La intriga de la cerilla
La tira diaria de ayer nos dejó con la duda sobre lo que ha de suceder con la última cerilla. Un fósforo reservado con tiento y cuidado, a la espera del momento en que fuera preciso utilizarlo. Montalvo prefería esperar hasta ver si el cielo volvía a encapotarse y vivían otra vez una noche de diluvio universal sobre los cayos hondureños. Xexu coincidía con esa opinión. El fuego había vuelto a apagarse a consecuencia de la lluvia, pero también por la falta de cuidado y dedicación para mantenerlo. El razonamiento de Jeyko 'doce voces' es que no se puede poner un techado a la hoguera porque el fuego va hacia arriba y lo quemaría.
Parece que no han visto otras ediciones de este mismo programa donde construyeron auténticos hogares para resguardar el fuego. Apilando piedras con un poco de imaginación se puede conseguir un horno efectivo y útil para poder cocinar, protegiendo la lumbre de inclemencias como la lluvia. Y aún así, siempre cabe hacer turnos de noche para sostener la pequeña lona que ganaron en una prueba de recompensa, o hasta ese pareo poco impermeable pero posiblemente suficiente para ayudar a cuidar el fuego evitando su extinción.
Les hemos visto usar el pareo un día, posiblemente durante un rato tan solo. Cuando llueve es molesto trasnochar y estar mojándose en lugar de quedarse en la cabaña resguardándose en lo posible. Pero deberán hacerlo si no quieren pasarlas canutas. Sin fuego no hay comida, o por lo menos las posibilidades se reducen drásticamente. Ni arroz, ni sopas, ni pescadito a la brasa. ¿No es suficiente acicate para emplearse a fondo en el cuidado de la hoguera? Pues no parece.
El caso es que con el fuego apagado esperaban que apareciera Montalvo, señor y guardián de la última cerilla. Se hizo de rogar porque él y otros eran partidarios de aguantar sin fuego. Pero finalmente fue a su cazadora a por la cerilla y sacó de su bolsillo un tubo de bambú que la guardaba cuidadosamente. Envuelta en papel higiénico, cuidada como si fuera una joya... que lo es. La cara del modelo no era nada tranquilizadora, estaba torciendo un poco el gesto y no sabíamos la razón. Pronto la supimos: la cerilla estaba mojada y casi descabezada. No hay fuego.
Tal vez se podía haber guardado mejor, aunque es complicado hacerlo y resguardar también la cerilla de la humedad y la lluvia. Podía haberla enterrado bajo tierra en una zona menos húmeda pero en tal caso le habría resultado complicado rescatarla cuando les hubieran comunicado que tienen dos minutos para abandonar la isla y montarse en una barca rumbo a un destino desconocido. Lo hacen siempre, por lo cual conviene tener algo de tanto valor para ellos cercano al cuerpo o suficientemente accesible para que no quede olvidado en ningún caso.
Es disculpable, por tanto, el desastre de la cerilla malograda. Igual que lo fue la pérdida de las gafas de buceo que tanto siguen reprochando a Emma. La reacción del propio Montalvo fue bastante desabrida cuando se enteró. "No concibo como se puede descuidar una cosa así. Hay que tener cuidado, joder", le dijo a Emma por haber dejado las gafas encima de unas rocas, junto a compañeros que pescaban. ¿Se dijo algo como esto a sí mismo por no haber cuidado lo suficiente la cerilla? Errores los cometemos todos, aunque ciertamente el de la cerilla es más lesivo para los intereses del grupo que lo de las gafas. ¿O es que acaso esa palmera con gafas que atiende al nombre de Jessica las echará en falta?
Como en los culebrones venezolanos de media tarde nos quedamos con la intriga sobre lo que habrá de suceder con la cerilla. Montalvo la dejó secando encima de una tabla de madera. La miraba con recelo, y con intriga ¿por qué no? ¿Valdrá una cerilla mojada y casi sin fósforo para recuperar el fuego? Les mantendremos informados, parecía decir el resumen en su modélica narración de lo sucedido. Habrá que esperar a verlo.
A Emma no solamente le siguen cayendo maldiciones por haber perdido las gafas de buceo sino que tuvo una nocturna discusión con Jeyko en la que llegaron a las manos. Esas imágenes de visión nocturna que tanto me gustan nos mostraban a ambos concursantes enzarzados en reproches y acusaciones mutuas. Que si los dos se habían tocado, que si se habían insultado. Mal, mal. No está bien tocarse si no es para darse gusto y con consentimiento de ambas partes. En esa especie de jaima en la que duermen, la cama colectiva que alberga a trece concursantes, es normal que en algún momento uno le ponga el pie en la cara a otro.
Emma es protestona y, lo que es peor, un poco faltona. Estoy con Jeyko cuando niega haber mentado a su madre, porque efectivamente la expresión "la madre que la trajo" es tan solo una frase hecha, si me apuran más bien cariñosa. Me inclino a dejar de creer a alguien que acusa a otro de haberse metido con su madre refiriéndose a tal expresión. Por tanto, a partir de ahí me quedo con la versión del bailarín, no desmentida por ninguno de sus compañeros. Y, sinceramente, me parece bastante triste que esta concursante llame "marica reprimida" a su compañero en medio de una discusión como la que tenían (un poco del rollo "quien me pone la pierna encima", pero en el más estricto sentido de la expresión).
En el balance de agravios podemos contar un insulto feo y carca como el de "marica reprimida" y un labio roto por parte de Jeyco. Y por parte de Emma... esto... bueno, no sé, creo que le molestó un pie o algo. Parece que no se ha dado cuenta aún donde está. Está claro quien salió peor parado de esa discusión recogida por las cámaras con una estética parecida a la de las guerras de la CNN, en tonos verdes y fuertes claroscuros. ¡Cómo mola!
Quien mejor se lo pasó tras la discusión fue la lianta de Rosa. Ella y Toni son los dos únicos imprescindibles de esta historia. Sin ellos esto no sería lo mismo y tendríamos que quedarnos sin esa sucesión de instantes protagonizados por la 'venenito' intentando congraciarse con los dos contendientes de la noche anterior. Primero le da la razón a Emma. Lo del labio roto es porque ya tenía los labios agrietados y mal, repetía Rosa. Me recordó al humor negro de aquel chiste en el que a un médico se le cae un niño recién nacido y tras recogerlo del suelo mira a la madre temeroso y dice: "Había nacido muerto, había nacido muerto". Luego fue a criticar a Emma delante de Jeyko. De esta forma, los dos debieron quedar contentos y encantados con mamá Rosa.
Ella actúa así casi siempre. Con denodado esfuerzo le lava el bañador a Kiko 'piel de canela'. "Una comida en Cantora sí que tendré después de esto, ¿no?", le dice al hijo de la folclórica. Abiertamente interesada, no tiene pudor en evidenciar que ese trato con el concursante es "por ser vos quien sois". Más o menos como todos, o si no ¿qué hace Jessica colgada del osete todo el día? Solo que Rosa no tiene problema en reconocerlo mientras que otros no lo harían ni bajo amenaza. Por eso la prefiero. Bueno, por eso y porque es tan lianta y tan sibilina que me encanta.
La nota de prensa sobre el programa distribuida ayer hablaba de dos anónimos expulsados mañana (por hoy). Luego hubieron de rectificarla porque será solamente uno de los cinco supervivientes que entraron siendo auténticos desconocidos (bueno, menos Jeyko), aunque hoy en día ya han alcanzado una considerable cuota de popularidad. Espero que no se cumpla la profecía del error y al final sean dos quienes pongan esta noche rumbo a España.
Lo digo por lo de Tamara, que no me atrevo a pronosticar. Deberá ser un médico quien lo haga, si es que no lo ha hecho ya. Seguramente esta concursante se encuentra mal y los mareos son un claro síntoma de ello, pero yo solo puedo expresar mis dudas, probablemente infundadas. Su cuadro incluye mareo, dolor de pecho, taponamiento de oídos, vista nublada, ataque de ansiedad, agotamiento y probablemente algún otro síntoma que se me escapa. ¿Algún médico en la sala que arroje un poco de luz sobre esto? Mis dudas vienen porque alguien que se está mareando, por muy progresivo y lento que sea su proceso, no mira por la comodidad del lugar para decidir si se tumba o no. "¿Hay por ahí un sitio para tumbarme?", preguntaba Tamara. No entiendo.
También me provoca cierta desconfianza la insistencia en que por su estado de salud deberían mandarla para España porque no cree que deba estar ahí. "Un día te caes entre las rocas y te desnucas", le dice un alegre y optimista Montalvo. Pues hombre, puede ser, pero en ese caso no entiendo como no ha decidido abandonar. La salud vale todo el dinero del mundo. Si tiene suficiente para pagar la sanción no entiendo cómo no la pagó ya, y si no lo tiene no se lo van a poder reclamar por el momento. Por tanto, en cualquiera de los casos lo lógico sería que abandonase sin esperar que un médico le exonere de pagar dicha sanción.
Otro motivo para dudar es ese, precisamente. Si el médico promete suministrarle un jarabe pero no hace un diagnóstico que recomiende su salida del concurso por algo será. Ya hemos visto en ocasiones suficientes que si fuera recomendable el abandono obligarían a Tamara a dejar el juego y volver a casa. No sé si el jarabe será un placebo o no, y tampoco estoy afirmando que los mareos sean falsos. Solamente que todo esto me plantea algunas dudas, y realmente pienso que exagera su estado para ver si la mandan a Madrid y puede volver al lado de ese novio con el que dice soñar día y noche. Pues que pague el novio la sanción, ¡hombre ya!
Apuntes de bitácora
Me estoy cebando un poco desde hace días con Jessica, quizá el personaje más anodino e inactivo de cuantos habitan Playa Uva. Pero repasando tranquilamente la lista de concursantes he de decir que Carolina tampoco es que parezca vital para el grupo. Añadida, por tanto, a la lista de concursantes palmera.
Esta noche promete, palabra de palafitero. He de confesar que recibí con recelo la noticia de que el presentador de esta edición sería Jorge Javier, pero hoy estoy deseando volver a verle dominando ese espectáculo como pocos saben hacer. Por eso me alegro de que nuestro caricaturista Javier B.V haya hecho un trabajo tan excelente con el presentador.