El Álvaro Escassi trabajador y con dotes de liderazgo ha quedado sepultado tras expresar su nulo interés por conseguir el reto que le plantearon el jueves pasado, consistente en hacer fuego a cambio de que el reunificado grupo conservase las cuatro cerillas que consiguieron en el último juego de recompensa.
Las palabras empleadas, en las que utiliza un plural con el cual parece incluir a Matías, su compañero en Playa Uva, son claras y contundentes: "Ni lo vamos a conseguir, ni siquiera lo vamos a intentar".
No se corresponde con la actitud de un líder dejar a su comunidad en la estacada sabiendo las consecuencias de no conseguirlo e incluso imaginando que la sanción puede ser aún más dura si ni siquiera lo intentan. Un líder no conduce a los suyos inexorablemente a un endurecimiento de sus condiciones de vida, claramente mejores y más prósperas contando con fuego.
El fuego no solamente les sirve para poder cocinar la pesca sino para templar las frías noches de los cayos. Con fuego la vida de superviviente se hace bastante más llevadera. Bien es cierto que mantener viva la llama requiere un sacrificio, necesitando el grupo una mínima organización para establecer turnos en los cuales estar pendientes y no dejar que el fuego se llegue a extinguir. Pero las ventajas son tan notables que cualquier sacrificio es válido, razón por la cual llama la atención que el 'pijo-jinete' diga claramente que ni lo van a intentar.
Aduce Escassi sus problemas de espalda y lo improbable de conseguirlo, lo cual va de la risa al ridículo. De acuerdo que en esa playa la humedad es extrema, tanto como la dificultad para conseguir fuego. Pero un líder auténtico nunca abandona a su grupo y lo de Escassi es una traición en toda regla, al menos si lleva su amenaza a la práctica.
La decisión de no intentar hacer fuego se puede volver contra los dos aspirantes a líderes. La audiencia no valorará esto de forma positiva y les puede hacer perder muchos puntos. Por suerte para ellos, sus compañeros en Cayo Paloma pueden no enterarse de este importante detalle. Siempre les pueden contar que fue imposible hacer fuego y la mayoría darán crédito de ello. Así será para Olfo, por ejemplo, que proclamara días atrás el liderazgo de Escassi, renunciando de entrada a tener el papel protagonista que debería perseguir todo concursante.
También habrá de creerse cualquier excusa sobre el tema del fuego Daniela Blume, a la que hemos escuchado decir que echa de menos a Matías, con quien parece soñar despierta en esos momentos de nostalgia al sol que nos regala esta concursante, para solaz y disfrute del cámara de turno. Matías empieza a hacer de las suyas y ya es reclamado incluso sin estar. Esto demuestra que los temores de Álvaro Escassi eran fundados y explica que quisiera sacar al argentino de Cayo Paloma mientras no esté él allí.
Si tenemos en cuenta que los mejores pescadores están en Playa Uva, y habiendo visto durante la primera semana la entidad de los peces que quedaban atrapados en las redes improvisadas por las chicas (una de ellas consiste en una camiseta), nos podemos imaginar hasta que punto terminará el grupo deseando la vuelta de los dos aspirantes a líder. Deberían recordar a los pivones que han traído esta vez a los cayos que lo de "Pezqueñines no gracias, debes dejarlos crecer" sigue siendo válido, y o inventan un sistema de pesca distinto, logrando atrapar especies de mayor tamaño, o mejor que devuelvan al mar unas miniaturas con las cuales ni siquiera podrán saciar su hambre.
Las chicas, aparte de algo torpes en las artes de la pesca, parece que han intentado también la caza, aunque en este caso teniendo como objetivo una presa más bien oronda. Se trata de una de sus compañeras, y les han bastado unos días para darse cuenta de que no la soportan. Por eso le transmitieron al nombrado líder su deseo de que nominase a Cuca Vinuesa, respondiendo aquel a sus deseos. Está por ver si los votos de la audiencia muestran tanta sintonía como hubo en la gala entre las chicas y el líder.
Tanto si es Cuca la expulsada de esta semana como si no, tengo claro que no tardará mucho en sacar de quicio también a los chicos. A esta concursante le ha beneficiado la semana de separación sexista, ya que de ese modo solo ha tenido oportunidad de labrarse un cierto descrédito entre la mitad del grupo. Ahora ya tiene al resto cerca. ¡A por ellos!
No quiero terminar la crónica de hoy sin hablar de Santi Abad, probablemente uno de los menos mencionados en estos primeros días de superviviencia. Desde el pasado jueves no le quito el ojo, y ahora explicaré por qué. Creo que este concursante puede ser de esos que permanecen tapados a la sombra de otros con personalidad más fuerte o más deseos de protagonismo, para terminar destacando en el momento más inesperado. De momento ya le propuso a Wilma dormir pegadito a ella para darle calor, y su historial hace pensar que no era una broma. No en vano el ex-jugador de basket tiene un palmarés bastante brillante, y no me estoy refiriendo a su trayectoria deportiva precisamente.