Dice Nacho que va a hacer fumet en la olla pequeña y el risotto en la grande, o al contrario, no me hagan del todo caso. Podría haber hablado del caldo de pescado y el arroz hervido, pero eso debe ser para él una ordinariez. Mucho mejor revestir todo de gravedad, dando pompa y circunstancia a la comida de pordioseros que hacen, por muy bien que les sepa. No contento con eso, acompaña su impostura con la burla hacia quien está poco acostumbrado a llamar fumet a un caldo no muy sustancioso.
“¿No sabes lo que es fumet?”, pregunta Nacho ufano. “En portugués se dice caldo de pescado”, dice Katia. “Y en español también”, le contesta él. Luego le explica que fumet es una palabra francesa que significa lo mismo, y se enzarzan en una pelea sobre el dominio de idiomas de ambos. Evitaré calificar de incierto que fumet (o fumé) sea lo mismo que caldo de pescado, pero tengo el gusto de explicar a mis queridos lectores lo que diferencia una cosa y otra.
Explicaré esa sutil diferencia con un ejemplo. Anoche quedaron nominados Nacho, Amador y Vivi. El primero ha sido un intocable hasta este momento del juego, el segundo está recién llegado y ella ha tenido la paciencia de aguantar acusaciones absurdas de un grupo que siempre la rechazó sin mucha justificación. Dejaré a un lado a Vivi para utilizar a los dos concursantes en mi ejemplo. Porque, en este caso, Nacho sería el fumet y Amador el caldo de pescado. Lo cual demuestra que no son la misma cosa.
El fumet es un plato selecto y distinguido, por no decir malicioso y cruel. El caldo de pescado es asequible y natural, lo que vendría a ser humilde y campechano. Una es la versión refinada de un plato sencillo. Lo rococó y rebuscado frente a lo mondo y lirondo. Del risotto ni hablemos, porque me resulta realmente imposible imaginar que el arroz a la cubana que hice ayer lo hubiera presentado alguien como un risotto. Permítaseme decir que eso pasa de castaño oscuro. Es sencillamente una ridiculez (sottise, en francés, o stupidità, en italiano).
Dando por sabida la clase de cocina, sigamos con la historia del desencuentro entre Nacho y Katia, no porque vaya a suponer cambio alguno en el juego sino porque dice mucho de ambos. Basta con reproducir lo cada uno dijo del otro para ver que tras un mes largo de supervivencia no parecen haber sufrido merma en sus capacidades para observar y sacar conclusiones bastante razonables.
Habla Nacho del “ego, acompañado de la mediocridad”, para referirse a Katia. “O le baja alguien el ego, o…”, añade. Hombre, tampoco hace falta dejar pasar tantos días para darse cuenta de algo tan evidente, pero no está de más que quien se llama amigo lo haya apreciado también. “Esta señora, cada vez que se cabrea amenaza" es una frase que solo extraña por ver a alguien llamando “señora” a una supuesta amiga.
Lo de llamar “cerdas” que parecen “cuatro ballenas” a las mujeres de Playa Uva creo que tiene bastante de misógino, y forma parte de la amenaza frecuente de no volver a cocinar a la que es tan dado Nacho. Y eso que él habla de las amenazas de Katia. Aunque su frase más hiriente es cuando mirándola desde la distancia le suelta a algunos de sus compañeros eso de “¡Ay, la ignorancia con dinero, como es!".
Una vez mentado el dinero alguno no podrá evitar relacionar este con la amistad entre Nacho y Katia. Llamémosle dinero, fama, relieve social, poderío, tronío o cualquier término equivalente en una lengua que no sea la nuestra y mole mogollón. “Me duele hablar mal de mis amigos”, dice Nacho. Pues no lo hagas. Más que por haber dicho lo que dijo, su dolor parece venir de que nos hayamos enterado.
Katia se queda mucho más corta en sus invectivas hacia Nacho. "Es un tonto. Parece un niño de 17 años", dice ella, lo cual parece más bien inocente al lado de la estopa que ha recibido. Más certera es su confesión sobre las ganas de decirle: “Si tú no cocinases, no sabrías hacer nada más”. No es menos cierto porque no se atreva a decírselo en persona, aunque parezca que lo está haciendo. Lo mismo pasa con esta otra afirmación: “Si no hay fuego no vas a cocinar, dime ¿qué vas a hacer?".
Hasta Leo, elegida anoche por la audiencia para salir de Playa Uva, parecía un poquito harta de ver a Nacho repetir de forma tan continua su reproche por algo que nadie le ha pedido. El grupo comería igualmente si él no estuviera. Es más, como dice Katia, el día que no tengan fuego su papel será nulo. Pasaría a ser un bulto sospechoso y se acabó. C'est fini, diría él.
Lamento la salida de Leo por varias razones, entre ellas que su reencuentro con Rafa durante una semana en el palafito puede ser un paso previo a la eliminación de uno de ellos. Cierto que esto no lo podría asegurar, y los intentos de la ‘póker star’ por tener confirmación de lo que ha de suceder dentro de una semana fueron infructuosos, chocando con el bendito cachondeo de Jorge Javier.
Será interesante ver a estos dos concursantes interactuar durante una semana, mucho más teniendo en cuenta lo revelado anoche por Antonio Tejado, cuyo papel en esta historia se me sigue antojando imprescindible. En Cayos Cochinos fue un concursante de primera, y lo sigue resultando cuando nos descubre cosas como esta tan jugosa.
Resulta que, según cuenta Tejado, Rafa estaba preocupado los primeros días porque dormía junto a Leo, con frecuencia abrazados. Nada que se salga de lo normal allí, dado que deben superar la dureza de dormir a cielo abierto, con frío, lluvia y demás inclemencias. Pero le preocupaba lo que pudiera pensar su mujer, y cómo se estuviera viendo desde aquí. Entonces se inventó que en un momento de confesión a cámara le habían preguntado por el asunto en cuestión, lo cual hizo que Leo compartiera preocupación con él.
La situación llevó a que Leo se apartase de Rafa. Su distanciamiento, hasta diría que esa frialdad percibida desde este palafito en algunas ocasiones, no venía provocada por la chivatada en directo de Bibiana sobre supuestas maniobras nominatorias previas al inicio del concurso, ni por la supuesta mentira de Rafa a Leo. Todo vino por un quítame un abrazo, que los dos tenemos pareja. Tan sencillo, y tan importante, como eso. Ahora se entienden tantas cosas. La realidad se nos escapa en muchas ocasiones.
Las acusaciones de Diego a Amador en la gala respondían a una de las más afamadas estrategias militares que han existido desde siempre: la mejor defensa es un buen ataque. Sospecho que viéndose descubierto decidió adelantarse a la más que posible exposición en público del episodio del plátano y utilizó a Amador como liebre. De ahí la persecución y posterior caza al de Chipiona.
Lo dijo él mismo en Playa Uva: “El lunes en la gala me van a machacar con esto”. No sucedió tal cosa por su estrategia de acoso y derribo a Amador, lo cual les deja a los dos en mal lugar. La sombra de sospecha sobre este último es ya inevitable, pero no creo que buena parte de la audiencia viera con buenos ojos el menosprecio a un señor de cierta edad, de quien el pequeño Matamoros dijo que dejaba el sonotone tras las palmeras para enterarse de todo.
Las acusaciones de Diego son inconsistentes por poco argumentadas. No basta con llamar “portera” (noble profesión) a alguien sin explicar por qué. Por otro lado, me hace dudar de su versión la reacción ante la pregunta que le hace en un primer momento Carolina. Ya resulta sospechoso que cuando esta pregunta, Leo le diga que tal vez Diego dijera algo sobre un plátano comido por ella (ya fuera por la noche o por la tarde). Luego, su respuesta fue: “No sé de qué me estás hablando. ¿Quién te ha dicho eso?”.
Lo que más le preocupa es quién se ha ido de la lengua. Sospechoso, ¿no? Además, nadie reacciona a algo así con un casi irónico “no sé de qué me hablas”. Diría que es algo dicho para evidenciar que se está haciendo como si no se conociera algo sobradamente conocido. No fue así en este caso, sino que más bien Diego sale al paso de forma ambigua y poco clara. Se espera una reacción bastante más enérgica por parte de quien ha sido acusado de algo que no ha hecho o dicho.
Chiqui no pudo evitar estar anoche en el ojo del huracán en casi todas las historias. Por suerte no resultó nominada, porque mucho me temo que hubiera corrido serio peligro. En el asunto del plátano de Carolina no fue la única en ponerla alerta, así que su rol de metemierda queda un tanto difuminado. Sin embargo, en lo de Tony se metió en el fango por completo, creo que por una simple venganza. No entro a valorar si la venganza es justa o no, pero al menos sirve de explicación a algo que de otro modo se entendería con dificultad.
A Tony le salvó anoche el apoyo de un público que quería evitar hacerle pasar un mal rato a él y a su novia Oriana, acusada de una infidelidad casi infantil (lo de unos pocos besos, sin nada de nada más, es la historia ideal para un eunuco asexuado con deseo de notoriedad). Si no se hubiera cruzado esta historia por en medio no hubiera salvado la nominación fácilmente, aunque Chiqui se empeñó en ponérselo un poco más fácil.
Chiqui pone el dedo en la llaga de la relación entre Nacho y Tony, que para ella puede no estar gustando del todo a Oriana. Me creo que alguien más lo ha pensado en estos días, y no parece del todo descabellado. En todo caso, Chiqui habla movida por el deseo de venganza. Recordemos que Tony la primera noche en Isla Bonita le vaciló a Chiqui sobre lo que estaría haciendo su novio en ese momento.
Aún resulta más curioso que ahora Tony le dé tanta importancia a la observación de Chiqui, y apele al amor que siente por su novia, recordando lo que respondió cuando Chiqui le decía que su novio era fiel y estaba muy enamorado de ella: “Tú qué sabes lo que ha pasado durante estos días”. A mala intención empatan estos dos, aunque anoche Chiqui quedase como la mala.
A Bibiana anoche le pillaron con el carrito del helado, porque mientras ponía cara de extrañeza ante lo dicho por Chiqui iban pasando los vídeos en que se veía que era todo cierto. Se le congeló el gesto e hizo una finta limitándose a repetir que nunca pidió la nominación de Carolina. No hace falta pedir directamente una nominación. Todos sabemos que es suficiente con hablar mal de una persona y pintarla como una compañera problemática que hace difícil la convivencia.
Antes de la gran pillada, Bibiana había sido recibida por un grupo numeroso de amigos y con el plató puesto en pie. Totalmente parecía que se tratase de la ganadora de esta edición, en lugar de la quinta expulsada. Todos la recibían con alborozo poco justificado, menos su perro Hope, que miraba hacia otro lado, aunque no es fácil darse cuenta donde tiene los ojos el pobrecito.
Luego vendría el menosprecio a la opinión de la audiencia, muy en línea con el calificativo de “cutres” usado por su amiga Rossi de Palma. Si a Bibiana solo le importa la opinión de sus compañeros y no la de quienes observamos o analizamos el programa tal vez debería haberlo dicho antes. Los votos igual la habrían condenado entonces a la expulsión de forma más expeditiva.
Y llegaron las nominaciones tras la prueba de apnea que ganó por segunda semana consecutiva Abraham, aunque a punto estuvo Amador de convertirse en el líder. Rebeca, Carolina, Chiqui y Vivi nominaron a Nacho. Diego, Nacho y Katia a Amador. Está visto el reparto de fuerzas en Playa Uva. Por su parte, Tony nominó a Chiqui, Yong a Katia (voto en blanco, dijo) y Amador a Diego. El líder Abraham se decantó por Vivi. Nominados definitivos: Nacho, Amador y Vivi.
Preguntas desde el palafito
¿Por qué Tony piensa que hacer las paces es igual a pedir perdón? Él propuso lo primero a Chiqui, pero jamás se disculpó con ella. No es lo mismo pedir árnica que perdón. ¿Lo tengo que decir en francés?
Ahora que Marta Valverde habló por fin, ¿será posible dejar de escuchar gritos desesperados de gente interrumpiendo el normal desarrollo de la gala? Un poquito de por favor.
¿Alguien más piensa que a Nacho no le interesa un Amador muy activo para evitar la comparación por contraste? Las comparaciones son más odiosas cuando es uno mismo quien sale mal parado.