Nadie en la isla cree a Ivonne. Su perseverancia en asegurar que ni se comió ni se bebió lo sustraído en la cabaña de los técnicos llega a enervar a algunos de sus compañeros. Daniela no sale de su asombro y malgasta el tiempo hablando durante un buen rato con ella, sin encontrar como resultado un cambio de actitud. Por su parte, Juanito dice que se arrepiente de haberse preocupado cuando la nominó la pasada semana.
He de avisar de que escribo un poco influenciado por el debate que tan bien presenta Daniel Domenjó. El programa es flojo, con pocas imágenes nuevas y el habitual gallinero en el que profesionales de la cosa y no profesionales hablan a un tiempo sin hacerse entender. Pero el presentador es, para mí, la gran sorpresa de esta edición de Supervivientes. El caso es que anoche (madrugada) más de un interviniente proclamaba sus simpatías por algún concursante, o incluso por varios. La fórmula de moda parece ser decir algo así como "yo soy muy de...", sustituyendo los puntos suspensivos por el nombre del concursante en cuestión. Tomo nota.
Antes de nada, quiero hacer constar que yo soy muy de Ivonne. Su decisión a la hora de entrar a la cabaña y llevarse ese pan que era como el quesito de la trampa para ratones, así como las tres botellas de refresco, ha hecho que algunos cambiemos nuestra visión de ella. La puertorriqueña tiene una biografía interesante, a pesar de su corta edad. Ganó un concurso de mises, como ya es sabido, y antes de empezar esta aventura entrenó duro junto a su padre, un ex combatiente de la guerra del Vietnam. Además, es muy llamativo el episodio de su vida de hace un par de años en el que un problema de salud le restó movilidad en las piernas, de lo cual salió recuperándose a base de meses de duro trabajo con fisioterapeutas. Por todo esto, además de porque me ha gustado verla siempre dispuesta, sonriente y perfectamente adaptada a duras condiciones de vida, la veía desde hace días como una firme candidata a llevarse el premio final.
Pero la gente no perdona la mentira, la cobardía de no reconocer las cosas una vez has sido descubierto. Podría haber disimulado hasta que mostraron su graciosa imagen dando saltitos al estilo La Pantera Rosa, o gateando como un niño. A partir de ese momento, tocaba confesar. Pero su mayor preocupación no fue de cara a la audiencia o la disciplina del programa, que pudiese imponer duras sanciones, sino ante sus compañeros. Lo primero que dice la Orsini tras ser descubierta es que todo ha sido en beneficio del grupo (¿cómo dice?), lo segundo aclarar que no se lo comió ni ella ni nadie más (ya, ya). Está claro que le preocupa la reacción de sus compañeros, ser nominada por no haber contado con ellos tras el corajudo gesto de robar la comida.
Tampoco creemos la mayoría que nadie le ayudara. Varios indicios indican la posibilidad cierta de uno o varios colaboradores. Ivonne sale con el pan y vuelve a la caseta con las manos vacías a ver si pilla algo más. En el exterior alguien debe haber vigilando para no ser pillada in fraganti, quizá el mismo alguien (o "algunos alguien", como dice Daniela) a quien le dio la bolsa del pan. Lo siguiente fue abrir el arcón y coger tres bebidas. Ni una ni dos, sino tres. Esto es interpretado por muchos como indicativo de que pudieran ser tres los implicados: Ivonne, Escassi y un tercero.
Conste que yo soy muy de Escassi. Me atrae su mirada inquietante, su rostro y sus formas serias no exentas de cierta retranca, las dotes de líder que ha demostrado tener y su competitividad extrema (este jueves él y Matías casi se chamuscan la cara para conseguir ser el líder). Ya sé que muchos interpretaron su confesión como una forma de ayudar al grupo asumiendo la culpa de haberse comido el pan (de las bebidas ni se habla), pero la tardía confesión le hace culpable en cualquier caso, además de que los indicios hacen pensar en más de un implicado. Es, por tanto, culpable confeso, pero además si pensamos en quien está cerca de la miss, con quien se lleva bien esta, sin duda el primer sospechoso habría de ser el jinete. Ya lo ha contado anoche Begoña, la 'parejita' duermen siempre juntos, acompañados por un Matías que acompaña un rato al resto del grupo antes de irse a dormir para proporcionarles su rato de soledad en el lecho. Blanco y en botella, vamos. Para que luego contradijeran algunos a este palafitero cuando dije que no dormían juntos solamente.
Aceptada (temporalmente) la teoría de los tres implicados, faltaría averiguar quien es el tercero. Evidentemente, las conjeturas se han prodigado durante este fin de semana, habiendo sido señalados Matías y Santi más que otros. También es cierto que un buen número de amigos mantienen la teoría de que todo el grupo estaría informado previamente de la travesura de Ivonne, y habrían compartido entre todos lo robado, pero esto me parece una teoría totalmente descabellada. Es básico fijarse en las caras de sorpresa de (al menos) Zúñiga (ella estaba en otra isla, imposible que catase al pan), Cuca (desaprobó el hurto), Daniela (la más insistente en hallar la verdad), Juanito (le dijo "tú que eres hija, ¿Marnie, la ladrona?), Yolanda (boquiabierta y ojiplática), e incluso Wilma (que tras su expulsión ha pasado de la cara de asco a la sonrisa perpetua). ¿A quién me dejo? Pues sí, a Santi y a Matías.
Es obvio que yo soy muy de Matías. Este tipo me gusta tanto que me cuesta pensar en él como colaborador necesario, la tercera pata de este banco. Cierto que ya he contado como duermen los tres juntos, que he escuchado al argentino hablar de Escassi como su gran rival, cuyos éxitos le alegran y viceversa. Ahora bien, haciendo caso de la lectura gestual realizada durante la gala (de la que he vuelto a visionar algunos fragmentos media docena de veces) he de decir que veo en él parecido gesto de contrariedad que en el resto del grupo. Como si fuera esa novela de 'Los diez negritos', escrita por Agatha Christie (Agatha Christian dijo el Golosina, y le faltó añadir Gálvez), solo queda un sospechoso, y es Santi. Conste que yo soy muy de Santi, de su áspero sentido del humor y su bordería más secante que tangente, pero esto no quita que fuera el menos expresivo, desmarcándose de este asunto todo el rato. Aún así, no veo indicios suficientes para hacerle partícipe de este episodio.
Solamente hay una certeza: Ivonne fue pillada de forma flagrante. Lo demás son conjeturas, aunque entre ellas hay dos basadas en el sentido común (el menos común de los sentidos): Lo sustraído no quedó sin ser comido, por mucho que la protagonista fuese modificando el argumento consiguiendo una sensación de confusión posiblemente prevista ("lo boté", "lo dejé", "lo devolví", "lo tiré"); y parece razonable pensar que alguien colaboró con ella, si bien la aplastante mayoría del grupo no sabía nada y fueron absolutamente sorprendidos con todo esto.
A pesar de la atención máxima despertada por este episodio del hurto, no quiero dejar pasar un comentario sobre las nominaciones de esta semana, y el supuesto arrepentimiento de Juanito. Conste que soy muy de Daniela, pero también de Juanito. Me debato entre los dos, y si por mí fuera esta semana no expulsaría a ninguno de los dos. A pesar de esto, aplaudo a Santi y su acierto a la hora de ser el único que habiendo visto la fea maniobra del Golosina se atrevió a comentárselo. Tengo plena seguridad sobre la buena intención de Juanito, al que los acontecimientos hicieron albergar unas ilusiones perdidas hace días, especialmente la breve charla con Lolita González Flores, apodada según ella misma como 'la heredera'. Pero con la buena intención solo no vale.
No se puede pedir ser nominado, doblegando así las voluntades de compañeros que dejaran de nominar a quien quieren para hacerle a él un favor, para luego animado y revitalizado por la llamada de una amiga pensárselo mejor y sugerir que debe decidir la gente ("ese público que tanto me quiere y al que tanto quiero") y si piensan se debe quedar pues lo haría con gusto. No señor, eso no se hace. Es muy feo y deja a sus compañeros en un mal lugar, por mucho que seguramente nunca pensó en esa posibilidad cuando reaccionó como lo hizo. Hace bien Santi, según yo lo veo, en hacérselo notar, diciendo algo que muchos otros pensamos.
Y un último apunte sobre la botadura de la embarcación armada por los concursantes, que debía haber salido este fin de semana. El estado de la mar hizo recomendable no botar la nave, lo cual iban a volver a intentar ayer, con la promesa por parte del debate de contarnos resultados. No quieren que salgan a la mar en condición cualquiera porque están tan convencidos como yo del naufragio. A ver si lo terminamos viendo pronto porque junto a Ivonne gateando en medio del robo de comida puede ser el momento cumbre desde los comienzos de este reality. Yo les animaría a comer antes de partir una sopa de esas alucinógenas de la madre superiora Cuca. Igual así llegan más fácilmente a Cayo Bolaños. Eso sí, en viaje astral.