temporada, trajes largos… No hay combinación que se le resista.
“Mi obsesión es que fueran como joyitas en los pies, pero igual de cómodas que sino llevaras tacón y que no te duela la espalda, ni la cabeza porque vas taconeando… y ahí he puesto todo mi aprendizaje de estos últimos 5 años. Es muy boutique porque considero que cada vez es más un accesorio de moda, no es zapato. Te haces un look perfecto con una camiseta, las cuñas y un bolso. La cuña viste mucho, estiliza mucho y sube el culete.”
“Mi mejor recompensa es que la clienta las pruebe, las use mucho y repita porque ahí está mi fuerza frente a otras marcas. Todos los patrones que hago los pruebo y si no los aguanto no las hago porque tampoco las va a aguantar una persona con juanetes o con fibromialgia, o pies sensibles… Quiero que la mujer vaya cómoda, pero vaya guapa y se ponga estilosa cada día.”
“A nivel colorista mi inspiración viene de la naturaleza, las flores, los pájaros… Y luego los indios nativos americanos, que me apasionan las pinturas que llevan en la cara… Y de ahí saco las mezclas de colores. Y para diseñar no sigo tendencias, la creatividad me viene sola, a lo mejor estoy mirando el mar y la idea me viene desde atrás del pensamiento y me pongo a recortar, porque ni siquiera dibujo, la creo según me viene. Soy muy mediterránea y por eso creo que han triunfado tanto en Italia, en la Costa Azul, en Grecia y en la parte de España mediterránea pura, porque refleja nuestro estilo de vida, mucho mar, mucho sol, mucha alegría y ahí creo que recojo un poco la esencia del carácter mediterráneo y latino, para hacer ese coctel en colores, pieles y fibras.”
Parece que las mujeres nos hemos propuesto estar cada vez más bellas y más estilizadas, eso sí, de la forma más cómoda posible. Por eso, cada verano, las sandalias de cuña se presentan como la opción todoterreno más versátil y atractiva a la hora de acompañarnos las veinticuatro horas del día y con cualquier outfit. Con cuñas de madera, esparto, corcho o rafia; de alturas vertiginosas o algo más bajitas… vamos a entrar pisando fuerte en la temporada estival gracias a las reinas absolutas del día y la noche.