Los anónimos salieron de su particular encierro en un barco cochambroso pudiendo acercarse a la playa siempre y cuando sigan unas detalladas instrucciones de la organización. Según leía Xexu las condiciones parecían como aquello de los Gremlins: "no exponer a las luces brillantes ni a la luz del sol, pues morirían; no darle nunca de beber agua ni mojarles; y lo más importante, nunca alimentar al mogwai después de la medianoche". Si a nuestros náufragos no se les pudiera mojar ni exponer lo íbamos a llevar claro, en cuanto a lo de comer da lo mismo, ni antes ni después de la medianoche están comiendo casi.
En este caso las reglas para abandonar el barco son un poco diferentes: "podéis bajar solo en un único grupo; los límites son los naturales, no podéis ir más allá de las rocas laterales; no podéis ir a la playa antes del amanecer ni dos horas antes del atardecer". Dicho y hecho, el grupo agarró una barca y puso rumbo a una playa vedada hasta ahora para ellos. Debe dar rabia ver la playa desde el barco fantasma y no poder pisarla, sobre todo después de varios días. Pero no fue esta la única novedad para los concursantes anónimos puesto que vivieron su primera prueba de recompensa.
La prueba era con fuego y para conseguir ese mismo premio. Es decir, los anónimos competían contra los famosos y quien mejor marca haga se llevará el habitual kit de fuego, normalmente compuesto por varias cerillas. Menos mal, porque los famosos están empeñados en intentar hacer fuego por el tradicional método de frotar dos trozos de madera, algo que nos enseñaron en el colegio y en Supervivientes no se ha llegado a demostrar que sea posible. Dicen que el problema es la humedad, pero yo estoy por pensar si no nos han tomado el pelo con la historia esa de la tea ardiendo por medio de la fricción. Alguno de los famosos no se frotaba tanto las manos desde que le comunicaron haber sido seleccionado para participar en este reality.
De momento solamente han hecho la prueba los anónimos, consiguiendo una marca de 6 minutos con 35 segundos. No tenemos referencia de si es buen o mal resultado hasta que no pasen la misma prueba los famosos, algo que presumiblemente veremos en el resumen de hoy y, por supuesto, en la gala posterior. Tenían que elegir uno de los seis concursantes para encender un pebetero situado en una estructura en medio del mar, en cuanto este había prendido los otros cinco debían ir hasta allá y trasladar el pesado conjunto hasta la base, donde debían prender con esa llama otro pebetero. Parecían costaleros llevando un paso de Semana Santa.
Lo peor era que durante el trayecto se habrían de encontrar obstáculos (listones de madera clavados en la arena o cuerdas anudadas impidiendo el paso) que debían apartar, lo cual haría otro de ellos. Encendió el pebetero Diego, retiró obstáculos Xexu y los primeros náufragos de la historia convertidos en costaleros llegaron a duras penas a completar el recorrido. Ahora veremos si ganan ellos o esos compañeros a quienes todavía conocen solamente por ser famosos, sin que hayan podido coincidir aún por Cayos Cochinos.
Sospecho que lo de dejarles salir del barco está en relación directa con la prueba de fuego que acabo de relatar. Sobre todo porque es improbable que hagan fuego en el propio barco, a riesgo de convertirlo en un bonito rastro de cenizas perdidas en el mar. Llaménme estrambótico, pero se me ocurre un elemental silogismo que comparto con mis queridos lectores sin problema. La primera premisa sería que el fuego es importantísimo para poder cocinar. La segunda que para poder cocinar hay que tener comida. Ergo, si tenemos fuego pero no comida, se reduce drásticamente la utilidad del milenario invento del fuego.
Igual estoy siendo un poco derrotista, pero gastar lumbre para calentarse las manos por la noche parece un caso claro y flagrante de derroche energético. La sostenibilidad en la isla peligra si no se optimizan los recursos. Aunque si mal no recuerdo, la isla en la que están es esa misma donde moraron Cuca García Vinuesa, su sopa y los supervivientes de la misma hace un par de años. Nunca estuvo tan bien elegido el nombre del programa como ese año, puesto que sobrevivir a la sopa de Cuca es todo un triunfo. Lo digo porque o la isla ha experimentado un cambio en su ecosistema, obrado en tiempo récord, o las mismas caracolas y lapas que había entonces debiera de haber ahora. Las mismas exactamente no, muy parecidas, quiero decir.
O sea, que si tienen fuego y no comen peor para ellos. Igual es que no saben conseguir los recursos para dejar de pasar hambre. Tal vez merezcan más lo de náufragos que lo de supervivientes. En definitiva, esta experiencia consiste en demostrar lo segundo una vez han sido puestos en la situación primera. A saber, aparejos de pesca todavía tienen, también unas bonitas espaldas que poder doblar buscando caracolas o lo que fuera. No es por seguir esa corriente que acostumbra a remarcar las cosas buenas de los anónimos, pero ayer vimos a Xexu subiendo a un árbol (con tanto riego como soltura). ¿Quién de los famosos ha hecho algo así en casi una semana?
Algunos gastan más energía lamentándose de haber ido en lugar de ponerse a trabajar. Alguien debería decirles al oído que en lugar de preguntarse qué puede hacer por ellos el programa, o la humanidad en pleno, más les vale empezar a hacer algo ellos mismos. No ya por el programa (de la humanidad ni hablamos) sino por llenar sus barrigas. Siento dar el primer palo al "osito" Rivera, pero me produce un cierto hastío verle lamentarse por estar allí, diciendo algo tan fuerte como que está pasando los peores días de su vida. Menuda depresión ver a este Kiko y a Jacobo en plan quejica.
Menos mal que Kiko tuvo el acierto de aludir a que ambos son hijos de toreros, y por eso se les supone de otra casta. La casta de los que cogen al toro por los cuernos. ¿O no? Aunque su estado de ánimo era curiosamente contradictorio con la sudadera que llevaba mientras se lamentaba de no haber hecho caso a su madre (que no le apoyó en esta aventura). Mientras él decía estar pasando los peores días de su vida, la inscripción en su prenda rezaba lo siguiente: "The best day of my live" ("El mejor día de mi vida") Caprichosas contradicciones.
Y si con fuego hubieron de jugar en la primera prueba de recompensa de los anónimos (los famosos ya pasaron el jueves pasado la gloriosa prueba de las tinajas de barro, esa que nos empezó a meter la idea en la cabeza de que este Supervivientes va a ser mítico), en Isla Paloma también a alguien le gusta jugar con fuego. Hablo de Aída, ¡cómo no! Esa a la que nos empeñamos a llamar Nízar cuando su apellido es Nizar, y así es pronunciado por su madre, que algo sabrá de esto. Pues bien, Aída juega con fuego antes de que llegue a prender la llama en la isla. Y lo hace de forma aparentemente temeraria, aunque tal vez lo tenga más estudiado de lo aparente.
¿Cómo se explica que se le moje la esterilla y tenga tanto morro de ir a quitar otra al grupo? ¿De verdad está luchando por una esterilla? ¿Es tan importante? Tal vez la respuesta esté al principio del resumen de ayer, día 11. En las imágenes vemos a Aída descansar plácidamente en esa especie de templo, rodeado y delimitado por piedras y caracolas, tendida sobre la arena. Sobre la arena he dicho, nada de esterillas. Por tanto, quiere decir que se puede descansar tendido en la arena sin necesidad alguna de esterilla, de lo cual deduzco que la guerra de la exgranhermana es otra.
A ella lo que le gusta es la bronca, el cuerpo a cuerpo, enfrentarse a todos y con todos, para poder vender luego su increíble historia de marginada por el grupo. A eso juega Aída, y a decir verdad, creo que los demás están a medio camino entre seguirle el juego y no hacerlo, sin terminar de definirse. Lo digo porque si todos hubieran sujetado la esterilla como hizo Rosa, tirando cada una de un lado, está claro que se hubiera ido sin ella. Aunque particularmente promovería la actitud contraria. ¿Que se quiere llevar todas las esterillas? pues déjala y que le aproveche. Aunque entiendo la rabia de Rosa.
Pero claro, luego sale Jacobo reprochando a Sonia el que estuviera hablando con Aída, y eso sí es hacerle el juego a la concursante más problemática de esta edición. Si él no quiere dirigir la palabra a un concursante está en su derecho de hacerlo, pero meterse en lo que hacen los otros es un error. Y una torpeza. Porque el comentario de Jacobo no se produce de forma confidencial entre Sonia y él, sino que está Aída delante. Mejor regalo para ella no hay.
Hoy tengo anotado que hay gala a las diez de la noche. He tachado el nombre de Tatiana, por desgracia. Y he añadido a la nota que alguien entrará a sustituirla. No se crea el lector que me guardo la información porque no tengo ni repajolera idea de quien será. Solo que es una mujer, seguramente famosa (es lo que toca). Solo hice una comprobación ayer por confirmar uno de los nombres que circula, entre otras cosas puesto en circulación por una encuesta en esta misma casa, donde se pregunta quién deseas que vaya a la isla. Mi comprobación tuvo el resultado que esperaba: ella no es. Y no he hecho más esfuerzos por saberlo, entre otras cosas porque para no poder contarlo es inútil.
Eso sí, serán (seréis) los lectores de esta web quienes primero se enteren de la identidad de la sustituta de Tatiana en esta aventura. Justo cuando empiece la gala lo podremos saber mirando la portada de telecinco.es, mientras Jorge Javier Vázquez lo contará un rato más tarde, más bien cerca de las once de la noche.
Sobre otras cosas de la emocionante gala de hoy no diré nada, que luego quedo mal. Solo sé que tengo muchas ganas de ver al tándem de moda (Jorge Javier y Raquel, ¿quién si no?).