No quería que acabase esta temporada palafitera sin poner un titular largo y ya está puesto. Tampoco es gratuito porque lo ocurrido antes de la última cena vista anoche parecía escrito por un guionista desesperado a quien le hubieran amenazado si no conseguía hacer un último programa previo a la final con algunos argumentos llamativos. Y todos sabemos que si hay algo llamativo en un reality son los conflictos. A todos nos gustan los conflictos, salvo excepciones, y estos días previos a la final podrían ser una de esas ocasiones especiales en las que preferimos paz y concordia en lugar de broncas.
Ya sé que no hay guionista alguno, aunque puede haber concursantes con talento para suplantar esa labor y ganas de hacerlo. Craso error (¡meeec!). Creo que en este caso es Sonia quien pretende vender conflicto donde no lo hay, y se equivoca porque no es eso lo demandado por la mayor parte de la audiencia en este momento. Más le valdría pasar por alto determinadas actitudes, de sobra conocidas por ella, e intentar que hubiera paz. No estoy de acuerdo con el fantástico Boris en que deba mantener el papel de mala hasta el final, porque precisamente en esta hora lo que más se agradece es que sean buenos. O lo parezcan.
De acuerdo que Tatiana sigue siendo la misma, dispuesta a reclamar una pequeña porción de comida porque a alguien le ha tocado un poquito más que a ella. De acuerdo igualmente que Rosi no sabe dividir un quesito entre cuatro (si es entre tres igual se bloquea para siempre, y no te digo entre trece). Y también de acuerdo que Rosa intenta sacar tajada a la mínima, combinando la pose airada entre sus compañeras con el tono lastimero tirando a dramático abusivo en cuanto tiene una cámara delante a punto de conectar en directo.
Nada que no supiéramos. Por tanto, no procede a estas alturas hacerse cruces por ello. Según nos mostraron anoche, han discutido más en dos o tres días que en las últimas dos o tres semanas. Un poco raro, ¿no? Algo forzada esta situación, aunque hay otra parte tan real como que Rosa se enfada porque no la han traído atún de esa compra realizada con 500 lempiras por Tatiana y Rosa en un mercado cercano. Pero es que, ¡señor mío! no había atún. Si hubiera pedido sopa 'Maggi' o patatas 'Lays' no hubieran tenido problema ninguno (perdón al departamento comercial por lo de las marcas).
O sea, entre las ganas de dejar mal a los demás y la necesidad de comer algo decente por fin, se han pasado sus últimas horas juntas en los cayos discutiendo y de mal humor. Debería plantearme hacer uno de esos decálogos que tanto me gustan sobre lo apropiado en un buen superviviente, aquellas cosas que deben hacer o no en el concurso. Por ejemplo, no deberían nunca enfadarse los últimos días.
Han de tener en cuenta que el final está cercano y es un error discutir por unas micras de queso cuando sabes que te esperan todos los manjares habidos y por haber a la vuelta de tres o cuatro días. Ante todo, no están satisfaciendo los deseos de la audiencia, y eso es básico. Los espectadores pedimos y esperamos un poco de tregua para los últimos días, ver a concursantes que se han llevado a matar durante tanto tiempo confraternizando como si fueran amigos de toda la vida.
Las motivaciones del ser humano son todo un enigma a veces. A saber porque nos gusta verles pasando por alto conflictos y envidias cuando están ante la final. Tal vez porque nos gustaría poder hacer lo mismo en nuestras vidas y por unos días poder sentarnos en el mismo sofá con nuestros enemigos, o aquellos que fueron amigos y ya no lo son tanto, departiendo como si nada hubiera sucedido. Y porque tras haber disfrutado las broncas necesitamos seguir creyendo en el ser humano comprobando que quienes casi se matan ahora pueden convivir. Aún digo más, en realidad nos gusta ver como se quieren, por aquello de que el roce hace el cariño. En esta emulación de circo romano catódico el pueblo pide carnaza primero pero luego quiere ver como se lamen las heridas romanos y fieras, a ser posible unos a otros.
Por eso se equivocan todas en esta hora final. Me resistiré a que me acusen de ser un machista si menciono algo relativo a la condición femenina de las cuatro concursantes y la manifiesta dificultad de llevarse bien entre ellas, entre otras cosas porque tampoco he creído nunca en los clichés, aunque bien es cierto que he conocido bastantes mujeres que confesaban estar más a gusto trabajando con hombres antes que con mujeres, por ejemplo.
En el caso de Sonia no solamente se equivoca al contribuir a la confrontación sino que tiene la mala suerte de que quien le da pie es Tatiana y no Rosi. La cordobesa está siendo la más lista ahora, difuminándose en el entorno hasta desaparecer en cuanto el conflicto acecha. Es lo mejor que puede hacer si quiere tener alguna posibilidad ante Sonia esta noche. También es cierto que en el programa de anoche decían que la votación estaba casi igualada (51 por ciento frente a 49). A lo mejor por confiarnos y no votar termina plantándose Rosi a la final. Eso o los votantes que apoyan a la catalana se esperaron a que terminase el programa para empezar a votar. Hay más posibilidades pero debo pasar a otra cosa.
Y esto fue lo de las horas anteriores a esa última cena en la que solo había cuatro personas y Raquel de convidada de piedra. Si entramos en detalles igual va a ser peor, porque me pareció escuchar a Tatiana decir que de pequeña sus padres le daban "siempre para desayunar leche condensada con galletas". ¿Siempre? ¿Leche condensada? ¡Por el amor de Dios! Menos mal que está crecidita porque sino más de uno reclamaría que le quitaran la custodia a esos padres.
Por lo demás, ya me extrañaba que no saliera a relucir lo de la prueba última de líder y los hoyos supuestamente obra de Sonia y aprovechados por Tatiana para ganar. Fue motivo de discusión en nuestros comentarios y anoche vimos volver a este tema. Mi resumen es escueto: Sonia no tiene buen perder, casi igual que tampoco Tatiana sabe bien ganar. Es posible que a esta le ayudasen las hendiduras (hablar de hoyos es una exageración) hechas previamente en la arena pero imposible que eso decidiera su triunfo. Y ya está.
Eso sí, me parece llamativo que se vuelva esto y nadie diga una palabra del corte de mangas que hizo Tatiana. Entre ver a Sonia contrariada buscando cualquier excusa para justificar haber perdido (algo habitual entre personas muy competitivas) y la mala educación de Tatiana haciendo un corte de mangas cuando se supo ganadora, es evidente que entiendo y excuso mejor lo primero. El gesto del corte de mangas es desconsiderado con la audiencia y un ejemplo horroroso.
En cuanto a la cena, comieron como lechones, lo cual era de esperar. Mezclaban pollo con frutas bañadas en chocolate y luego volvían al pollo, con la ensalada entre medias. A decir verdad, si me paso tres meses comiendo poco, con una dieta que al final terminó adelgazando hasta a Jessica (a quien vimos en el previsto momento de "Qué delgada estoy, Mari"), compuesta fundamentalmente por arroz y pescado, creo que montó una guerra mundial si me ofrecen una cena con fruta y ensalada. Por todos los Santos, que les pongan un chuletón de buey, un entrecot a la pimienta, un lomo bajo con chimichurri, un steak tartare bien marinado, o similar. ¡Un poco de caridad!
A espaldas de lo que pasa en Honduras (donde ya no debe quedar ni el Tato), en el pequeño universo de nuestros comentarios (mucho más divertido a veces que el propio concurso) se suscitó ayer una de esas polémicas impagables que quien no lo siguiera podrá descubrir después de este montaje de imágenes con casi todas las caricaturas (faltan algunas) de Javier B.V, quien me promete último trabajo para mañana dedicado a la ganadora. ¡Hasta ahora!
¡Ya estoy aquí otra vez! Pues bien, Montalvo (¡ese hombre!), ávido de fama y platós, dijo un día de estos (siento no ser más preciso pero lo que diga este sujeto me es bastante indiferente) que en sus palabras a Rosa (aquel poema inolvidable) había oculto un mensaje que solamente ella entendería. No descarto que se esté tirando el folio y hayamos caído todos. Lo que tampoco sabía él es hasta que punto sus palabras nos iban a servir para pasar un buen rato.
Tampoco vamos a hacer una tesis doctoral sobre esa muestra de literatura decadente, que bien podríamos encuadrar dentro de un movimiento que se llamaría... ¿los ágrafos?. Pero vamos, que tiene guasa descubrir la supuesta clave oculta. ¿Tal vez un acróstico? ¿Acaso un complejo palíndromo? ¿Esconde alguna palabra un significado pactado? Para poder seguir jugando, pondré aquí la transcripción publicada en su día, como ya hice en el hilo de comentarios de ayer:
¿Están allanando el camino? Esto lo dirá por Belén Esteban, que lleva toda la semana pidiendo el voto para Rosa sin enterarse de que todavía no toca. Lo de la verga dura siempre pensé que era premonitorio, poco después llegaría Arturo. La cruz del cuello puede ser por el collar de Rosa, porque Sonia lleva la cruz más bien en la cadera, de donde cuelga a menudo el maldito mono de trapo. Creo que la clave está en lo del Himalaya.
Se me vislumbra que pactó con Rosa algo así como: "si digo 'Himalaya' es que tu marido está cagadito pensando que nuestro montajito va en serio, pero si meto la palabra 'Otorrinolaringólogo' querrá decir que no te hace falta decir eso de que hace años que no vas al cine y te quieres liberar... aunque bien pensado igual digo 'Chichisbeo' y entonces tú haces como que te sonrojas un poco y esto querrá decir que ni una cosa ni la otra, y ya te apañas tú solita".
Menos mal que no dijo la última palabra, seguro que Rosa entiende alguna guarrería española en lugar de galantería u obsequio cortesano asiduo de un hombre a una dama. O sea, lo que ha venido haciendo el cachondo de Montalvo todo el tiempo y ahora pretende hacernos creer que tiene inteligencia suficiente para esconder mensajes cifrados en su mierda de poema y, aún peor, que Rosa es capaz de entenderlos. ¡Anda ya!
De todas formas, por si alguien quiere seguir investigando dejo el vídeo del momento, inigualable al tiempo que bochornoso. Y con esto les dejo hasta mañana. Esta noche tenemos la cita con una final en la que quieren hacer llegar a las concursantes en helicóptero hasta Fuencarral, harán una prueba final en plató (algo inédito) y estarán por primer vez juntos Jorge Javier y Raquel. Que gane quien tú quieras.