No sin mis mangos

telecinco.es 28/06/2010 09:45

De los creadores de 'No sin mi chubasquero', les presentamos la nueva creación 'No sin mis mangos'. Estreno en los mejores televisores. El reparto viene a ser más o menos el mismo, algo menos numeroso en este caso, pero el protagonista es otro. En este caso, quien está reclamando para sí mismo todos los mangos que se trajo de la selva es Guillermo.

Feo gesto el del cantante, más interesado durante todo el concurso en promocionar su carrera ('G punto' es el título de su nuevo disco, bueno quien dice nuevo no quiere decir reciente, pues salió al mercado hace dos años) que en la propia supervivencia. Tampoco es que le hayan importado mucho sus compañeros, como señalaba anoche Mireia Canalda en un revelador debate. De todo lo dicho sobre este concursante destaco una frase realmente increíble: "No hablo mucho con ninguno porque nadie dice nada interesante", dijo Guillermo, según contaba anoche la ex concursante.

Guillermo ha tenido siempre esa actitud clasista, tratando a los demás con cierta superioridad, ya fuera por activa o por pasiva. Es un concursante que ha permanecido todo el programa a la sombra, renegando de la experiencia y llegando a decir que esa isla era una mierda como explicación cuando le fue reclamado algo de acción. Al menos no se puede decir de él que siguiera el dictado de nadie a la hora de nominar, como hizo Perdi, pero sí aceptó participar de un pacto que se ha ido desmontando con la expulsión de sus integrantes. Precisamente lo que esta semana puede determinar su salida del concurso.

Quizá consciente de su posible expulsión, esta semana haya decidido tirar por la calle de en medio y mostrarse un poco más, perdido el miedo de que no nos gustara lo que íbamos a ver. Y, efectivamente, no nos ha gustado un pelo a algunos. Trapote le advirtió en la selva de las consecuencias de no compartir los mangos que pudiera llevarse a la isla, pero él no solamente hizo caso omiso a su compañera sino que optó por la solución más ofensiva para sus compañeros, al advertirles con cierta prepotencia que se comería sus mangos sin ofrecer a nadie. "No pido permiso, simplemente lo afirmo", añadió dejándoles con un palmo de narices.

También añadió una frase que he venido escuchando con cierta insistencia y no me ha gustado desde la primera vez. "Esto es supervivencia, no 'Gran Hermano'", afirma Guillermo poniendo la coda a su borde intervención. No utilizar en vano el nombre del reality madre es uno de los mandamientos que no deberían perder de vista quienes concursan en cualquier otro programa de ese mismo género o similar. Guillermo Martín es un experto, pues tras fracasar en Operación Triunfo intervino en Mira quien baila (tercer clasificado) y ahora lleva camino de dos meses de supervivencia casi oculta. Las comparaciones son odiosas, y mucho más si se hacen con un programa respetado por casi todos los que seguimos este otro. Un respeto por Gran Hermano, muchacho.

Supongo que este concursante piensa lo de aquella frase tan ordinaria que dice "para lo que me queda en el convento... me cago dentro". Algo así ha venido a hacer solo que delante de sus compañeros. Se ha jiñado en ellos al decirles que se comería los mangos, justo lo contrario que hicieron los anónimos volviendo del mismo sitio donde estuvo la última semana. Tuvo a bien comerse entonces los mangos que traían otros, pero ahora no es capaz de hacer lo mismo que hicieron por él. ¡Lástima!

No es esto lo peor que he visto en Guillermo. En definitiva, su tesis de que esto es supervivencia extrema y cada uno debe procurarse la propia del mejor modo posible es compartida por algunos, tanto allí como por estos lares. No tienen en cuenta que colaborar reporta siempre mejores resultados que no hacerlo. Las sociedades más prósperas, compuestas por personas más felices, lo han tenido siempre claro. Hay que compartir porque eso te beneficiará a ti mismo. Además, este concursante utiliza un argumento tan falso como irrisorio. Dice, entre otras cosas, que lo comerá él solo porque luego le tocará ir a pescar.

Pero si todos hemos visto que pesca al borde de la orilla. ¿Desde cuándo ha aportado Guillermo al grupo peces de más de diez centímetros de largo? Dijo un día: "Yo quiero volver a ver a mi novia", y no se le vio más intentando pescar atravesando los corales, luchando contra las olas y buceando un poco para ver dónde están los mejores bancos de peces. No sabe ni lo que es eso.

Aunque lo peor es el tósigo que ha ido repartiendo entre sus compañeros. Ese veneno de la indiferencia y el distanciamiento. La única vez que se dignó intervenir en algún asunto concerniente al grupo fue cuando Mireia derramó algo de champú en el mar. Eso ya fue un aviso del tipo 'No sin mi champú', lo cual se puede explicar si miramos su inmenso y poco ordenado tupé. Es a lo que más importancia había dado hasta ahora, abroncando a una compañera por poner en peligro el champú. Un pecado imperdonable, debió pensar.

Se equivoca Guillermo porque tras semanas de incógnito podía haber caído un poco simpático en la que compartió con Rafa y Trapote. Pero lo ganado entonces acaba de perderlo con su egoísta gesto de los mangos. Cuatro piezas de fruta que han cobrado una inusitada importancia, mientras Trapote aún no ha comenzado a repartir las veinte que se llevó a la isla, previsora como nadie. Ya reza el dicho popular que "quien guarda halla". Es capaz de acusarla de repartir la comida para hacerse la buena ante la peña, sin tener en cuenta que llevan desde el principio haciéndolo así.

La comida entre ellos no tiene dueño y es repartida con bastante equidad. Su amigo, Rafa Mora, lo tuvo así de claro cuando alguna vez se propuso lo contrario. Por ejemplo, cuando Parri planteó que Román se comiera los tres peces capturados por él mismo dado que estaba débil y lo necesitaba más que nadie. No fue posible hacerlo, Rafa fue inflexible en su oposición a dejar de compartir entre todos la comida, independientemente de quien la consiguiese.

En el debate se dejaron abiertas algunas incógnitas, particularmente una suscitada durante el mismo relativa a una petición de nominación realizada por Óscar Higares que luego ni siquiera cumplió él mismo. La cuarta semana de concurso sugirió el torero al 'clan de los barbudos' que nominasen en masa a Román. Entonces aún no habían comenzado a decir dos nombres en las nominaciones, por lo cual bastaba con uno para llegar a un acuerdo entre varios concursantes. Guille, Rafa, Perdi y el propio Óscar habían quedado en eso, pero algo falló la misma noche de la gala.

Imagino que sería porque a Óscar le hicieron nominar con un anónimo, como bien supone también Rafa, concretamente al lado de Miguel, más conocido como el 'chico canario'. No tuvo valor para cumplir el acuerdo y nominó a Trapote, para sorpresa de sus compañeros Guillermo y Rafa. Perdiguero había sido elegido líder durante la misma gala y decidió sobre la marcha tampoco nominar al bombero, prefiriendo a Víctor. Esta fue la nominación que dejó al enfermero fuera del juego, ya sabe a quién se lo debe agradecer.

El matador de toros no aclaró nada respecto a este asunto mencionado por Rafa tras su expulsión. Mucho me temo que no será esta la primera y última vez que se le piden explicaciones al respecto. Tampoco Mireia tuvo convincentes explicaciones relativas a su traición al grupo. En el colegio decíamos: "Chivato, acusica, la rabia te pica, por tonto, por feo y por acusica". La modelo solamente atesora esta última condición, lo cual es suficiente para manchar su imagen tras su paso por el programa. Podía haber quedado en nuestras retinas como una concursante bella y en nuestras memorias por su carácter apacible y sus intentos mediadores con los que trató siempre de ser comprensiva. Sin embargo, quedará para siempre como la chivata del grupo.

Sobre la salida de Rafa, poco ha durado el duelo por el último expulsado. Previsible que María José se alegre, y no tanto (aunque coherente) el desmelene de Trapote. Ahora bien, lo de Perdi es toda una sorpresa, ahora que corre solo camino de la meta sin ser gregario de nadie. A ello iré en seguida, pero antes me gustaría hacer un entrecomillado a las palabras de Trapote sobre su supuesta sumisión durante la última semana:

Esto se lo explica a Deborah y María José, tan claramente que no hace falta ni comentarlo. En cuanto a Perdi, como digo muy revelador su comentario a Guille respecto al que fue su mejor amigo en la isla:

¿Soy yo solo o alguien más cree que este tampoco aguantaba muy bien al ex tronista? Aunque tras su salida ha empezado a ver los cuernos al toro, dándose cuenta de que no son los anónimos quienes han hecho piña sino ellos los que se apartaron del grupo habiéndose quedado más solos que la una. Lo cuenta así:

Igual ya es tarde para intentarlo. Termino por hoy con una respuesta solicitada, los porcentajes de votos revelados en el resumen y la foto de rigor. Parece que la madre de Román se ha asomado a este espacio, igual que lo viene haciendo algún otro familiar, para censurar a este comentarista y lanzar durísimas acusaciones a los responsables del programa. Sobre esto último no responderé porque no me corresponde a mí hacerlo. Con respecto a mi información o la falta de ella, le diré que tengo la que puedo tener y me dejan, aunque gracias a su intervención (aquí y, sobre todo, en la gala) he sabido un poco más de algunas cosas. Por ejemplo, de hasta qué punto este programa es considerado como una suculenta posibilidad de negocio para algunos familiares de concursantes.

En todo caso, no responderé nada más a esta persona porque me manejo mal sobre presión. Y ciertas presiones no son precisamente agradables. Ella sabrá bien a lo que me refiero. Respeto su postura, me hago cargo de su preocupación así como el sufrimiento que debe estar pasando todavía, y le deseo lo mejor a toda su familia, especialmente a Román. Espero que se recupere pronto y guarde un recuerdo lo más bonito posible de esta aventura. Mi espíritu crítico es limitado, y siempre tengo en cuenta una frase de la película de animación Ratatouille:

Pues eso. Los porcentajes ciegos dicen esto: 37, 32 y 31 por ciento. Poca cosa. Y Perdi dentro de veinte años. Más o menos.