Hablar de Supervivientes un día como hoy en que casi todo el país está pendiente de lo que hace 'la roja' se hace un poco cuesta arriba. Es evidente que el silencio solo roto por el compás de las olas del mar (aparte de los truenos y la lluvia cayendo sobre la isla) no puede luchar con el ruidoso resonar de las vuvuzelas, esa especie de venganza del pueblo sudafricano por haberles invadido para celebrar ese campeonato tan importante. Es su revolución silenciosa. Bueno, silenciosa no, más bien todo lo contrario. En todo caso, y aunque el país se paralice sobre las cuatro de la tarde, nosotros aquí seguimos.
Y seguiremos hablando de la mezquindad de quien viola la paz de la que hablaba en la isla levantando día sí y día también el hacha de guerra. Rafa va siempre con el arma cargada, dispuesto a poner en su punto de mira a aquellas personas que le molestan. Posiblemente se ha crecido tras la salida de Óscar, viendo como fue cargar contra él por el asunto de la pesca y ser expulsado inmediatamente. Igual sobrevalora su poder y cree que si ahora concentra la atención en otro concursante logrará su baja del concurso igualmente. Mucho le bajaría los humos la salida de Mireia, por tanto, al haberse convertido en su principal valedora en estos últimos días.
Por todo esto me empieza a cargar el argumento de defender a quien "da juego", un coladero por el que algunos quieren dejar pasar concursantes con valores que me espantan, como el machismo o la misoginia que rezuma este personaje. Aquí juego lo da todo el mundo y si se buscaran concursantes con cualidades para la supervivencia posiblemente la audiencia recobraría el interés en el propio juego y no en esas apestosas extensiones basadas en la polémica gratuita y el evitable enfrentamiento. El público de un reality no pide siempre lo mismo y ahora, mucho me temo, está reclamando supervivientes que demuestren serlo, no divos televisivos más o menos caprichosos. Las prima donnas en la ópera, por favor.
No deja de resultar llamativo ver una masa silenciosa camuflarse entre la maleza mientras Rafa y María José se enzarzan. Quienes han dejado de soportar a Rafa hace tiempo no se atreven a decirle nada, ni siquiera han osado nominarle hasta ahora. Tampoco dicen una palabra quienes no soportan a María José, aparte de una Mireia que se limita a repetir los argumentos de Rafa sin pararse a analizar si son ciertos o producto de esa especie de paranoia por la que está afectado. Entiendo las razones aducidas por la bilbaína y Trapote cuando hablaban del miedo, ya sea a los conflictos o incluso al musculitos. Pero, por favor, que alguien ponga un poco de cordura. Lo de Parri calificando de intolerable el trato a Mariajo pero sin ser capaz de decirlo a la cara es una prueba de lo que digo.
Si algunos de los argumentos de Mireia son falaces también lo es en parte la defensa que hace de sí misma María José. Veamos, ni parece cierto lo de "soy cualquier cosa menos egoísta" ni tampoco que esta concursante se haya quedado con todas las pertenencias del pobre Parada, quien estuvo invitado durante nueve días y no dejará de arrepentirse nunca de haberse embarcado en esta aventura. Lo primero es opinable, pero lo segundo tiene su demostración palpable en las imágenes que nos ofrece el programa.
He visto a Rafa y otros concursantes vistiéndose con la camiseta de Parada, como si fuera su favorita para ir a pescar. También he visto a Parri resguardándose de la lluvia con el paraguas del invitado. Y Trapote ha dado mil usos distintos a su fular, con esa imaginación que ella tiene para la ropa, capaz de convertir un horrible gorro del chubasquero en un curioso tocado. No sé si alguien se ha hecho cargo del ventilador o volvió a casa con su dueño, pero hay algo claro: no es cierto que María José se haya quedado todo lo de Parada. Si acaso sabemos que este le dio expresamente la maleta, seguramente porque ella se apresuró a pedírsela, cosa que me cuadra con el personaje, además de haber tomado el calzoncillo verde de "¡por España!" como una especie de fetiche.
Ahora bien, está claro que María José es egoísta. Y un poco aprovechada también. Ella no se para en barras a la hora de aprovecharse de lo que pueda, ya sea quedarse con la florida maleta de quien va de visitante para unos días, como adelantarse a pedir si se puede comer las aceitunas que no quiere Deborah, sin pensar en reparto o rifa de algún tipo. Lo puso de manifiesto Nerea en las dos primeras semanas de concurso y la audiencia no le debió dar mucho crédito porque se fue a la calle en seguida.
Y es que está concursante ha contado con el apoyo de la audiencia votante, a pesar de todos sus defectos. Es un poco falaz la conclusión pero el apoyo parece aún mayor si consideramos que Nerea perdió ante Bea y, una semana más tarde, esta no pudo con María José. ¿Estaba la audiencia refrendando el egoísmo del que hablo? No necesariamente. En un concursante se valoran diversas cosas y al enfrentarse con otro (u otros) termina cayendo por su peso que uno de ellos es el preferido para continuar en el concurso. La audiencia vota, no se casa con los concursantes. Y aunque lo hiciera nadie dice que no pueda divorciarse una semana más tarde.
De Rafa no podemos saber su grado de apoyo popular porque nunca ha sido nominado. Ahora Parri dice que si vuelve a ganar el juego de inmunidad (sería la cuarta semana consecutiva, posiblemente un récord en el programa) no tiene duda de que le nominará. Tampoco hace falta acudir a esa vía de urgencia, por cuanto bastaría con la nominación de quienes no le ven con buenos ojos para que fuera uno de los nominados del grupo.
Hagamos un rápido y adelantado juego aritmético para comprobar hasta qué punto es posible lo dicho. Según están las cosas, con cuatro nominaciones es muy posible poner en la palestra a un concursante, aunque prácticamente seguro con cinco. Suponiendo que nuestra encuesta vuelve a acertar y sale Mireia, bastaría con que nominasen a Rafa los siguientes: Trapote, Parri, María José y Román. Verosímil, ¿no? Aunque también es posible que lo hiciera Deborah, llegando a los cinco votos.
Trapote (que luce su bikini rojo tan bien como se puede ver a la izquierda) se ha convertido en quien mejor entiende a María José, a la cual no creo que nominasen más que Rafa, Guillermo y Perdiguero. En realidad, con Trapote se están desahogando ya varios compañeros, principalmente compañeras, y hemos visto también a Deborah muy unida a ella. La única incógnita es quien se escudará en la desactualizada cantinela de "porque quiere irse" para nominar a la periodista. Además, espero que se den cuenta de que es un voto perdido, aunque bien podría ser empleado esto para forzar la salida de uno de los otros nominados.
En conclusión, sin esperar a que el líder sea uno de los dos que supongo nominará a Rafa (Trapote y María José no pueden serlo al estar nominadas), es posible que esta semana Rafa sea expuesto al voto de la audiencia por vez primera.
Otros dos argumentos del último resumen giraban en torno a Rafa, lo cual hace decir a algunos lo de que "da juego" y provoca en este cronista mayor rechazo cada vez a ese concepto. Me refiero a la perdida del gorro de su chubasquero y su nueva postura ante la pesca.
Si este concursante pierde el tubo de esnórquel de sus gafas de bucear lo denomina "expediente equis", cuando se ha visto que salió del mar sin ello. Por el contrario, si desaparece su gorro impermeable se trata de un robo. Le faltó pedir inspeccionar los sacos de todos, aunque si alguien se lo hubiera quitado para hacerle saltar, como le hace pensar su propia paranoia, mucho me temo que lo enterraría o haría desaparecer en el mar.
Afectado por el "síndrome Berlanga", también conocido como "no sin mi chubasquero", hemos escuchado a Rafa pronunciar las siguientes palabras: "El chubasquero es algo básico". También ha dicho esto (aunque la censura de palabras malsonantes hace casi ininteligible el fragmento):
En realidad si es ininteligible no es por los silencios (me juego algo a que, respectivamente, dice huevecillos, potorro, hostia y cojones, con perdón) sino porque su discurso es más esforzado y entrecortado que el de Perdi. Y ya es decir. No sé por qué le daba tanta importancia a la desaparición de su gorro si un poco antes había dicho "Rafa tendrá gorro de chubasquero". ¿Pues entonces? Otra cosa es ese hablar en tercera persona, a lo Aída Nízar, que me hace desear un cambio de última hora y que en lugar de la adorable lianta de Sonia Arenas vaya esta otra antigua gran hermana, no tan adorable y mucho más lianta todavía.
El otro argumento es el cambio de actitud ante la pesca de Rafa, tan descarado que no perderé mucho tiempo, tan solo el suficiente para desenmascarar también en esto al concursante. Resulta que ahora no entrará a pescar hasta que el mar esté tranquilo. Eso dice, al menos, mientras manda a Román y Parri. Que arriesguen su integridad ellos, debe pensar. Y es que es tan fácil pescar como ir a comprar al mercado, dice el muy cachondo.
Y termino con un par de apuntes y el imaginario rostro del tete dentro de veinte años. En primer lugar, Perdi está mejor y fue visto por el médico en el hotel cercano a la complicada prueba de recompensa que tuvieron, en la que ganaron dos tomates por persona y menos de medio kilo de pasta (calcularon que unos 30 gramos por persona). Lo otro es que ladró el perro, en este caso para hacer una temerosa advertencia. El texto de la nota decía así:
O sea, que se les pueden comer los tiburones. ¡Menudo panorama!