Nacho: "Lo que tengo con Tony lo sabemos los dos y, cuando salgamos, su novia"
Siendo mal pensado diría que Nacho está aprovechando su primera semana nominado para explotar un increíble juego de encuentros y desencuentros con Tony, ese concursante al que ahora algunos llaman Antonio. Prefiero no ser inocente e inclinarme a pensar que es una historia verdadera, porque entonces la situación torna en absurda e infantil. No me puedo creer que realmente este concursante se enoje porque el otro se niegue a darle un beso o no le coja de la mano por la noche. Entre uno y otro están abonando la teoría de Chiqui y dándole la razón.
Nueve de cada diez novias de Tony no estarían contentas con la actuación de Nacho. Siempre tiene que haber excepciones, como demuestra el hecho de que uno de cada diez dentistas no recomienden usar un buen cepillo de dientes. ¡Menudo insensato! Hasta ahora, la novia de Tony, esa chica que siempre aparece con el teléfono móvil en una mano y el gloss en la otra, a la sazón fugaz concursante que responde al nombre de Oriana, ha estado defendiendo a Nacho porque cuidaba a su chico y le estaba tratando bien. No sé si tendrá algo que decir ante lo dicho por este concursante en una confesión que más parece ceremonia de la confusión.
“Yo tengo con Tony lo que tengo, y lo sabemos Tony y yo. Y es más, cuando salgamos también lo sabrá su novia. Creo que con eso justifico todo”, dice Nacho. Lo dicho es tan ambiguo que cuando salga podrá negar cualquier interpretación, pero me parece cargado de mala intención. Es precisamente la falta de claridad lo que puede hacer volar la imaginación, aunque en principio no parece que le beneficie lanzar ese guante.
En circunstancias normales, la audiencia ardería en deseos de que la novia de Tony se enterase, y por ende pudiéramos conocerlo la audiencia. Ahora bien, ya vimos el pasado lunes que esta pareja tiene cierta protección por un sector de esa parte de la audiencia que vota, por lo que Tony salvó la expulsión aunque se prometiera divertido ver su reacción a las acusaciones de infidelidad dirigidas a Oriana en los últimos días, con polígrafo de por medio.
Si las cosas hubieran ido como de costumbre, Tony estaría hoy quejándose por su expulsión, argumentando que la audiencia había tomado esa decisión por el morbo de ver su reacción ante las fotos de Oriana besando a un muchacho, exconcursante de otro reality y cuyo nombre no recuerda casi nadie. Pero no fue así. Tal vez debamos pensar que tampoco será expulsado Nacho el próximo lunes, porque resulta que ahora a la audiencia no le interesa acelerar que Oriana se entere de lo que tiene con su novio. Increíble, pero cierto.
No es sencillo interpretar lo que pretende Nacho con esta historia de atracción fatal, que se caliente e intensifica por las noches. Mucho más claro está lo de el otro protagonista de esta historia, que ha pasado de una reacción complaciente durante la primera semana a dar muestras de disgusto e incomodidad. ¿Por qué ese cambio? En este caso creo que de diez espectadores son los diez quienes piensan que teme la reacción de su novia al ver tanto melifluo empalago y tanto almíbar. O sea, lo que con toda razón decía Chiqui hace una semana y le montaron un dos de mayo.
El desprecio con el que algunos concursantes se refieren a Chiqui resulta tan ofensivo como revelador. Nacho excusa sus palabras hacia otros concursantes diciendo que es muy palabrotero y mal hablado, pero la mayoría de las veces sus afirmaciones son tan hirientes que van mucho más lejos que la palabrota o el exabrupto producto de un calentón. A Chiqui la llama “albóndiga atómica” mientras desea que se rompa la cuerda de la hamaca en la que está tumbada para que se estampe contra el suelo. Y añade: “Bueno… rebotaría”. Ese es el estilo del experto en estilo.
El pecado de Chiqui era haberse metido con su querido Antonio. ¿Desde cuando llaman Antonio a Tony? ¡Por el amor de Dios! ¿De quién ha sido la idea? Es como si hubiera un nuevo concursante. A Tony le molesta que Chiqui se meta en su conversación y esta contesta: “Gloss, voy a ponerme gloss”. Está haciendo referencia a Oriana sin mencionarla, lo cual provoca la airada reacción de su novio: “No hables de personas que no están aquí”.
Tony se levanta y eleva la voz, dirigiendo su dedo acusador a Chiqui, que observa divertida desde la hamaca, y responde: “Aplícate el cuento y no hables tú de mi marido”. Porque claro, Tony debe haber olvidado que nada más llegar a los Cayos Cochinos estuvo vacilando a esta compañera dudando de lo que estaría haciendo su marido. No sé si tenía alguna información (parece que ha estado metido en algún juego algo peligroso con una brasileña) o tiene más futuro que Sandro Rey como adivino.
Pero aquí todos moros o todos cristianos. Si no se puede hablar de los ausentes no se habla. Ahora bien, no puede ser que Tony pueda hablar del marido de Chiqui y esta no pueda hacer lo propio y hablar de una Oriana que, además, ha sido concursante, aunque durase menos que un coco abierto en Playa Uva.
Ahora que menciono Playa Uva, al final habría que llamarla “Playa Insectos”, igual que los responsables del programa rebautizaron primero a “Isla bonita” y ahora lo han hecho con “Playa Juegos”, el lugar donde los concursantes realizan la mayoría de los juegos de líder y recompensa. La plaga de mosquitos y pulgas de la arena (me pica todo según lo escribo) ha obligado a trasladar a los concursantes hasta Cayo Paloma, donde hay menos de todo, también menos insectos.
Por tanto, ahora son todos “palomos”. Antes de la mudanza, Rebeca tuvo que abandonar el grupo camino de la enfermería y anoche aún no había vuelto. Su situación era especialmente crítica puesto que los picotazos habían producido en su cuerpo una reacción alérgica que la tenía en vilo. Espero que hoy se vuelva a encontrar con sus compañeros ya recuperada, aunque no es lo que algunos de ellos desean. Me llama la atención que varios concursantes dijesen preferir que no volviese Rebeca porque eso suponía tener un rival menos.
Diego dijo que “vería inútil que volviese”. ¿Inútil? ¿Alguna idea de por qué? Nacho fue más allá diciendo que “como superviviente no voy a decir que me da alegría, pero hay un rival menos”. Todo ello con ese tono ya conocido, que prefiero no calificar. Y Yong, en su línea de las últimas semanas, ve un rival menos y más comida a repartir. Vivi lo señalaba en confesión a cámara, impactada al verles deseando que se llevasen a Rebeca. Para siempre, a ser posible.
La propia Rebeca se dio cuenta de que igual no protegían su salud sino estaban intentando librarse de competencia cuando Nacho y Katia le insistían en que así no podía seguir. De no ser por lo visto y escuchado después, me hubiera parecido demasiado susceptible por su parte, pero está claro que tenía toda la razón.
Katia sigue comportándose como si fuera delegada de esa inspectora a la que nos gustaría conocer algún día. A Yong le ordena que vaya a buscar leña (aunque este no parece que se deje presionar fácilmente), a Nacho le abronca porque le da parte de su comida a Antonio (ese nuevo concursante) o a Diego, y a Amador le reprocha que ayude de madrugada a mantener vivo el fuego. Sorprendente todo, pero esto último es de traca.
Que Katia pida de malas maneras a Amador que no colabore con el mantenimiento del fuego, aunque sea de madrugada mientras todos duermen, es tan insólito como entendible. Pensémoslo bien. Se trata de una concursante que no pesca, no va a por leña y colabora poco en la supervivencia del grupo. Un día se le ocurrió hacer un techado para el fuego y tan mal lo hizo que se quemó la valiosa lona. Eso sí, para unas pocas veces que ha ido a por lapas para el fumet de Nacho lo ha vendido como una auténtica gesta.
La labor de Katia es casi exclusivamente cuidar el fuego, administrando la leña que otros traen. Por eso rechaza que cualquiera se meta en ese coto privado en que ella ha convertido dicha labor. Si le quitan la exclusiva de mantener el fuego igual tendría que ayudar en otras cosas. Un superviviente de verdad debe comportarse como un auténtico robinson y hacer de todo para demostrar que lo es. Si Katia es llevada al palafito durante una semana tendría que hacer algo más que mantener el fuego, porque nadie traerá leña ni pescará para ella.
En el programa de última hora que presentó fantásticamente Raquel Sánchez Silva anoche se celebró la prueba de líder que dejó a Yong y Abraham como candidatos finales. Está claro que la prueba de apnea será ganada por Abraham una vez más, y se colgará el collar de líder por tercera semana consecutiva. Tenía razón Raquel en su observación del lunes sobre que esa prueba puede entrenarse, pero solamente hemos visto hacerlo a Chiqui. No será porque no tienen tiempo (y agua) para ello.
Preguntas desde el palafito
Dice Leo: “Me doy cuenta de que me estresaba más el factor convivencia que el factor supervivencia”. Se refiere a su vida en Playa Uva, en contraste con la tranquilidad de ahora junto a Rafa en el palafito. ¿Quién estresaba más a Leo? Alguna pista ha ido dejando estos días. Por ejemplo cuando decía aparte de con Rafa solamente podría pasar una semana en esas condiciones con Nacho y Diego, excluyendo de forma expresa a Katia. Debe ser que a la 'póker star' tampoco le gusta recibir órdenes.
Dice Nacho: “Hay un grupo de necios, de mediocres, porque mienten”. ¿Realmente piensa que son mediocres porque mienten? ¿No es menos cierto que con las tres afirmaciones se podrían hacer todas las combinaciones y permutaciones posibles? Por ejemplo: necios y mentirosos, porque son mediocres. O, tal vez: mentirosos y mediocres, porque son necios. Cualquiera vale, amigos. Y así todo.