Que Rosa Benito iba a ganar este Supervivientes estaba bastante cantado, pero lo de Sonia quedando cuarta parecía algo salido exclusivamente del deseo morboso de los seguidores de la colaboradora de Sálvame. Una mezcla perfecta entre previsibilidad y sorpresa, ideal para la gala final que vivimos ayer. Una gala superlativa porque hacía tiempo que este país no parecía estar tan paralizado, porque la expectación era de esas reservadas para los grandes momentos televisivos y porque la audiencia acompañó una vez más (la gala final acumuló anoche la alucinante cifra del 38.8% de share en más de cuatro horas), refrendando con su juicio inapelable el buen trabajo de más de doscientas personas, a las que solo cabe darles las gracias nuevamente.
Llevo casi diez años comentando realities, los tres últimos en esta misma casa. Aquí he publicado seiscientos veinte artículos (este hace el 619 en realidad, aunque me espera uno más en un blog vecino los próximos días) con la suerte de que fueran acompañados por más de millón y medio de comentarios. Si mi memoria no me falla entre todo este material comenté ocho finales y siempre felicité al ganador, intentando ser amable y no resultar desconsiderado, aunque la decisión de la audiencia no coincidiera en absoluto con la mía. No será una excepción la de hoy, por tanto.
Eso sí, he de decir que subrayo mis palabras de hace un par de días:
Perdón por la autocita pero el párrafo anterior refleja a la perfección lo que pienso y esa es la sensación que tengo hoy. Hemos traicionado la memoria de tantos buenos ganadores que lo fueron por ser auténticos supervivientes. Es gracioso escuchar a Rosa decirle a Sonia: "Esto es un concurso, no la película de tu vida". Eso dice precisamente ella, quien convirtió este concurso en una película medio irreal basada en su triste vida de ama de casa que no sale nunca al cine ni a cenar con amigos. Una película para la cual contó con la complicidad del propio programa y su familia. Ese Amador padre que ayer no pudo más y sacó el peor lado de Rosa en directo, y hasta el Amador hijo, innecesaria aparición de un menor que fue abandonado durante horas supuestamente tras una palmera a la entrada de Telecinco.
Rosa ha merecido ganar este concurso porque así lo ha decidido la audiencia. Hasta ahí nada que objetar. Pero modestamente opino que no fue una buena superviviente. Este no es un concurso de convivencia sino de supervivencia en el que más allá de los gustos subjetivos de cada uno se supone que estamos valorando de forma especial la capacidad para superar la prueba de la forma más brillante. Que gane Rosa es como dar el premio de una competición ciclista al que llega después del coche escoba porque es muy simpático, o cualquier otro argumento ajeno a ese deporte.
En el caso de Rosa, no le hace notable haber sido ganadora de este concurso, sino que lo ha sido precisamente por ser notable. Su condición de mujer famosa, la notoriedad, popularidad o renombre alcanzado por sus diarias apariciones televisivas, ha sido determinante para que anoche se alzase con el triunfo. La notoriedad le ha llevado a la gloria en un ejercicio autorreferente en el que el notable se hace notar y da la nota.
¿Cuál es el gran pecado de la ganadora? Reconociendo su mérito indudable porque ha convencido a la mayoría de la audiencia votante y eso es todo lo necesario para ganar este concurso, he de decir que me parece chusco ver ganar a alguien que no sabe nadar, no ha pasado con brillantez ni una sola prueba y ha dependido en todo momento de quienes le rodeaban.
Ayer mismo quedó la última clasificada en la prueba de apnea en la cual debían aguantar la respiración bajo el agua el mayor tiempo posible. Echando la vista atrás recuerdo que una prueba similar fue realizada hace un par de temporadas con la dificultad añadida de que era bajo el agua del mar y a mayor profundidad. Entonces cuatro concursantes aguantaron algo más de cincuenta segundos (el tiempo mínimo marcado) y uno de ellos (el súper hombre Escassi) superó con creces los tres minutos. Que no se ría tanto quien dudaba que Sonia hubiera aguantado ese mismo tiempo, según dijo ella, porque me creo que antes de perder la prueba hubiera perecido bajo el agua.
Sin embargo, anoche Rosi ganó haciendo poco más de treinta segundos, y Rosa no llegó a veinticinco. La ganadora hizo la peor marca y menos de la mitad que esos concursantes de otra edición anterior. Aunque no es esto lo que más puedo reprochar a esta ganadora. De acuerdo que no ganase pruebas porque su condición física o su edad se lo pusieran complicado, pero es imperdonable que ante la prueba en la que debían tirarse al agua desde lo alto de unas rocas ni siquiera se atreviese a hacerlo y decidiese abandonar. El buen superviviente no abandona, afronta el riesgo y se traga el sapo de sus miedos y prevenciones. Que gane quien ni siquiera fue capaz de superar esa prueba es, como diría Rosi, una "virgüinza".
La película de anoche empezó con las cuatro finalistas en un helicóptero dando vueltas por los cielos de Madrid, emulando a la limusina de Isabel Pantoja. Luego vendría el momento de Sonia por los suelos desesperada por no estar entre las tres concursantes finales, lo cual hizo que todavía esté entre los temas del momento en la red social Twitter uno que reza #metiroalsuelocomosonia. Ella, su mono Salvaje y la cría Salvajito cayeron desplomados al suelo y costó Dios y ayuda levantar a los tres. Por cierto, la culpa de que haya llevado al maldito mono colgado de su cadera tres meses es de su madre, que se lo regaló.
Bueno, también hubo que recurrir al servicio médico de Telecinco, que presumiblemente mandaría a Sonia hasta el plató con un Tranquimazin debajo de la lengua. Mientras tanto, en plató esperaba su madre (la del mono) y su prima defensora en plató desde el principio, que anoche llevaba un peinado homenaje a Amy Winehouse y a quien Jeyko preguntó si era la madre de la concursante. El problema de Sonia es que teatraliza en exceso, aunque no dudo que se disgustase seriamente. Perder ante Rosi consiguiendo apenas un 34 por ciento de los votos solo se explica porque la familia de la anónima que está encantada de haberse rodeado de famosos durante tres meses montó una plataforma de apoyo aprovechando el descenso evidente del televoto (como dice Jorge Javier).
Echarle las culpas a Aída de que Sonia perdiese cualquier opción al triunfo me parece excesivo, aunque si un día me defiende en algún sitio empezaré a echarme a temblar. Tampoco ha favorecido a esta concursante su actitud de los últimos días, debidamente amplificada con la repetición de dos o tres reacciones que no pasan de pura anécdota. Sobre Sonia refrendo absolutamente las declaraciones de Raquel Sánchez Silva a Vertele: "Sonia ha sido la concursante con mayúsculas. Es el prototipo de Superviviente". Por eso, solo por eso, y nada menos que por eso, la he apoyado todo este tiempo.
Antes del episodio Sonia por los suelos y su posterior entrevista pasaron por la mesa y sillas Guadiana del plató (aparecen y desaparecen con pasmosa eficacia) Jessica y Jeyko, las dos jotas expulsadas la pasada semana. Lo mejor de Jessica fue como le hizo la cobra a Toni, fintando con maestría para evitar abrazarle antes que a sus familiares y amigos. El pequeñín se mueve con gran habilidad para esto de los saludos y celebraciones.
Jeyko habló del apoyo que para él ha supuesto Tatiana en el concurso cambiando el término pilar por pilón, por lo que imaginé al bailarín leyendo la famosa novela "Los pilones de la tierra". También confesó que quería sacarle los muebles de cocina a Rosa (esto es de un surrealismo que se me escapa un poco) y que tonteó con Tatiana porque Arturo le había aconsejado que hiciera como si le gustasen los chicos y las chicas para tener más bolos. Ascopena es poco para describir lo que siento.
Las votaciones se dividieron en dos partes. Primero había que optar entre las dos peores clasificadas en la prueba de aguantar bajo el agua, o sea, Rosa y Tatiana. Esta última fue la expulsada y en su entrevista brilló mucho más su madre, que según iba hablando aumentaba la cara de pánico de su hija. Empezó diciendo una verdad colosal: "sabía que no ganaría porque mi hija no es famosa". No es verdad porque un concursante necesite ser famoso para ganar pero sí porque confirma lo dicho por este humilde cronista desde aquella accidentada primera entrada de la temporada.
Tatiana volvió a demostrar anoche su escaso estilo cuando celebraba que Rosi ganara a Sonia dando votes en auténtico brote mientras esta lloraba desconsolada en el suelo. Fue la ganadora quien primero se acercó a consolarla, mientras Rosi no daba crédito y Tatiana seguía con su celebración. Un poco más y le pisa la cabeza de pasada (es broma, es broma).
La segunda votación enfrentaba a las dos Rosas, y a cada cual le esperaba una sorpresa. Rosi recibió la petición de matrimonio por parte de su pareja, contestando afirmativamente de forma rotunda y sin dudarlo un instante. El hijo menor de Rosa debía seguir detrás de las palmeras cuando por fin volvió a entrar en plano para regocijo de su madre. Habían pasado unas cuatro horas, miles de anuncios y un corte publicitario interminable con una faja de la teletienda en bucle. Temí ver aparecer a Esperanza Gracia y que nos quedásemos sin conocer el nombre de la ganadora.
Atrás quedaban pasajes como el enésimo enfrentamiento entre Jorge Javier y Aída (sí, ella de nuevo), resuelto por esta con un falso abandono del plató. Esa gala no era como para perdérsela y la comunicadora volvió al rato a sentarse en la privilegiada primera fila que nunca debió ocupar. Y a estas alturas mi favorita era Rosi. Como se puede ver voy de fracaso en fracaso. Hubiera preferido verla ganadora porque aún habiendo pasado sin pena ni gloria el concurso creo que le hace más falta el premio y, además, lo de hacer la prueba de la apnea en ropa interior es impagable. ¿Nadie le avisó de que se pusiera un bikini? ¡Bien por la organización!
Pero el momento de la noche llegó poco antes de saber que Rosa Benito era la ganadora para el 68 por ciento de los votantes. Jorge Javier le hacía la siguiente pregunta sobre Montalvo (el poeta del Himalaya): "¿Si no hubiera existido Amador? Te lo llevas por delante", a lo que respondía la Benito que "a lo mejor". Esto sacó de quicio al pobre Amador Mohedano que pedía repetidamente el fin de las bromas. "Llevas dos meses con las bromitas", decía con su peinado a lo payaso Krusty.
Entonces Rosa mostraba su cara más desagradable diciendo a su marido que si no podía aguantar se saliera para fuera (¡salir para dentro es posible!). Con la gravedad habitual en ella sentenciaba: "Este es mi momento... y quiero vivirlo". No sé lo que hay aquí en realidad porque ni me interesa ni acostumbro a hacer caso de ciertos rumores, como los que hablan de una mala relación en este matrimonio, pero tengo claro que no van con paso firme hacia la eternidad. La escena de película ('De aquí a la eternidad' revisitada) en la orilla del mar Caribe parece que no fue más que eso: una película.
Todavía más patético que en plena celebración y después de tirarse al suelo (#metiroalsuelotambiencomorosa) y ser manteada, Rosa se dirigió con desdén a su marido y le dijo: "No me busques, no me busques, ¿eh?". ¡Qué mal rollito! Y que sea esta quien le diga a Sonia que esto no es la película de su vida... ¡hay que ver! Pero Amador se tragaba su orgullo y le arrebataba el mega cheque de los 200 mil euros a Toni Genil. No arrancó el coche que acompaña el premio porque solo salieron Rosa, Jorge y Raquel a celebrarlo.
Como ya cumplimenté el apartado de agradecimientos quiero en estas últimas líneas decir que anoche vivimos una gala fantástica (tediosa por culpa de su duración y, sobre todo, la publicidad) que remata una edición mítica. Si me tengo que quedar con un solo momento de estos tres meses ese sería el de la entrada a plató de la Pantoja. La razón es la misma que decía el otro día Borja Terán en su blog: "Elijo ese instante porque fue construido sabiendo utilizar a la perfección el lenguaje y sentido del espectáculo televisivo". Eso es.
Y dejo dos últimos regalos de nuestros admirados Javier B.V y Rocko. Gracias a los dos por el desvelo de esta noche loca y maravillosa. Y gracias por la caricatura de la ganadora y ese vídeo recuerdo con todos los retratos de los concursantes en orden inverso.
El jueves que viene habrá un debate grabado con todos los concursantes. Os invito a comentarlo en esta misma entrada. Este palafitero echa el cierre y dentro de siete días andará por otros mares, aunque los comentarios seguirán abiertos. Gracias por estos tres meses. Ha sido un placer inmenso.