Posicionándose de cara a la final
Estamos ya en la recta final, a falta de dos galas para saber el nombre del ganador o ganadora de esta especie de versión beta de los juegos del hambre, donde los concursantes no van muriendo sino que terminan siendo aparcados en el plató, junto a los padres de Antonio (concursantes antes conocido como Tony) y el de Diego (de los Matamoros de toda la vida). Estos animadores son muestra de la poca confianza deben despertar los auténticos protagonistas de esta historia, para necesitar de semejantes apoyos. Supongo que la madre de Rebeca ha sido descartada porque igual que ver gente riendo provoca la risa en el espectador, ver gente durmiendo produce somnolencia.
Tras salir esta noche Nacho o Amador de Cayo Paloma quedarán cuatro concursantes allí y otros tres en el palafito. De los tres palafiteros uno habrá de ser expulsado mediante otro televoto, como sucedió cada semana. Por tanto, tenemos seis concursantes. Es de suponer que a la final llegarán cuatro, como mucho. Siendo así, aún habrá dos expulsiones más durante la gala.
Recordemos que en la edición anterior llegaron a la final Rosa Benito junto a Tatiana Delgado (que hoy deberán verse las caras en plató tras las acusaciones de esta última la semana pasada), Sonia Monroy (#metiroalsuelocomoSonia, ¿recuerdan?) y Rosi Arcas (anónima que estuvo a punto de arrebatarle el premio a la diva Rosa Josefa, que así se llama en realidad la ex de Amador). Las cuatro llegaron a Madrid como candidatas, aunque Sonia quedó excluida al principio de la gala. Bien es cierto que esta vez pueden llegar cinco, y no cuatro, a la final. Esta noche saldremos de dudas.
La cercanía de la final hace que todos empiecen a tomar posiciones para no perderse la pole position. Lo vemos en Cayo Paloma cuando Abraham va a degüello a por Yong y en el palafito con el repentino cambio de actitud, y hasta de humor, experimentado por Carolina. El inocente de Rafa piensa el entorno hostil y solitario en el que viven está empezando a hacer mella en su compañera, pero desde mi propio palafito veo las cosas de otro modo. Carolina sospecha que solo uno de los dos será finalista, y eso es una cosa seria. Demasiado seria para mantener su tono de chufla permanente y buen rollo con Rafa. Ha llegado el momento de la verdad.
La verdad se escribe a machetazos en esas islas. Llevan tantos días abriendo cocos con el machete, haciendo peligrar sus dedos una y mil veces, que alguno le han terminado cogiendo gusto a asestar golpes de machete, ya sea a un coco o al compañero de al lado. Lo de Carolina diciendo que le parecen mejores supervivientes que Rafa otros concursantes es una puñalada trapera (trasera, diría Tony Antonio, no el humorista sino el novio de Oriana, o exnovio, o lo que sea). Dice Carolina que Abraham, Chiqui y Katia han sido mejores que Rafa. De sí misma ni hablamos, claro.
Si Carolina teme que uno de los dos habitantes del palafito sea obstáculo para que el otro llegue a la final, no se termina de entender su impertinente comparación. Deberá valorar la audiencia si merece más ella o Lomana llegar a la final, por lo cual poca importancia tiene si cualquiera de los dos se compara con terceros, menos aún con Katia, descabalgada del concurso hace siete días. Sus argumentaciones para restarle importancia a Rafa son endebles, además. Estoy completamente de acuerdo con la idea de que muchos no habrían superado la experiencia del palafito durante una semana. Es verdad que hubo dos concursantes (Matías y Escassi) que fueron capaces de permanecer una semana tumbados comiendo almendras, pero esa estampa es irrepetible. Alguien como Nacho, que no ha pescado ni aportado nada de comida al grupo en más de dos meses, difícilmente habría superado ese reto.
Pero a Carolina le toca turno de minusvalorar al único competidor que tiene a tiro, y se ha entregado a la causa con denuedo. También puede influir que empiece a estar harta de todo, lo cual explicaría que ahora le empiece a molestar el ruido que hace su compañero comiendo la sopa alucinógena. La soledad también comienza a pesar, aunque en el palafito estén muy acompañados por colonias enteras de termitas. Si tenemos en cuenta la capacidad destructiva de esos xilófagos, y considerando que el palafito está construido en madera, pueden celebrar sus habitantes que esto termine ya, porque de durar un par de semanas más a lo mejor se quedaban sin casa.
Algo parecido a esto que observo entre Carolina y Rafa está pasando en el grupo mayoritario. Yong empieza a ser molesto porque es un supuesto favorito que merece poco el título de superviviente. Es comprensible que les moleste verle bien posicionado para llegar a la final, e incluso para convertirse en ganador, alguien que ha permanecido la mayor parte del tiempo tumbado y durmiendo. Merece descansar quien está cansado, lo cual se justifica mal en Yong. La semana pasada le hemos visto cuidar y alimentar el fuego por primera vez. También él está valorando que quedan pocos días.
Nacho se dio cuenta hace tiempo de que Yong era un posible favorito y obró en consecuencia. Han tenido pistas suficientes para pensarlo. Los dos se han salvado bastantes veces de la expulsión, pero con Yong solo había bromas, mientras el estilista era abroncado en varias ocasiones desde plató, quedando en evidencia su falta de educación, el carácter criticón y malhablado de atesora y la desconsideración continua hacia sus compañeros. Yong emocionaba al presentador al hablar con su novia, era premiado con una comilona china por su cumpleaños y, como remate, le llevan a su madre y mejor amigo (en calidad de traductor) durante una gala. Están claras las diferencias, ¿no?
Por eso, la maniobra de Nacho es entendible, e incluso sería inteligente de no resultar tan evidente. De un día para otro pasó de denostar a Yong, calificándole de guarro e ignorante, a convertirlo en su BFF, mejor amigo por siempre, jamás de los jamases, amén. Influyó en ello que Antoñito causase baja, momento en que debió escoger nuevo aliado y no había otro mejor que el chino, aunque este no le ha seguido nada el juego erótico festivo, ensayado anteriormente con Pascual y Tony. El porqué de esa alianza está bien claro: se trata de refugiarse en un favorito claro. ¿Hasta cuándo? Pues hasta que el aliado favorito puede terminar devorándole en el juego.
A Nacho le ha venido bien que otros hayan decidido hacerle parte del trabajo sucio. De momento, estos han sido Abraham y, en menor medida, Chiqui. O incluso Amador, que ha criticado a Yong por no ocuparse del fuego ni de nada. Chiqui le echaba en cara que la hubiera despertado en la madrugada haciendo ruido al acostarse tras su turno en el fuego, aunque al final terminaban abrazados amigablemente. Y es que a Chiqui se le gana con cualquier detalle. No es tan fiero el león como lo pintan, y a esta concursante nos la han presentado algunos como un bicho venenoso cuando es un pedazo de pan, además de hacendosa y trabajadora. En el fondo coincido con Carolina cuando destaca lo buenos supervivientes que han sido Chiqui y Abraham.
Es el ‘cachorrín’ de 'Gandía Shore', salido de Ciudad Real al estrellato televisivo, quien ha decidido ir más a saco con Yong. Pienso que pasa como con Carolina, una mezcla de hartazgo tras ver a ese compañero tocarse los dim sum y el rollito de primavera durante semanas, además de la necesidad de eliminar a un fuerte competidor. Por eso convierte en un juicio sumarísimo algo como que Yong le despierte con dos puntapiés para que se incorpore a su turno con el fuego. No hay para tanto.
Yong desaprovecha su oportunidad de quedar bien ante las cámaras. Si en lugar de enrocarse hubiera pedido perdón reconociendo su mal gesto, hubiera dejado en mal lugar a Abraham por exagerar su reacción ante algo bastante intrascendente. Pero no pide perdón y encima se pone chulito. El uno exagera y el otro no se baja del burro, dos comportamientos poco comparables si se miran dentro del concurso. Abraham está jugando a cargar las tintas contra Yong para intentar facilitar su eliminación. Sin embargo, Yong no tiene excusa.
Abraham es mi candidato a ganador. Se trata de un concursante que superó su impulso inicial de abandonar tras una oportuna comunicación telefónica con su ‘gordi’. Desde entonces, no solamente dejó de mostrarse débil, olvidándose para siempre de su inconsistente coartada de la falta de sueño, sino que se fue consolidando cada vez más como concursante. Lo hizo convirtiéndose en un rival imbatible en las pruebas, pero también mostrando un carácter inédito en las primeras semanas.
Por su carácter me ha ganado más que por ser quien más ha pescado en todo este tiempo, o ese auténtico killer que fue en las pruebas. En la última prueba de recompensa no solamente aguanta la fuerza de la gravedad mejor que nadie, quedando casi en vertical sin esfuerzo aparente, sino que encima le cede a Amador el premio de disfrutar de una cama durante horas. Seguramente ha ganado más votos con ese gesto que con todas las pruebas anteriores, aunque yo me quedo con la firmeza que mostró a la hora de enfrentarse a Nacho, además de su perfecta argumentación ante este hecho.
“No soporto como trata a las mujeres. A Chiqui le ha llamado foca, albóndiga, puta y no sé cuantas cosas más”, dijo Abraham. Puede que sea demagogia, pero yo le pongo mi chaqueta en el suelo para que siga siendo así de demagogo mientras camina por encima. La salida de Katia ha beneficiado a Abraham, puesto que ya no es la sombra de nadie. Si un concursante de este reality pesca más los demás, gana todas las pruebas y, además, dice lo que piensa, resulta extraño que se lleve el premio otro.
Pero ya sabemos que hay cosas bastante incomprensibles. Para quien no sepa de lo que hablo, me remito a la final de la edición anterior. El culebrón Rosa Benito tendrá esta noche su penúltima edición. Esa estampa de Amador y Rosa, tan cerca y tan lejos, mirando juntos el alba, aunque con él más pendiente de ella que de otra cosa, es bastante reveladora. La presencia de Rosa esta noche en plató rivaliza con la de Katia, la cantante antes conocida como Ronalda, aunque ella no quiere triunfar por ser ‘hermana de’. Ah, y también estará Rebeca, la otra expulsada de la semana pasada.
Por si todos estos alicientes no fueran suficientes, tendremos a Borja, marido de Chiqui, en Cayos Cochinos. Si hasta parece que el nombre de esos cayos lo hubieran puesto en honor de este visitante. Apuesto a que empieza contándole que está en tratamiento psicológico para apartar de su cabeza las mieles del onanismo. Chiqui esta noche tiene dos opciones: o se lo carga o se lo cepilla. Igual en lugar de ofenderse se descojona viva.
Preguntas desde el palafito
Hoy esta sección debería ir en singular. ¿Cantará esta noche Katia su hit del verano ‘Latina de cuerpo y alma yo soy’? ¿Volverá a contonearse delante de Diego? ¿Enseñará teta esta vez? Me sentiré estafado si algo de esto no sucede.