Había pensado un juego de palabras de esos que tanto gustan en la prensa deportiva para titular hoy pero el llanto desconsolado de Tatiana en el hombro de Raquel Sánchez Silva me ha conmovido lo suficiente como para decantarme por algo de mayor sobriedad. Tatiana Delgado ha sido obligada a abandonar para preservar su salud dada la inflamación y dolor en su pecho derecho, posiblemente al haberse descolocado su prótesis mamaria por el impacto de la caída desde el helicóptero. Es triste que el paso de esta concursante se trunque de esta forma tan absurda y lamentable. Estoy seguro de que habría sido una buena superviviente, aunque como ella misma lamentaba anoche en el debate no ha tenido tiempo de demostrar nada en su corta estancia.
No se trata de aprovechar el triste abandono de Tatiana para impartir clases de comportamiento. Cada uno se busca la vida de un modo para ser más feliz y si esto estriba en tener un volumen de pecho extraordinario pues bienvenida sea la mamoplastia y olé por las tetas grandes y redondas. Ahora bien, la experiencia de esta exconcursante quizá sirva para que se lo piense dos veces más de una adolescente que espera el premio paterno de la dichosa operación por aprobar curso con buenas notas o para celebrar el haber alcanzado la mayoría de edad. Ella podrá explicar con detalle los problemas que le han acarreado sus prótesis, las siete intervenciones de las que hablaba en la isla, los dolores y la desesperación ante la posibilidad de un nuevo paso por el quirófano, como parece que habrá de hacer. Tal vez en algún momento piense que no mereció la pena. Muchas veces más vale contentarse y ser feliz con lo que se tiene, buscando la belleza de un pecho no tan grande.
Dije que no quería impartir moralina y, de algún modo, lo estoy haciendo. Lo siento, pero me ha dolido ver a Tatiana como una niña, desesperada ante su mala fortuna, con un llanto tan sincero como pocas veces se puede presenciar en este mundo de la televisión, a menudo falso e impostado. Lo de esta chica es absolutamente real, e imagino que en su llanto y su rabieta se mezclaba la pena por ver su sueño truncado con el terror ante la posibilidad bastante cierta de una nueva operación. Las pruebas médicas practicadas a Tatiana así parecen preverlo, habiendo ofrecido en cualquier caso un resultado preocupante. Así las cosas, deberá viajar a Madrid y ponerse en manos de especialistas.
Es una pena no solamente porque se acaba aquí el sueño de una concursante sino también por lo que eso supone. Lo normal es que a no mucho tardar nos presenten a quien sustituya a Tatiana en esta aventura, aunque difícil que volvamos a ver redondeces tan espectaculares. Creo que nunca vi un trasero tan exageradamente redondo, que ella sabe mover inmejorablemente. Digamos adiós, por tanto, a esos tangas tan bien llevados, y resignémonos a prescindir de la dosis diaria de delirios curvilíneos capaces de sumergirnos en las fantasías más lúbricas.
Por cierto, el pecho dolorido es el mismo que quedó al descubierto en la prueba del barro, primero aunque no único en salir a la luz en esta edición de Supervivientes. Anoche veíamos la imagen de una Aída por un momento humana y colaboradora, despojada de esa máscara de monstruo de difícil trato, perdiendo por accidente la parte de arriba de su bikini cuando se agachaba a darle agua a Toni. Sus esfuerzos por evitarlo fueron inútiles y la teta saludó discretamente a la cámara. No entraremos en comparaciones, siempre odiosas. En el fondo, una teta es una teta y no hay cuatro iguales. Grandes y pequeñas, naturales y operadas, bienvenidas sean. ¡Ponga una teta en su reality!
Más allá del pecho breve de Aída y el descolocado de Tatiana, sigue transcurriendo el tiempo en Cayo Paloma y en el barco fantasma de los anónimos. Aída sigue acaparando protagonismo, lo cual la está perjudicando claramente. Cualquier concursante que destaque durante los primeros días cansa a la audiencia lo suficiente como para desear su expulsión, incluso sin necesitar del histrionismo excesivo que muestra esta concursante continuamente.
Aída es exagerada hasta cuando exagera, y quiere vendernos el papelón de la concursante aislada y marginada por el grupo, lo cual cuela poquito. Tanto exceso me divierte de momento, entre otras cosas porque se ha convertido casi en una caricatura de sí misma. Ahora bien, en cero coma comenzará a cansarme y dejará de hacerme gracia ver como se aparta del grupo para poder hablar de un complot en su contra.
Quien parece más dispuesto a fomentar esa idea es José Manuel, el único a quien se le ha ocurrido negarse a que toque su objeto personal (una red para pescar) y se ha enfrentado a ella pidiéndole que no le dirija la palabra. "Haz como si yo no existiera para ti", le dijo con bastante serenidad y sin aspavientos. Entiendo su postura y hasta la podría llegar a aplaudir, pero no está siendo inteligente. Precisamente, eso es lo que persigue Aída, por lo cual es un logro para ella que alguien le ponga en bandeja otro vídeo, en el cual además se ve como un compañero dice que su red la puede usar cualquier menos ella. Justo lo que ella pretendía.
De entre los demás, en buena medida comparsa al son que marca Aída durante estos primeros días, destaca otro concursante que empieza a molestar y se está granjeando alguna enemistad entre sus compañeros. Se trata del gran Genil, imposible cantante retro que llegó a actuar en el Madison Square Garden de Nueva York, y aún ni el mismo sabe cómo fue. Dicen que se mete en las conversaciones ajenas, tal vez para no perderse un plano.
Este Toni se las sabe todas, lo cual está acreditado por episodios como aquel del supuesto accidente en el que estrellaron un coche contra la Cibeles para hacerse un 'Tómbola', histórico y pionero programa sin el que 'Sálvame' no habría existido (posiblemente). En algún momento debió escuchar aquello de que quien se mueve no sale en la foto, y ahí está intentando chupar cámara todo lo que puede. Eso sí, creo que nadie había osado colocar la estampita de un Cristo a la entrada de la sencilla cabaña donde duerme el grupo, lo cual imagino haría al recio grito de: "¡Viva España!".
Y luego están dos especies que empiezan a comportarse como híbrido marino entre pulpo y lapa. Me refiero a una Jessica siempre pegada a José Manuel y un Kiko permanente enredado a cualquier cuerpo femenino que se deje. El "pequeño del alma" es pulpo, lapa y león marino a un tiempo. Por lo menos parece transmutarse en esta última especie por las noches, cuando no deja dormir a sus compañeros por la serenata de sus ronquidos. Ternura fue lo que me transmitió Tatiana (¡ay, mi Tatiana!) durmiendo como un tronco con Kiko roncando en su nuca, abrazado (¿cómo no?) a ella, mientras se despertaban desesperados compañeros que dormían más apartados.
En debate de anoche establecieron conexión con Cayo Paloma para darle la oportunidad a los dos nominados de hacer un alegato a su favor. Reyes habló del gusano que tiene en su barriga, lo cual habría puesto en alerta al médico de la isla, ese abnegado trabajador a quien no dejan descansar durante estos tres meses, pero habría sido una falsa alarma porque se refería a los nervios que empieza a tener de cara a la expulsión del próximo jueves. Si se queda será interesante ver si hace efectiva su amenaza hacia los anónimos, con quienes declaraba tener mucha gana de enfrentarse en las pruebas físicas. En cuanto a Aída, una sesión más de victimismo, siempre al borde del sollozo.
Y en el barco fantasma de los anónimos, Jeyko (de quien decía, con acierto, zona_norte que tiene un nombre "más apropiado para un boxer o un gran danés") parece que no se entera de la movida y se dice dispuesto a seguir tirando la caña a Diego. "Tengo novia y soy hetero", decía este a cámara, molesto con alguna de las frases del bailarín. "Si te enamoras de mí sabrás de verdad lo que es el amor", decía ufano Jeyko. Diego Durán (parece un personaje de Lope de Vega) no sabe si cortarse las venas o dejárselas crecer. Mientras tanto, este cronista sigue pasmado como espectador ante tanta estulticia. Si llego a pillar el botiquín de Carmina Ordóñez no respondo.
Apunta Yue_ en los comentarios algo en lo que no había reparado. En la gala del pasado jueves escuchamos decir a Aída en un vídeo que nunca jamás se desdice. Un poco más tarde, en el momento de comenzar las nominaciones, dijo claramente que tenía "una nominada clara" (mujer, por tanto). Sin embargo, unos minutos después nominó a Jacobo (hombre). ¿Alguien lo explica?
Dice nafrat que la prueba de las antorchas en la que Kiko se ganó salvarse de estar nominado esta semana la ganó el "osete" (así le empiezan a llamar algunas amigas) por gravedad. Y lo explica así: "Si tiras de un edificio dos cuerpos con masa diferente, llega antes el objeto más pesado. ¿Eso significa que uno es más rápido que el otro? No, significa que tiene más peso, simplemente…". Las cosas como son. Y no es por quitarle méritos a Kiko, ¿no?