La bestia del machete
Y apareció en Playa Uva la bestia del machete. Más le valdría estar loco y que le pudiéramos llamar el loco del machete, pero me temo que no. Dudaba el pasado viernes si ocupaba plaza de anónimo o famoso (pulpo seguro), pero en realidad está cubriendo un hueco que dejó Aída, encarnando el rol más desagradable y odioso. A partir de ahora él es quien concentrará nuestro desprecio, aunque para algunos se haya convertido en poco menos que un héroe. Las bestias siempre arrastran a una parte de la masa, aunque llegado el caso sus seguidores terminan renegando de él, a veces cuando la daga hiere su costado.
Decidí anoche tomarme todo esto un poco a coña porque bastantes motivos tenemos para estar indignados como para sumarle uno más. No me va a amargar esta mítica edición de Supervivientes la violencia de este cafre que ha sido elegido precisamente por serlo. O es que acaso alguien piensa que en su elección como concursante no ha pesado más que nada haber tenido presencia en las páginas de sucesos de la prensa. Si le echaron de su casa y tuvo que cambiar de barrio porque no le aguantaba ni el tato. A ver quién se va a creer que no ha ido a Cayos Cochinos con la misión, desagradable como pocas, de armar bronca y montar su propio San Quintín.
Alberto ha llegado a sembrar el pánico en la isla, dando un tinte de película de terror a este nuestro particular 'Robinson Crusoe'. Los náufragos tienen ahora una acémila viviendo entre ellos que provoca aún más desazón que la duda sobre si podrán comer algo mañana o les picará una araña en un ojo. ¿Qué mejor método para hacerles olvidar el hambre y los padecimientos? Ahora el enemigo es otro, tiene cara de bestia además de serlo. Imposible decir que no viene de cara, lleva escrito en la misma su mala sombra y modos repugnantes.
Cada uno en su papel, unos sembrando el terror, otros provocando y tal vez algunos más deseando el enfrentamiento hasta que pensaron que tal vez no fuera tan buena idea como parecía. El resto del grupo escondiendo la cabeza bajo el ala o enterrando su vergüenza en la arena, como suele pasar. Estos últimos, sin saberlo se convierten en cómplices de la alimaña aunque a su favor cuenta que cueste realmente atribuirles culpa. Cada uno es dueño del propio terror y ante el patán que porta un machete igual me callaría hasta yo, por lo cual no daré lecciones de nada a nadie.
No voy a dar lecciones ni tampoco haré un juicio sumarísimo. Alegaría cualquier cosa con tal de no participar en un jurado popular, aunque la única forma de divertirme viendo este tipo de espectáculos es tomando partido, como bien saben nuestros muchos lectores. En este caso me parece especialmente complicado emitir un juicio realmente convencido de no estar siendo injusto. Hemos visto fragmentos de trozos de pedazos de situaciones, algunas de ellas captadas desde el peor de los ángulos posibles.
¿Empuja Alberto a Sonia cuando ella cae y la cámara está alejada al otro lado del chamizo que cubre el fuego? En este caso también está cubriendo el ángulo en el que habríamos podido ver si en verdad el empujón justifica su caída o tal vez la concursante supuestamente agredida está exagerando un poco. Tampoco podemos conocer bien las situaciones previas, aunque me creo a pie juntillas a Raquel Sánchez Silva cuando nos habla de un ambiente de provocaciones. Haberlas 'haylas', de eso no cabe duda. Ahora bien, ¿de dónde vienen y quién las provoca? ¿Es equiparable la provocación pasiva de Carolina cuando se niega a darle la esterilla al bárbaro con una Emma hurgando en las pertenencias personales de Sonia y azuzando a la bestia del machete contra quien había rechazado su compañía en una expedición en busca de la almendra sagrada? Pues va a ser qué no. No es lo mismo, claro.
En todo caso, pese a que me planteo ver todo esto con cierto distanciamiento y sentido del humor, incluso antes de analizar un poco cada una de las situaciones mostradas, diré que no me mola nada el tema. No me agrada que haya llegado un tío a convertirse en pesadilla de la mayoría, odio que Raquel haya sustituido su bonita y vivificadora sonrisa por el adusto gesto de anoche. Me parece detestable tener que dedicarle líneas y párrafos varios a esto en lugar de estar hablando de pruebas de líder, pequeñas cuitas como la pesadumbre de Rosa por la pérdida de Montalvo o la pérdida de la navaja multiuso (en singular, please) por parte de Arturo.
Hay una cosa que ensombrece todo lo demás en este asunto, según lo ve este humilde cronista. Cierto que hay provocaciones, aunque no sea capaz de determinar con seguridad si realmente Emma mete indebidamente la mano donde dice Sonia, o si esta y Carolina se han apropiado ciertamente de esterillas que no les corresponden. No he visto las imágenes y me niego a creer a pie juntillas nada de lo dicho por ese grupo de personas.
De Emma desconfío porque la he visto girar como una veleta. Hacer la pelota a Aída debía ser motivo de expulsión directa y sin pasar por la casilla de salida, y a esta concursante la he visto en tal tesitura. De todos los famosos dudo porque fueron capaces de mantener una versión incierta del cansino episodio de los golpes en la puerta y demás, situación en la que aceptaron dar por buena una versión inventada por Sonia. Esa es su gran falta y la principal razón por la cual no puede pretender que ahora nos la creamos porque sí. Doy por seguro que tanto Emma por su lado como Sonia y Carolina por el suyo han provocado, aunque no soy capaz de determinar en qué medida se puede considerar el caldo de cultivo aportado por cada uno de estos actores protagonistas de una historia tan indeseable.
Lo que sí tengo claro es que, aparte de cualquier otra consideración, la bestia del machete utilizó este como arma de intimidación durante toda la escena de violencia que presenciamos anoche. Y con ese arma blanca en la mano vapuleó y arrastró a dos mujeres (Sonia y Carolina) por la arena. Y eso no es de hombres, como dijeron anoche Jacobo y Xexu, con mucho acierto en ambos casos por extraño que parezca (por parte del primero, me refiero). No es de hombres sino de acémilas, como dije antes. Una acémila descerebrada y peligrosa, cuya presencia en la isla está de más a partir de ese momento.
No seré yo quien discuta las decisiones de la organización del programa, que es dueña de la justicia impartida en el mismo. En mi opinión este concursante debería haber abandonado ya el programa, no porque ese castigo sea más o menos justo para él sino porque cualquier otra medida no evitará que desaparezca el miedo entre quienes se han convertido en sus compañeros, muy a pesar de ellos. Si estuviera de mi mano, siempre procuraría que nadie viviera aterrorizado bajo la amenaza de un tipo despreciable como este, capaz de maltratar físicamente a dos mujeres y verbalmente a un individuo sexagenario al que ayer dijo: "No te parto la boca porque eres un viejo". El viejo, según este tipo tan zafio, se llama Toni Genil y permaneció erguido aludiendo a su hombría y echándose mano a su entrepierna. Por eso yo le digo hoy "olé, tus cojones, Toni". Porque ha sido el único capaz de enfrentarse a la bestia, aparte de Sonia y Carolina.
No dramatizaré (me lo llevo repitiendo todo este rato) pero ver a todo el grupo mirando para otro lado no deja de provocarme un revolcón en el estómago a juego con el de mi conciencia. Ya sé que tenían miedo (por la decisión del programa seguirán teniéndolo) pero aún así es duro asumir que nadie se atreva a dar la cara y anoche varios dijeron que las formas de la bestia no son adecuadas pero le ponían siempre un pero. No señor, no es el momento. Todos los peros que usted quiera, pero no se puede tolerar esa actitud, como dijeron en caliente Rosi o Tatiana. Luego de cara a las cámaras se lo pensaron un poco mejor y empezaron los peros. ¿Esto qué es?
El castigo a la bestia ha sido finalmente alejarle del machete, que no podrá coger en todo el tiempo que dure en el programa. Tampoco es que deje mucho más tranquilo porque cualquier día puede saltarse la sanción a la torera, aunque eso supondría su salida inmediata del programa. Algo es algo, por tanto, aunque le otra parte de la medida es un poco más discutible. No podrá abandonar Playa Uva en ningún momento durante esta semana y hasta nueva orden. Ni expediciones, ni pesca ni nada. Poca vida de superviviente podrá hacer, por lo cual el castigo es tanto para él como para el resto de concursantes. Solo faltaba que le hubieran encerrado en una jaula, único sitio que le pega.
Es posible que Sonia y Carolina hayan tenido comportamientos indebidos e incluso que hayan exagerado y dramatizado en exceso a su favor. No digo que no. También puede ser que Emma haya azuzado tanto a la bestia como parece. Tampoco lo niego. Solo digo que sobre una cosa y otra hay apariencias o convencimientos no del todo basados en evidencias. Pero no tengo ninguna duda de la actitud despreciable de la bestia. Con el machete en la mano y sin soltarlo durante toda la secuencia. De eso no tengo duda alguna.
Emma se ofende gratuitamente porque Sonia no quiere que vaya con ella y Carolina a por almendras. Más clara no puede ser, lo cual es un punto a favor de Sonia. "No quiero que vengas con nosotras", es claro e inequívoco, además de estar explicado en los episodios precedentes. Hemos visto como estas tres concursantes salían de expedición y Emma no paraba de meter prisa a las otras dos, criticando luego en confesión a cámara que les guste tanto pararse mientras ella prefiere ir con más prisa. Tienen ritmos distintos, por lo cual es razonable que no quieran ir juntas. Hubiera previsto que la propia Emma sería quien se iba a negar a repetir la experiencia, pero en lugar de esto se ofende.
La incoherencia de esta concursante que desea marcharse y pide a la audiencia que vote su expulsión traspasa todos los límites. Todos somos incoherentes y jugamos a nuestro favor casi siempre, pero a veces deberíamos tener un poco más de memoria o aplicarla allí donde hace falta. Emma pierde las gafas de buceo por un descuido, las dejó encima de unas rocas un día de marea agitada. Cuando algunos compañeros se quejan parece molesta porque a cualquiera le puede pasar que pierda algo sin querer. Claro, claro, claro.
Pero cuando es Arturo quien supuestamente pierde la multiuso entonces le critica duramente. Menudo rostro tiene esta concursante dimisionaria. Propongo al programa que nadie permanezca en el grupo a partir del momento en que se le escuche decir que quiere marcharse. Que la destierren a una isla solitaria y deje a los demás en paz. Ya se sabe el lema que algunos usan cuando piensan marcharse de un sitio: "Para lo que me queda en el convento... me cago dentro".
También a Arturo ya le vale. Va de mal en peor, saliendo de Guatemala para meterse en "Guatapeor", aunque todos sepamos que anda por Honduras. "¡Viva Honduras!". Resulta que el primer día casi no llega a la orilla tras lanzarse del helicóptero. En la camiseta esa con la que hace publicidad de algún lugar de la afortunada isla de Ibiza debería grabar la inscripción: "No sin mi oxígeno". A unos les abandona el desodorante y a este le ha dejado definitivamente el resuello. Luego pierde una herramienta básica para el grupo y ni siquiera se disculpa. Aunque también es cierto que no pondría la mano en el fuego porque igual fue Emma la culpable de esa pérdida. Y para remate, anoche es responsable (con la acémila) de no ganar la prueba de recompensa.
Entra las cosas que podrían haber conseguido estaba una nueva navaja multiuso, igual a la anterior. Tenían que tardar quince minutos de una isla a otra en cayuco, castigo cruel e innecesario para Kiko y Tamara. Mientras aquellos volcaban y dejaban de remar antes de llegar, incapaces de terminar dignamente la prueba ni en el doble del tiempo máximo previsto, a estos les sobraron minutos. De lo cual se demuestra que quien quiere puede, lo cual no fue el caso del niño de la tonadillera y la polemista de los mareos de sintomatología múltiple.
Pero para llevarse recompensa tenían también que coincidir con el resto de compañeros en la elección de la misma. Arturo y la bestia eligieron el kit de pesca y los demás se decantaron por la navaja. ¿A quién se le ocurre perder la multiuso y no aprovechar la oportunidad de recuperarla? La tercera en la frente para este delfín desinflado, que por muy seductor que intente ser con Tatiana, dejando que esta ponga su testa entre las tetas repetidamente, no le veo superando la torpe imagen que está transmitiendo esta vez.
Termino brevísimo con lo de Rosa. Siento discrepar de mi adorado Boris Izaguirre, motivo más que suficiente para trasnochar viendo el debate cada lunes, pero mi diagnóstico sobre lo que le pasa a esta concursante es bien distinto. Me río con lo de su supuesto enamoramiento de Montalvo, lo cual sería realmente fantástico. Una revolución hormonal en tal momento y circunstancia sería bello de verdad. Ahora bien, me inclino más a pensar que sus disputas con Tatiana, otrora gran amiga (con quien se reconcilió después) y sus cada vez más frecuentes gritos a deshora están provocados por el abandono de Montalvo, pero no por una cuestión de hormonas.
Creo que a Rosa se le han caído los palos del sombrajo y tiene el alma más abajo del suelo desde esa salida. Lo dijo ayer en el resumen, si han tirado a este después van los demás, ella la primera. Se siente vulnerable, dando el programa por perdido. Maldito esfuerzo. Tanto sufrimiento y luego mira. Por cierto, muy significativo el recelo con el que habla Kiko Rivera de Rosa. ¡Tomo nota!
Apuntes de bitácora
Mañana hablamos de una prueba de líder en la que hubo dos finalistas, por fortuna sin separación de sexos: Jessica y Sonia.
Solo dar paso a esta genial caricatura de Rosa Benito, tras la cual se puede ver un vídeo de cómo ha hecho Javier B.V el dibujo. Lo llaman speed painting y recomiendo quedarse a verlo porque merece la pena.
Y el speed painting o proceso creativo y de elaboración de la obra. Interesantísimo, ya digo.