Noche de fuego

telecinco.es 24/06/2011 10:12

El fuego fue protagonista anoche, como corresponde a una noche de San Juan. Primero, Alberto empujó a Sonia y Carolina hacia las brasas del fuego y esta última se quemó un pie. Este nuevo acto de violencia despreciable hacia dos mujeres le costó la expulsión disciplinaria al cafre que había entrado en el juego una semana antes. Luego, Sonia se quemó las pestañas y a punto estuvo de haberse quedado ciega durante la prueba final de líder, que volvió a ser la de encontrar la llave en un campo minado por el fuego. Mala idea mantener una prueba en la que no solamente se deja a la suerte tal privilegio sino que además los concursantes corren un serio riesgo, como quedó claro anoche.

Y fuego hubo en la palapa durante todo el programa, lo cual volvió a provocar cara de preocupación en Raquel Sánchez Silva. No es divertido lo que está sucediendo, habiendo cobrado protagonismo durante la última semana la violencia en lugar de la competencia. Dudo mucho que las medidas tomadas por el programa, excepto la expulsión de la acémila, vayan a contribuir a mejorar la situación. A partir de ahora vivirán en dos grupos separados (aunque en la misma isla) los 'Alfa' y los 'Beta', habiendo decidido el programa que pertenecieran al primer grupo Arturo, Alberto y Emma, mientras que del otro serían Sonia, Carolina y Toni.

Excepto los seis concursantes cuya disposición en los grupos es decidida por el programa, los demás fueron llamados individualmente para que eligieran el grupo al que querían pertenecer. Aclaremos que en ese momento aún no se conoce el nombre del expulsado y tampoco la decisión del programa de mandar para España a Alberto, a quien el programa 'Resistiré, ¿vale?' descubrió anoche en otro suceso publicado en prensa, una persecución protagonizada por ocho policías al ir conduciendo una moto sin casco, y la reacción violenta al propinar el detenido un cabezazo a uno de esos policías. Unos lumbreras los que eligieron esta joyita para ser concursante de Supervivientes.

Curioso que el programa haga dos grupos de tres concursantes a sabiendas de que uno de ellos quedará reducido a una sola persona puesto que los otros dos resultarán expulsados, Emma por la decisión de la audiencia y la joyita por la organización. En todo caso lo interesante de la tesitura en que pusieron a una parte de los concursantes es comprobar como después de criticar y temer al violento, habiendo visto un rato antes del comienzo de la gala como volvía a agredir a dos mujeres, todos eligieran el grupo en el que estaba ese concursante.

Gracias al programa vimos como prefieren convivir con alguien que ha agredido repetidamente a dos mujeres en Playa Uva. No solamente eso sino que nadie acudió para auxiliar a Sonia y Carolina, una vapuleada por ese cobarde y otra con un pie achicharrado al pisar el fuego empujada hacia el mismo por la bestia. Arturo estaba mirándolo en primera línea, brazos en jarras y azuzando a su compañero de concurso como quien anima a un pitbull para que muerda más fuerza a su víctima.

Esa es la escala de valores de unos concursantes que siguen acudiendo a los viejos clichés de acusar a la mujer agredida de haber provocado al agresor. ¿Qué provocación y que niño muerto? "Son unas busconas", diría Tatiana, probablemente de forma tan inocente como Rosa llamaba 'zorra' a Sonia. La "mami" disculpaba a Alberto destacando que era un chico educado (¡¿?!) y no sé cuántas idioteces más. Solo le quedó pedir que le premiaran, porque claro a ella no le dio tiempo a pegarla.

Lo malo de la expulsión de Alberto es que se produjo tarde porque si le ponen rumbo a Cádiz este mismo lunes no habría vuelto a mostrar su intolerable comportamiento agresivo, y también que aquellos cuya elección fue anoche convivir con él no podrán sufrir en sus carnes la violencia de este sujeto, porque no dudo que de haber durado más en el concurso habría terminado atemorizando a todos y a saber quién hubiera terminado vapuleado en su propio grupo. A buen seguro una mujer.

Por eso no entiendo que el programa acusara a Sonia de fingir una agresión. Anoche mismo volvieron a poner unas imágenes en las que se ve con claridad meridiana a Alberto dando un codazo a Sonia. La siguiente imagen es tapada por el chamizo del fuego, que anoche ya no existía, por lo cual es imposible ver si hay contacto físico.

¿Por qué me inclino a pensar que lo hubo? Pues porque Alberto ya había tocado dos veces a Sonia, primero le para con la mano y luego le mete el codo en el pecho. Y, además, porque vemos a Sonia desplazada hacia atrás y cayendo al suelo. Uno se puede caer fingiendo que le han agredido, como hacen los futbolistas (comparación utilizada de forma obsesiva por la acémila), pero es difícil caer desplazado hacia atrás a no ser que se haya trabajado de especialista cinematográfico.

En todo caso, da igual lo que ocurriera en esa segunda caída porque antes y después es agredida por el concursante más cafre entre los cafres. Antes con el codo y luego fue arrastrada al tirar este de la esterilla. Pero resulta particularmente sangrante esa acusación cuando un rato antes había sido de nuevo víctima de la brutalidad de ese exconcursante, como queda claramente reflejado en la siguiente secuencia fotográfica.

Alberto no solamente pretendía que Sonia y compañía no pudieran disfrutar del fuego común sino que ni siquiera quería permitirle a Sonia quemar un palo de madera para poder hacer otro fuego. Hasta ahí llegaban las ideas de este sujeto, apoyado en todo momento por un Arturo vigilante que en ningún momento veló por la seguridad de las agredidas, y ni siquiera se acercó cuando Carolina terminó con el pie quemado. Poca hombría y escasa humanidad la demostrada por Arturo, por no decir ninguna.

La gala siguió su curso sin conocer la decisión que el programa comunicaría casi a la una de la madrugada. Antes había que hacer los dos grupos de concursantes y una prueba de recompensa en la que se sacaron de la manga que el equipo perdedor no solamente se quedaría sin catar los treinta plátanos del premio sino que debería elegir a uno de los miembros de su grupo para nominarle directamente. Ahora iré con esta narración pero lo adelanto para que vaya pensando el lector en el detalle de que debían nominar a un concursante sin saber el nombre del expulsado y, lo que es más absurdo, sin conocer la decisión sancionadora de la organización. Y claro, pasó lo que pasó.

Pero antes de eso vivimos el impresionante momento en el que Sonia se dejó las pestañas (es textual) intentando ser líder, cosa que volvería a conseguir finalmente. Ella y Jessica debían realizar la eliminatoria de las llaves en el campo de fuego, que la semana pasada habían sustituido por una prueba de habilidad. Haremos acto de fe y creeremos que es casual este cambio de tipo de prueba. No creo que vaya a ser lo que parece, aunque todos sabemos que Montalvo era un rival duro en las pruebas y Jessica es una concursante casi inanimada.

Una lástima la ilusión que tuvimos fugazmente al haber pensado que el programa nos estaba haciendo caso al haber retirado la eliminatoria del fuego. No pensaré, por tanto, que lo vayan a hacer ahora, aunque a Sonia un fogonazo la podía haber dejado ciega. Le quemó las pestañas y casi abrasa la cara. Según nos contó in situ Raquel la cara de Sonia ardía y el médico, por fortuna presente allí mismo, le aplicó una pomada y le puso una toalla rellena de hielo.

La prueba debió ser suspendida tras este susto pero les dieron a las dos finalistas la opción de decidir si querían terminarla hasta encontrar alguna la llave válida o bien elegir por sorteo quien era líder. Jessica dejó la decisión a su compañera y Sonia prefirió volver a meterse en las llamas. Como diría Toni Genil: "¡Con dos cojones!". La llave marcada con el número nueve, de la que la realización nos había ofrecido sospechosos planos, era la correcta y Sonia tuvo tiempo de echarle un ojo durante el parón, por lo cual se fue directamente a por ella y eso le valió colgarse el collar de líder.

La decisión sobre el grupo en el que deseaban enrolarse la debían tomar sabiendo que la comida se repartiría a partes iguales en los dos grupos, por lo cual si uno estaba formado por muchos más concursantes que el otro tendría menos comida a repartir. También sabían que las recompensas se jugarían enfrentando a ambos equipos y el perdedor no podrá disfrutar de las mismas. Los 'Alfas' no solamente elegían el grupo donde en teoría iba a estar el concursante violento sino que decidían compartir entre ocho el mismo arroz que los 'Beta' tendrán para tres.

Aunque la decisión fue tomada de forma individual y sin que lo conociera nadie, todos contaban con que los demás elegirían lo mismo. Al final, Jorge Javier les pedía que se juntasen para contarse entre ellos la decisión pero a Sonia, Carolina y Toni nadie les quiso dar cuenta. Como el movimiento se demuestra andando inmediatamente se preparaban para la primera recompensa y para equilibrar ambos grupos se elegía por sorteo que del mayoritario jugasen Tatiana, Rosa y Emma.

De los tres, uno debía lanzar pelotas gigantes con un también enorme tirachinas contra los otros dos componentes del grupo, ganando quien lograse mantener a uno o los dos en pie y sin caer al agua. Jugaron en dos mangas, haciendo de tiradores Tatiana y Toni en la primera, y decidiendo el cambio de este por Sonia en la segunda. Como no cayó nadie en ambas mangas tuvieron que hacer un desempate pidiendo que entonces se mantuvieran sujetándose con un solo pie en la barra sobre la que estaban.

Fue ese momento cuando les comunicaban que el equipo perdedor debería nominar directamente a un concursante de su propio grupo. Sospecho que con ello querían castigar al grupo de los 'Betas', sabiendo que luego el castigo a Alberto dejaría a los 'Alfas' con un componente menos y la sensación de haber elegido el grupo en el que habitaba un tipo violento, lo cual quedaría oficializado por la decisión de la organización.

Sucede que les dieron la información de forma confusa, por no decir errónea. "El grupo que pierda decidirá un nominado directamente", decía Jorge Javier, lo cual hacía pensar que iban a premiar al perdedor. No sé cómo no se tiró nadie al agua para conseguir tener el privilegio prometido. En realidad solo podían nominar a alguien del propio equipo, lo cual no fue explicado en un principio. Fuera de todo pronóstico no fue Toni quien hiciera perder a su equipo al caer primero porque Rosa hizo trampas al sujetarse en un par de momentos con el otro pie en lugar de mantenerlo levantado, por lo que su grupo fue el perdedor.

La nominación hubiera hecho daño al grupo 'Beta' pero no a los 'Alfas' porque, como parecía evidente, eligieron a Alberto. Prometo que no me invento nada porque así contado parece todo increíble. De modo que debían elegir un nominado exceptuando a Emma porque no sabían si sería la expulsada de la noche, por lo cual si esta no lo hubiera sido ya había eludido el peligro de esa nominación. Premio absurdo e inexplicable para ella. Más inexplicable aún que se deje al grupo nominar a un concursante que la organización ha decidido sancionar con la expulsión.

Como me he extendido demasiado (lo cual no extrañará a nadie, es marca de la casa) intentaré resumir la expulsión y las nominaciones al estilo de los viejos teletipos. Más que nada porque no quiero perder la oportunidad de dedicarle un espacio con todo mi cariño a Montalvo, ¡ese hombre! Por tanto, diré que Emma parecía agraciada con el gordo de la lotería cuando le dijeron que era la expulsada (por un 52 por ciento de los votos, ajustado resultado) y se fue contentísima porque ella ya ha dado por saco todo lo que quería y ahora a otra cosa, butterfly.

Toni y Arturo se nominaron mutuamente, lo cual puede ser el comienzo de una gran rivalidad. Rivalidad de risa porque no sé cuál es más patético si uno repitiendo como un papagayo "por mis cojones" o el hombre de las cavernas reencarnado en ese concursante sin resuello que creímos perder el primer día, casi incapaz de llegar a la orilla de Playa Uva. Al loro con las razones, Toni decía de Arturo que "muerto el perro se acabó la rabia". ¡Guau!. Y Arturo llamó "ser despreciable, repugnante, falso, chaquetero y arrastrado" a Toni, todo ello después de haber visto que a Alberto le expulsaban por su violencia física y verbal. Eso sí, no le podemos acusar de no hablar clarito.

Sonia y Carolina también nominaron a Arturo, en coherencia. Todos los demás nominaban a Carolina, lo cual entendió hasta su madre puesto que el programa, en su siempre atenta intención de no echar más leña al fuego, puso un fragmento de grabación en la que escucharon a esta como les llamaba "lameculos". Lo contamos aquí esta semana, según Carolina todos están lamiendo el culo a Rosa. Y para mí que tiene razón. Por su parte, la líder Sonia nominaba a Arturo. Dura semana esta, que enfrenta ante la decisión popular a Arturo y Carolina.

Fíjate si será cierto que todos parecen hacer la pelota a la "mami" que hasta el programa parece apuntarse a ese carro. Ayer Jeyko tuvo ocasión de hablar con su madre y en muy pocos minutos les cortaban, sin embargo, Rosa 'venenito' podía hablar largamente con Montalvo y Amador Mohedano, su marido. No hace falta decir que aún estamos a la espera de ver como Sonia habla con un familiar o amigo, puesto que la "mami" ya habló con su hija en plató y ha recibido todo tipo de informaciones del exterior, desde el sexo del primogénito de Chayo hasta el éxito de esta en un concierto (información vital donde las haya), o las notas de su hijo (tan vital o más que la anterior).

Lástima que el listo de Montalvo le engañase diciendo que su hijo había aprobado. No solamente es mentira sino que violaba la regla máxima de no dar información del exterior. Solo lo puede hacer el presentador, y con unos buenos pulmones cualquier familiar en plató. Rosa pudo hablar antes con Montalvo que con su marido, como debe ser, y dijo una frase para la reflexión: "Te echo mucho de menos por las noches". Y Amador poniendo cara de póker.

Pero lo mejor de la noche, sin ninguna duda, fue el ridículo que hizo Montalvo desde su salida a plató hasta que a duras penas aceptó la indicación de sentarse entre el resto de expulsados. Empezó queriendo hablar de la prueba del candado, engañando al presentador al decirle que era "lo último que me ha pasado" y exclamando ofendido "viva la libertad de expresión" cuando un genial Jorge Javier le callaba por perder el tiempo con esa aburrida historia sin interés y contada torpemente.

Siguió Montalvo cubriéndose de gloria. Eso sí, con voz temblorosa todo el tiempo. El clímax de su intervención vino cuando recitó un poema, imagino que escrito por él y dedicado a Rosa Benito. Atenta la comandancia, que transcribo entre sollozos emocionados, entregado a las dotes literarias de este mozo:

La métrica falla un poco, pero yo estoy de nuevo emocionado. Después de esto no sé si tirarme al metro o a la taquillera.

Y dejo el genial retrato que Rocko le ha hecho a Emma. Buen fin de semana y de puente para algunos.