Tristes contra contentos
No sé si la división entre la pareja formada por Parri y María José con el resto de concursantes se ha suavizado o, por el contrario, es ahora aún más evidente. Cierto que han vuelto a comer todos juntos, pero también es verdad que algunos parecen estar intentando acentuar las diferencias mostrando una alegría incontenible nunca vista hasta el momento.
Se levantan cantando, van a la prueba de recompensa igual y vuelven con idéntico alborozo y animación. Les veo casi con espíritu de boy scouts. Me refiero concretamente a Trapote, Sonia, Malena y Perdiguero. Ver cantar y moverse al compás de ciertas canciones a este último es francamente insólito. Ellos están en su derecho de cantar y mostrar su regocijo continuo, del mismo modo que yo de pensar que su intención es joder un poquito y exagerar el contraste entre el grupo de los chupi-contentos y los tristes-de-la-muerte.
Un poco se les está yendo la olla a todos, aunque siendo algo listos podrían los dos anónimos nominados explotar su mala fortuna en el juego. Los perdedores tienen una épica siempre llamativa para el gran público, a lo que se añade el rol de 'servicio doméstico' mucho más identificable por la mayoría que el de 'famoso de medio pelo'. A decir verdad, a estas alturas no establezco diferencia ninguna entre famosos y anónimos porque antes de empezar el concurso no conocía de nada a Perdi ni a Trapote. Malena y Sonia, por su parte, son un puro relleno que nadie piensa puedan ganar este concurso.
Por tanto, la dicotomía establecida por el origen o lo conocidos que fueran los concursantes no existe para mí. No es eso lo que me pueda hacer simpatizar más por unos o por otros y me parece algo completamente accesorio. Pero es cierto que de saber explotar mejor su situación, podrían Parri (Perdi sigue llamándole "Parris", ¡por favor! que alguien le saque de su error) y María José aprovecharse de algo que para muchos es un factor a tener en cuenta, como es venir del más completo anonimato, el mismo al que volverán pasada esta experiencia.
Pero estos dos supervivientes no se han dado cuenta que los victimismos cansan y pocas cosas se castigan más que estar haciendo estrategias en el juego mientras se censura y critica a otros por ser estrategas. El matemático a quien le parece fatal que Trapote quiera ganar (¡vaya escándalo!) y considera horrible que todos hayan empezado a jugar, es precisamente el mismo que dijo "ya hemos demostrado que sabemos sobrevivir, ahora hay que empezar a jugar". El mismo al que ayer vimos esbozar una estrategia nominatoria junto a su mamá postiza.
Hablaban Parri y María José sobre si contarían con Debi y la posibilidad de provocar un empate total en las próximas nominaciones. Dando por supuesto que se va Perdi, piensan ellos en un escenario equilibrado de tres contra tres. De un lado, Trapote, Sonia y Malena. Por el otro, la reconstruida familia formada por María José, Parri y Deborah. Así las cosas, dan por supuesto que los otros tres repetirán su nominación del jueves pasado (María José y Parri), planteándose hacer coincidir sus tres nominaciones para provocar un empate entre cuatro de los seis supervivientes.
La labor de proselitismo con Debi no creo que funcione. Ella va por libre, habiendo convertido esto en su Leitmotiv. Intuyo que si no es líder nominará a Sonia y Malena, a quienes perdonó un poco la vida el jueves diciendo "quiero que se queden un poco más aquí". O sea, solo un poco, no se vayan a pensar. Su principal labor ahora es no revelar sus intenciones puesto que a sus dos antiguos familiares les bastará con saberlo para poder provocar ese supuesto empate, aunque creo que no va a ser posible.
Se les escapa que hay una prueba de liderazgo y uno de ellos será inmune, al tiempo que tendrá la ventaja de situar directamente en la palestra a un nominado. Esto sin contar con la posibilidad de que haya sorpresas en lo que resta de concurso. Hablo de dobles expulsiones y cosas así. Queda demasiado poco tiempo para que todo se desarrolle con normalidad y termine habiendo los tres finalistas habituales estos últimos años.
No sé de dónde viene la convicción sobre que será Perdi el expulsado. La única explicación razonable es que se dejen guiar por las últimas expulsiones, y den por hecho que tras Óscar, Rafa y Guillermo (con Mireia entre ellos) irá el ciclista. Sucede que no es este el argumento utilizado por Parri cuando le dice a Perdi lo que este contó volviendo de la prueba de recompensa. Según parece, le dijo estar seguro de la expulsión de Perdi porque él y María José tienen mucha gente detrás. Me recuerda a aquello que decía Bea sobre sus cuatro clubs de fans.
Lo de la gente detrás no lo dirá por lo que haya podido comprobar en su propio nombre (ya que solo estuvo nominado la primera semana y con Consuelo), como vengo comentando estos días. Supongo que le hace pensar en ello la posibilidad de que simpatizantes de todos los anónimos expulsados puedan apoyarles a ellos. De hecho, los cuatro últimos expulsados son famosos, pero hay otra estadística aún más definitiva.
Entendiendo que Miriam nunca llegó a ser concursante, solamente han sido expulsados dos anónimos en toda la temporada. Estos son Nerea (segunda semana) y Víctor (quinta semana). Otros dos abandonaron (Miguel y Román), y tres aún están en la isla. Lo cual hace un total de ocho concursantes. ¿Quién dijo que todo estaba dispuesto para que ganase un famoso? Por eso plantearon una votación rápida por la que se marcharon Carla y Javi, por ejemplo. De momento, llevan ventaja los anónimos por una auténtica goleada.
Si el jueves sale Perdi (aunque en la encuesta se acerca cada día un poco más su porcentaje y el de Mariajo) solamente quedará Trapote de entre los famosos que se lanzaron el primer día del helicóptero. En todo caso, lo de Parri diciéndole a Perdi algo así como "te vas a marchar tú" es de una chulería importante. Y luego habla de prepotencia. De nuevo la viga en el ojo ajeno, mucho más visible que en el propio.
Igual de feo me pareció ver a las chicas planeando la combinación de bikinis del día, cuando hace tan solo un par de días las vimos mosqueadas por tener que prestarle esas prendas a María José y lo poco higiénico de intercambiarse las partes de abajo. Entiendo que tengan más escrúpulos hacia una persona mayor, pero es algo que deberían haber disimulado. Cada uno es dueño de sus escrúpulos y no es algo en lo que pueda entrar nadie. Pero no está bien que quede tan claro. Entre ellas no pasa nada por cambiarse la ropa de baño, como se puede ver en las imágenes de la izquierda, pero sí por hacerlo con María José.
Aunque también es cierto que el mayor reparo no fue por un tema higiénico-sanitario sino porque les empezó a tocar las narices el capricho de esta compañera, necesitada de estrenar cada día una prenda. Tampoco hay forma de controlar lo que a uno le molesta o le deja de molestar, y aquello que siempre has hecho sin rechistar llega un día que se te pone ahí mismo dejar de hacer.
María José se marea un par de veces y sus compañeros ven cierto bajón en su estado físico. Volviendo de la prueba de recompensa el médico le toma la tensión y la tiene alta. Ella se siente bien y fuerte para continuar hasta el final, ahora que queda tan poco. Sorprende ver a esta mujer un momento de debilidad física después de haber demostrado la mayor fortaleza de todos.
Su naturaleza es envidiable y hasta ahora parecía imposible de derrumbar. Perdi duda de que sus desmayos sean ciertos y no una parte de la caricatura de víctima realizada de sí misma durante esta semana. Es una duda razonable, aunque para desmayos increíbles aquel de Parada cayendo encima de Rafa Mora. En todo caso, dado que todos han tenido momentos de mareo me parece inapropiado dudar de este caso. Si algún desmayo fue espectacular como para plantearse la posibilidad de rentabilizarlo ese fue el de Perdi contra el fuego. Naturalmente, nadie lo puso en duda.
También es cierto que no lo pone fácil ella misma cuando poco después se mete con Parri a bucear. Pero vamos a ver, si a uno le acaban de dar un par de 'chungos' lo último que debe hacer es algo así. Ya sé que el equipo está vigilante, pero por simple precaución debería haber evitado cualquier riesgo. Claro que ahora toca hacer que se pesca. Menos mal que María José no ha pescado ni un resfriado porque en caso contrario estaría Parri quejándose de que solo pesca él. Ahora quizá ya no piensen que es tan fácil.
Quizá se le olvida que durante casi todo el concurso eran otros los que llevaban los pescaditos hasta su plato (o cuenco de coco), sin que entonces hiciera el más mínimo intento por salir a pescar. De todas formas, me sigue pareciendo fatal el conformismo de los concursantes. Las chicas prometieron intentarlo el jueves pasado, a pesar de haber rechazado el reto de los veinticinco pescados. De momento se ha quedado en la intención, y aún no las hemos visto sedal en mano. Pensarán que no es el momento de esforzarse, ahora que les dan arroz y las recompensas son más generosas.
En el último juego de recompensa les esperaba una mesa repleta de comida. Tortilla española, espaguetis, pizza, hamburguesas, un pastel, fruta, patatas y algunas cosas más, en cantidades importantes. No es que hayan visto las orejas al lobo con lo de Román, sino que los días van pasando y cada vez es mayor riesgo mantenerles casi en ayuno permanente. Por eso la semana pasada el Cadejo les hizo comer bastante, consiguiendo azúcar o harina, y ahora les ponen recompensas suculentas.
Contrasta esto con la cicatería de las primeras semanas. Quizá se pueda llegar a un término medio. Ni tanto ni tan calvo, pensarán los que han pasado días de hambre y necesidades en la isla. Para conseguir llegar a tan suculenta mesa debían ir pasando por varias plataformas en el mar, a cada cual más pequeña. El paso de una a otra se realizaba por medio de una estrecha tabla que los propios concursantes iban poniendo en un lado u otro. La plataforma final tenía una superficie minúscula para los siete supervivientes que aún siguen en juego.
Una vez llegados hasta allí debían permanecer en equilibrio durante diez segundos, tras los cuales se tirarían al mar y llegarían nadando a la gran plataforma que contenía la mesa de manjares antes descrita. Tendrían entonces para comer el tiempo sobrante de los ocho minutos que marcó el cronómetro al comenzar la prueba. Suficiente para que comieran a dos carrillos y hasta se llenasen los bolsillos. Eso sí, imposible desobedecer (como en otras ocasiones) a la organización puesto que acabado el tiempo debían tirarse al mar rápidamente porque la plataforma comenzaría a arder, con la mesa dentro.
No quiero cerrar el comentario de hoy sin mandarle un saludo al gran Paul. No nuestro Paul sino ese pulpo que predice el triunfo de la roja ante Alemania. Teniendo en cuenta que el animalito es alemán su gesto parece de especial valentía. Primero nos merendaremos al equipo alemán y luego, si quieren, les enseñamos a hacer un exquisito pulpo a la gallega.
También me gustaría darme por enterado de los mensajes publicados por la madre de Román en el hilo de comentarios de ayer. Le agradezco el reconocimiento hacia mi persona y, sobre todo, el que hace al médico y equipo del programa. Sus palabras son estas:
Por cierto, ayer doblamos el número de comentarios de toda la temporada pasada, aun cuando todavía quedan días para el final. Gracias y enhorabuena a todos por ello. Y (segundo "por cierto") en esta anotación de hoy he mencionado a todos los concursantes de la temporada, sin excepción.