El pacto de las señoritas
Tras la conmoción provocada por Aída y una vez que la hemos visto correr sin rumbo fijo perseguida por un esforzado cámara, puedo decir que este cronista ha soñado un resumen sin Aída, un plató del debate sin Aída, una gala sin la moleta presencia de Aída. Por eso en el fondo celebro que no la expulsaran el jueves pasado. Su presencia en Cayos Cochinos es estratégica e ineludible. Y a ser posible que les lleven a la madre, el hermano y quien quiera poder aparecer en su lugar en los programas. Deben todos ellos permanecer allí por lo menos hasta el día siguiente a la final de Supervivientes. Más tarde estaremos casi todos de vacaciones y entonces ya dará un poco lo mismo.
Un poco más en serio y volviendo a esas imágenes inéditas vistas el viernes, verla correr hacia ningún lugar no deja de tener una simbología clara y determinante. Esa es justamente su situación, sin rumbo fijo camino de la nada. Su trayectoria sirve de contra ejemplo para muchos, entre otros los concursantes de este programa de telerrealidad que mejoran mucho si les compara con ella. Me quedo con esta reflexión positiva, de las pocas posibles. Ella no es para nada necesaria pero ha conseguido ser útil en algo.
Y no me vengan con lo de las audiencias y la doble moral de productoras y televisiones porque eso es una historia del Capitán Obvio. Claro que el negocio es el negocio y no entiende de valores. En eso estamos completamente de acuerdo. No recuerdo a quien leía este fin de semana decir que esto era como dejar a un pirómano en medio de un bosque con una cerilla y cuando el fuego se hace visible perseguirle y condenarle sin hacer nada por apagarlo. Esta es la historia.
A ver quién le pone el cascabel al gato. Mandamos a Aída a los leones (como ha dibujado con acierto y brillantez Javier B.V, sin preocuparnos de que la llama sigue encendida, o aún peor la avivamos un poquito. Y como no me gusta ir de exquisito he de decir que me incluyo entre quienes avivamos la llama, como tantos otros que se hacen cruces pero llenan líneas y líneas de su doctrina anti indeseables.
Cambiando el tercio, se vislumbra en Cayo Paloma (ese lugar que en su día fue rebautizado fugazmente como Cayo Picadero) un pacto entre señoritas que afina un poco más lo que ya habíamos visto en Playa Uva. Una vez Jeyko ha sido útil haciendo el trabajo encomendado, que no era otro que nominar a Rosa, ha llegado el momento de darle un poquito la espalda poniéndole en el punto de mira del trío formado por Jessica 'garganta profunda', Tatiana y Rosi.
Digo pacto por llamarlo de alguna manera, pero no estoy sugiriendo nada raro. Simplemente hay una súper alianza femenina entre las tres jovencitas que quedan en el concurso, habiendo empezado la caza y captura de los demás por parte de estas tres. A Sonia la tienen atravesada hace semanas porque es un rival claro a batir, Rosa fue sentenciada la pasada semana y ahora le toca al "muñeyco diabólico", también conocido como Jeyko y Sergio de nombre de pila.
El teléfono escacharrado funciona de maravilla en esas islas paradisíacas, a falta de otro medio más eficaz. Por eso asistimos a pasajes tan curiosos como Jessi contándole a Tatiana que le había dicho Jeyko que Rosa le había confesado que echaba de menos que la llamara madre. O sea. Contado para gente normal, resulta que ahora Rosa tiene nostalgia de aquellos tiempos en que Jeyko la llamaba madre y no se le pasaba por la cabeza nominarla, y entonces se lo cascó al interesado sin que este tuviera mucho reparo en decírselo a la gaceta de la isla.
Y yo pensando durante más de dos meses que Jessica era una palmera poco menos que inservible. De eso nada, ella es la garganta profunda (no es nada sexual, se siente) de esta edición, la que lía la madeja y descubre el pastel de unos a los otros. Bonito cometido, importante de cara al espectáculo. Nada hubiera sido igual si no se enteran sus dos amigas de que Rosa estaba jugando a dos bandas. ¿A que no?
Lo curioso es ver a Rosa decir eso de "no sé si se le puede llamar traición, pero esta traición la llevaban ya un tiempo preparando". Me parto y me mondo. Jorge Javier tendría que haber seguido su modelo y haberle dicho a Aída el jueves algo así como: "no sé si se te puede llamar hija de puta, pero eres una hija de puta". Con perdón, ahora y siempre.
Aunque lo mejor es esa pose de divina, casi de folclórica ofendida, manteniendo como solo ella sabe la calma y modulando la voz para darle el punto justo de dramatismo que la ocasión merece. Ni poco ni demasiado. Mucho mejor así que mandando callar a Toni dando voces, como suele hacer en la palapa, más exaltada que Tatiana hablando con su familia ("Tataaaaa, ay mi máma, ay mi mamaaaa") o Sonia en el momento que le comunican que está salvada de la expulsión.
Haciendo un paréntesis quiero decir que viendo escenas como la conversación de Tatiana con sus familiares más cercanos echo muchísimo de menos a Carlos Latre y sus divertidas imitaciones en 'Crónicas marcianas'. No quiero ni pensar en la cantidad de días que habría dado esa conversación para que Carlos imitara a esa concursante aberrada y fuera de sí, volviendo un poco a su infancia. Una pena.
Jeyko mientras tanto hace un poco lo de Aída, lamento mucho la comparación que el pobre no merece. Lo digo porque ambos deben pensar aquello de "anda yo caliente, ríase la gente", que decía el poema de Góngora. Ella porque mientras le sigan pagando un congo por ser la mala más mala le debe dar igual todo, y este pobre chico porque cuando las tres aspirantes a arpías se alían en su contra le pillan construyendo la cabaña donde habrán de dormir a partir de ahora.
No es que sea una maravilla pero Rosa se lo hace ver, no sé si por no mancillar a estas alturas su papel de madre o porque por lo menos tuvo la buena idea de complementar la minilona con un chubasquero suyo, de forma que con ambas cubriciones parece menos fácil que vayan a mojarse en las noches de tormenta tropical. Y como hacer las cosas sin venderse oportunamente no vale de nada le vemos ufano presumiendo de cabañita y prometiendo pescar al día siguiente.
Lo de la pesca no es que les haya entrado ahora la preocupación sino que es por responder al reto planteado por el programa. Tampoco sería extraño que partiera de ellos mismos porque en Cayo Paloma no hay almendras. Este último traslado que cierra el círculo (supongo) volviendo donde empezaron puede que incluso tenga relación con el fruto del almendro porque ya vimos a Rosi con un palo largo intentando hacer caer más porque han diezmado por completo la isla de almendras. Pura protección ambiental. Pobres los de Israel, que si no recuerdo mal son los siguientes en llegar a Cayos Cochinos para hacer su particular versión del reality.
El reto consiste en capturar treinta peces antes de la última hora o el debate de esta semana, aunque me van a perdonar los lectores, programadores del canal y productora pero yo no tengo la culpa de no tener muy claro cuando toca esta semana. No estoy seguro pero diría que es el miércoles, justo el día previo a la gala. No me hagan caso del todo aunque he consultado donde se debe, pero aún así no las tengo todas conmigo.
Si los treinta peces son hasta el miércoles diría que tienen tiempo hasta de doblar la marca. Especialmente si tenemos en cuenta que les han construido una balsa para pescar un poco menos a la orilla. Se entiende que por se comprometía Jeyko a intentar capturar peces un poquito más grandes, declaraciones hechas en medio del subidón que tuvo por haber construido la cabaña.
Loables propósitos los de Jeyko, solo le falló la terminología porque en lugar de decir que intentaría no pescar chanquetes (referido a su reducido tamaño) lo que realmente dijo es que esperaba no pescar "tranchetes". Querido Jeyko, joven concursante de Supervivientes 2011, esa es la marca comercial de unas lonchas de queso, nada que ver con el mundo animal caribeño. Suyo afectísimo, el del palafito.
El pacto de las señoritas tiene de interesante un par de aspectos. Primero ver si su fuerza mayoritaria es suficiente para controlar el concurso de aquí hasta el final. Si fueran listas aparte de cotillas puede que lo consiguieran. Tengamos en cuenta que una vez consumada la expulsión de esta semana serán seis concursantes tan solo, por lo tanto, ellas son la mitad del grupo, representación más que sobrada para presidir el consejo de administración de una empresa, e incluso para tener poder de decisión en un concurso como este.
De momento a la hora de disputarse el collar de líder tienen tres posibilidades frente a una. O es una de ellas tres o Jeyko, porque los otros tres están nominados. Lo otro interesante sería que se produjera una situación de esas que les obligase a nominarse entre ellas. ¿Quién tiene más posibilidades de ser elegida por sus otras compañeras de alianza? ¿Cuál es el lado más débil por el que se rompería la cuerda? Apuesto a que Jessica sería la primera en caer, aunque lamentablemente nada nos asegura que haya ocasión de verlo.
Y dejo la prometida visión de Jorge Javier mandando a Aída a los leones. Fantástica viñeta.