El poder de una minoría
Aunque venda más el espectáculo de los enfrentamientos y las broncas lo cierto es que las aguas van volviendo a su cauce y ahora mismo la situación en Playa Uva es semejante a la anterior a la llegada del agresivo concursante que la organización tuvo que expulsar el pasado jueves. Una decisión de la organización que no tiene precedente en este programa, puesto que nunca antes se había expulsado disciplinariamente a un concursante.
La expulsión de la acémila era inevitable pero fue acompañada de otra medida que pasados unos días se presenta como estéril en algunos aspectos, mientras que por otro lado ha terminado beneficiando al grupo minoritario, pues le otorga un poder que antes no tenía. Es el poder de una minoría, cuyas herramientas son la negociación de comida a cambio del trabajo ajeno. No es nada nuevo, la humanidad se organizó en seguida de ese modo. El poderoso reclama mano de obra a cambio de un jornal válido para la subsistencia (es decir, comprar comida). En ocasiones incluso se ha cambiado directamente el trabajo por un plato de lentejas.
Eso hacen los 'Betas', aunque en su descargo no solamente se puede decir que es una forma de organización en la que se basa la economía mundial (así dicho parece presuntuoso en exceso) sino que ni siquiera el grupo minoritario se ve obligado a proponer el trato pues son los 'Alfa' quienes se adelantan al haber planeado exactamente el mismo acuerdo. Intentaré explicarme mejor ahora. Ayer contábamos como Sonia proponía a sus dos compañeros de grupo un acuerdo con los otros, consistente en repartir igualitariamente el arroz, renunciando a disfrutar de la ventaja otorgada por el programa al distribuir la misma cantidad a un grupo y otro, a cambio de utilizar conjuntamente el mismo fuego.
La propuesta de Sonia, recibida con reticencias por parte de Carolina, pretende evitar tener que alimentar y cuidar un fuego solamente entre tres personas. Planteando un acuerdo en el que se pone encima de la mesa la generosidad de los 'Betas' a la hora de repartir su excedente de comida a cambio de anular la crítica hecha por el otro grupo sobre la escasa atención y aportación de leña por parte de Sonia, Carolina y Toni. Siendo menos generosos podríamos decir no solamente que pretende anular esa crítica sin que realmente está cambiando comida por trabajo. Lisa y llanamente: yo te doy parte de la comida que me corresponde prescindiendo de mi privilegio a cambio de que tú sigas alimentando y atendiendo el fuego.
Creo que sin pretenderlo el programa concede a los 'Betas' una posición ideal para negociar. Tanto es así que, como digo, cuando Sonia se presenta ante los 'Alfa' dejando inteligentemente que sean ellos los primeros en hacer una propuesta, estos proponen el mismo plan. Jeyko es el portavoz del grupo mayoritario, quienes han llegado al acuerdo de proponer el mismo cambio pretendido por la minoría ante la escasez de comida (225 gramos de arroz a repartir entre seis personas, lo que da una ración de 37 gramos y medio por persona, frente a los 75 gramos que hubiera tenido cada uno de los componentes del otro grupo).
También influye en la decisión de los 'Alfa' la presión ejercida por una Rosa Benito que llegó a amenazar con hacer huelga de hambre para protestar por "una injusticia". Como si no hubiera leído (se lo leyó Jorge Javier al tiempo que tenía el pergamino delante) las condiciones de su decisión del pasado jueves. Ella decidió pertenecer a los 'Alfa' sabiendo que podían ser más para repartir la comida y las recompensas. Por ejemplo, si el juego de recompensa planteado este fin de semana lo hubieran ganado los 'Beta' hubieran podido comer dos filetes cada uno en lugar de uno, pero a esto volveré más tarde.
En resumen, Sonia deja que hable el otro grupo y Jeyko propone precisamente el mismo acuerdo que ellos iban a plantear. Todos seguirán comiendo sus 50 gramos de arroz y seguirá habiendo un fuego común. En el cuidado del fuego seguirán sumando en lugar de dividir, lo que pretendía el grupo mayoritario hace menos de una semana. La excusa era entonces que no cuidaban ni alimentaban la hoguera, lo cual parecen dispuestos a aceptar ahora a cambio de 13 gramos de arroz diarios por persona. Lo que hace un poco de comida, menudo poder tiene para doblegar voluntades.
La situación vuelve a la normalidad, como dije al principio. Tanto es así que hasta esa división clara entre grupos parece difuminarse cada vez más. Siguen compartiendo el espacio como quieren, hablando y relacionándose unos con otros, incluso compartiendo ahora más momentos que en los días previos al advenimiento de la bestia parda de la cabeza rapada. Salvo por el detalle de que las recompensas pueden disfrutarlas solo uno de los equipos, por lo demás no hay grandes diferencias entre esta situación de grupos nombrados con las primeras letras del alfabeto griego y la vivida un par de semanas antes.
También el hecho de que las recompensas conseguidas en las pruebas serían solo para el equipo ganador era algo especificado en ese papelito que Rosa parece haber olvidado. Y cuando digo las recompensas quiero decir todas las recompensas. ¡Todas! No solamente los plátanos, ¿verdad? También la carne.
Es curioso ver las protestas de Rosa y otros concursantes porque el otro grupo se haya ganado treinta plátanos en una prueba, reclamando que compartan con ellos parte de esa recompensa, pero a nadie de los 'Alfa' se le ocurre compartir los seis filetes que ganaron en la prueba de las bolas gigantes. Ya sé que un filete no tiene piel, como un plátano, pero si tanto agradecieron el detalle de Toni (del cual habría que hablar mucho) de compartir algún trocito de plátano, al menos con él podría haberse visto el detalle correspondiente del grupo cuando tenían un filete para cada uno.
Normal que no lo compartieran, entre otras cosas porque la organización debería dejar claro que las recompensas no pueden ser compartidas, y así evitaríamos otro punto de conflicto inútil. La prueba de recompensa que permitió a los 'Alfa' casi orgasmar al comer un filete (como casi todo mezclado con arroz, parecen orientales) consistía en arrastrar una pesada bola de grandes dimensiones a través de un circuito.
Casi todo el rato fueron igualados, aunque a la mitad del recorrido parecían destacar los 'Alfas'. Al final los 'Beta' enjugaron esa ventaja y llegaron los dos grupos casi a la vez aunque terminó volcando la bola primero el equipo que el azar quiso estuviera compuesto por Tatiana, Jeyko y Jessica. La diferencia entre ambos grupos estuvo, una vez más, en Toni.
El de Puente Genil es un cero a la izquierda en las pruebas, según se volvió a ver ayer. Llegando siempre tarde y empujando menos que sus dos compañeras. Hasta Jessica aportó más que Toni, en su caso al grupo ganador. Al final tendrá razón el poeta Montalvo (¡ese hombre!) en que la dulce y apocada Jessi tendrá opción a ganar esta edición. Si es así prometo que me corto las venas. O me las dejo crecer, no sé bien.
Hay otras tramas pero realmente tienen mucho menos interés, aparte de estar algo forzadas en algún caso. Por ejemplo, la supuesta gran bronca entre los 'Betas' casi hace gracia porque anoche estaban tan unidos como siempre, aunque a estas alturas todos saben de qué pie cojea el otro. Sonia y Carolina están en el mismo grupo con Toni entre otras cosas porque el programa así lo ha decidido, aunque igual hubiera sido en caso contrario. Se aprecian moderadamente y se soportan a duras penas, entre otras cosas porque soportar a Toni es complicado.
Si ya la convivencia en condiciones extremas es difícil, no hace falta decir que mucho más con una persona que a la mínima le dice a su principal aliada que se meta en sus partes lo que sea. Todos tienen sus defectos y posiblemente Sonia es acaparadora, como dice Toni y corrobora Rosa. Le gusta irse apropiando de sacos para poder ir a pescar o de expedición por la isla, lo cual entiendo que moleste a los demás. Cada uno con sus manías (Rosa es criticona y autoritaria, por ejemplo), bastante más insoportables cuando se pasa hambre y penalidades.
Parece bastante evidente que Toni debió compartir un plátano ajeno con el grupo contrario. El plátano debía ser de Sonia, y así da gusto quedar bien ante todos repartiendo migajas de un plátano que es de otra persona. Toni es así, liante y aprovechado, lo cual ha reconocido él mismo. Por si fracasa el grupo de los 'Beta' se está haciendo ya un hueco para ser acogido como el hijo pródigo... abuelo pródigo, mejor. Es un superviviente nato, tal vez el único que había pasado hambre antes. Y eso se nota.
Ahora bien, no tiene sentido exagerar la broma de Sonia sobre cambiarle por Jeyko. No digo que fueran incapaces de hacerlo, pero se ve claramente que estaban bromeando no solamente por las sonrisas evidentes sino porque al final añade: "Y un kilo de arroz". Vamos anda, no se lo cree ni Juanito, la salamandra que Sonia quiere matar, lo cual provocaría un disgusto importante en buena parte de la audiencia. El día que esta concursante mate a Juanito habrá dicho adiós a su aspiración de ganar Supervivientes 2011.
Y también es un argumento un poco chusco lo de Arturo y Tatiana. Se ve tan ridículo y forzado, tanto por parte de ellos dos como del programa, que no apetece ni comentarlo. Anoche les hicieron llegar en cayuco a Cayo Paloma (rebautizado desde anoche como Cayo Picadero) en otra humillación para Kiko y Tamara, incapaces de hacer moverse el cayuco porque pesaban mucho los remos. Cada vez que lo pienso me da más vergüenza ajena comprobar como se puede ser tan inútil. Allí les esperaba una misión. O tal vez dos.
La misión oficial consistía en decidir si se zampaban un pollo asado con patatas o renunciaban a ello a cambio de que todos sus compañeros recibieran unas piezas de fruta, patatas o no sé cuantitos. Da igual lo que fueran a dar a los otros, en ocasiones como esa siempre he defendido que se lo coman los que van. No hay comparación entre repartir unas tristes patatas entre todos o comerse entre dos un pollo. Ocasiones así hay que aprovecharlas y bien hicieron en llenar el buche ellos.
Estuvo muy graciosa Tatiana, realmente emocionada mientras comía pollo. Se le llenaron los ojos de lágrimas, lo cual entiendo perfectamente. No haré la broma fácil de cambiar el género al pollo y comentar si seguirían comiendo después, porque esa noche la debían pasar en Cayo Picadero, donde les habían preparado todo para promover el jincamiento. Vino blanco (de la otra botella no supimos su contenido, aunque como fuera repelente de mosquitos, como dijo Arturo, ahora mismo estarán muertos los dos a la luz de la luna hondureña), una manta, aloe vera. ¡Ostras! Así se las ponían a Fernando VII.
Apuntes de bitácora
Voy a repetir algo dicho por Rafa Mora anoche en el debate. ¿Sorprendidos? Deberían estarlo, pero estuvo realmente acertado en el comentario. Si la actitud de Tatiana con Toni hubiera sido justo al revés ahora mismo media España estaría pidiendo la expulsión de este concursante. Es absolutamente intolerable que Tatiana se aproveche de ser mujer para justificar ese trato. Tiró del pelo, empujó y tapó la boca repetidamente a Toni. Vuelvo a repetir que es in-to-le-ra-ble.