Resistir o sobrevivir
Nadie podía esperar el abandono de Miguel, uno de los anónimos más silenciosamente trabajadores, gracias al cual los famosos pasaron de comer solo un coco a tener su buena ración de pescado diario. Es el primer abandono que se produce esta temporada, que ya se distingue por esto de la última, en la cual no hubo ni uno solo.
Podían tomar nota tantos famosos de medio pelo que insisten en contravenir las normas del programa pidiendo su nominación de forma más o menos abierta. A Miguel no le ha hecho falta bastardear el formato para alejarse de la isla en una barca, tener una rica cena y dormir esa misma noche en una cama resguardada de la lluvia torrencial. No sé si la sanción económica es tan elevada como se ha dicho (ha llegado a hablarse de 100 mil euros), pero sea cual sea este concursante habrá estado dispuesto a pagarla.
Otra cosa sería que los anónimos tuvieran una sanción más pequeña, lo cual anularía el párrafo que precede a este. En cualquier caso, Miguel ha decidido marcharse sin parar en barras. Su excusa ha sido que desea asistir a la boda de su hermana, pero tengo claro que esa es la letra pequeña, un aditamento puesto a su decisión de forma más o menos anecdótica. Las razones han tenido que ser otras bien distintas, y alguna pista dio cuando hacía una muy interesante reflexión sobre la dicotomía entre la resistencia y la supervivencia.
La frase de Miguel fue la siguiente: "Esperaba desarrollar mis capacidades como superviviente, no mis capacidades en resistencia. Resistencia a las picadas de mosquitos, resistencia a la lluvia, resistencia al hambre... Aquí todo lo que hemos hecho ha sido resistir. Pocas veces hemos podido manifestar nuestras cualidades como supervivientes". Parece sensata la reflexión y nadie como quien está allí podría haberlo expresado mejor. Aunque también es cierto que los dos conceptos manejados están relacionados entre sí.
Imaginemos al náufrago de una novela, representado en el conocimiento popular por Robinson Crusoe, quizá el más famoso de la literatura; o más recientemente ese personaje interpretado por Tom Hanks en la película de Robert Zemeckis. La ficción nos dibuja un náufrago que logra sobrevivir gracias a su imaginación, el esfuerzo propio y la adaptación a las circunstancias. También con una fortaleza mental que le capacita para aguantar un cambio de vida tan radical. Al final vienen a rescatarle, de forma más o menos casual, y termina con final feliz.
Ese náufrago de ficción también consigue terminar bien gracias a su resistencia. La capacidad de resistir está indisolublemente ligada a la supervivencia. Incluso visto desde el punto de vista de la telerrealidad, solamente aquellos que resisten logran sobrevivir a esta aventura. Según esto, a Miguel le habría faltado resistencia, pero yo más bien creo que fue la convicción lo que le falló. Convicción en necesitar demostrar durante más tiempo la capacidad de resistencia a condiciones muy adversas y, sobre todo, a su posibilidad de triunfo.
Por mucho que nos cuenten es difícil imaginarnos la dureza de esta prueba. En Wild Cay, la nueva isla habitada por el grupo desde el pasado jueves, no hay pesca y ha coincidido con unos días de condiciones climáticas extremas que se han cobrado varias víctimas en el caribe. El mismo jueves había ya previsión de huracanes en Estados Unidos, México, el Golfo de México, el Caribe y Centroamérica; según el NOAA (Administración Nacional de la Atmósfera y los Océanos). Digamos que la calidad de vida ha mermado para nuestros supervivientes.
Una mejora en las condiciones puede animar a continuar en el concurso. No así al contrario, y esto ha podido influir en Miguel. Pero como dije antes, su falta de convicción en el triunfo es muy posible que haya sido aún más determinante. Como posible ganador se está hablando de Óscar Higares, el torero trabajador del que la misma María José afirma que es el único currante, además de ella misma. Parada ha tenido mucho que ver en esta repentina convicción sobre el supuesto ganador in péctore de este concurso.
La mente también se debilita por la falta de comida, lo cual parece ignorar Parada cuando les reclama planificación e inteligencia a la hora de plantear el día a día. Yo creo que esto ha provocado la absurda teoría sobre el triunfo de Óscar. No olvidemos que Parada es un liante, lo cual es ideal para el espectáculo y no tan bueno para la convivencia. A veces dice las cosas con gran claridad, aunque no siempre acierta. Por ejemplo, es injusto con Miguel cuando le menciona lo trabajador que es Óscar porque se lo está diciendo a uno que no le va a la zaga. Pero da en el centro de la diana cuando les dice a Perdi, Rafa y compañía que ellos están encantados con este abandono porque supone un duro competidor menos.
Aunque la reacción más graciosa es la de María José, una vez recuperada momentáneamente del duro golpe que supone para ella el abandono de este compañero. "No te marches no vaya a ser que vuelva Bea, que todavía no se ha ido", dice la mayor del grupo. El fantasma de 'la legionaria' sigue habitando la isla, por lo que está visto. Frases más famosas apoyarían el abandono que nos ocupa, como la de Ralph Waldo Emerson: "Abandonar puede tener justificación; abandonarse, no la tiene jamás". Lo mismo que encontraríamos lo contrario: "Puede ser un héroe lo mismo el que triunfa que el que sucumbe, pero jamás el que abandona el combate", dejó dicho Thomas Carlyle.
Hay de todo, por tanto solo tengo claro el motivo al que se refiere Paulo Coelho cuando dice esto: "Sólo una cosa vuelve un sueño imposible: el miedo a fracasar". Miguel ha tenido miedo al fracaso, un temor acrecentado por la sombra del triunfo de otro. Pero se trataba tan solo de un espejismo. Este concursante es funcionario en el departamento de Recuperación Deportiva del Ayuntamiento de Telde (isla de Gran Canaria). Sus conocimientos en esa especialidad deberían haberle servido para superar la dureza de la experiencia. Posiblemente así fue, pero aparte del temor al fracaso (falta de convicción) no tuvo ánimo para continuar (falta de motivación).
Increíble la reacción de algunos compañeros ante la salida de Miguel. Especialmente una conversación con Rafa, antes de haber tomado una decisión al respecto, en la que este parece animarle con toda su capacidad de seducción a que abandone sin dudarlo. Frases como "no es la boda de tu mejor amigo, es la boda de tu hermana... de tu única hermana", "como si se casa la mía" o "es un tema delicado" parecían querer predisponerle al abandono. Cualquier cosa menos animarle a quedarse, más bien todo lo contrario. Rafa termina indicándole el camino, por si se iba a perder: "Si al final ves que te supera, hablas con dirección o quien sea y lo solucionas". Y así fue.
Tampoco escuché a los demás intentando animarle a quedarse, salvo el caso de María José. Dos polos opuestos ante un mismo problema. Uno le indica el camino de salida y la otra intenta evitar lo que ya es una decisión cerrada. "Eres un grande" o "esto te honra" es todo lo que aciertan a decirle sus compañeros, incluyendo a los anónimos que le conocen desde el primer día. Vista la reacción parece tener razón el 'perro viejo' Parada en eso de que todos se alegran del abandono por la parte que les toca. Uno menos contra quien competir. Hemos cantado línea, seguimos para bingo.
Eso sí, vimos lágrimas en el rostro de Mireia y Trapote, aparte de María José. Trapote es muy sensible y no para de llorar, la pobre. No sale de un disgusto para meterse en otro, y encima ahora ya no puede comer a dos carrillos porque los bígaros que están comiendo apenas dan para llenar hueco de una muela. Mireia también lleva unos días de bajón, lo cual hace que me crea los lloros de ambas. María José dice que le va a costar superar esto, pero también afirma a cámara, con Miguel aproximándose por detrás, que esto le da fuerzas para seguir luchando y demostrar que no tiene por qué ganar Higares. Ella también puede, pues ya lo creo que sí.
Ah, también lloró Román. Al final el bomberito (no es burla, de veras) me va a terminar por caer bien. Estoy seguro de que con esas lágrimas tras la despedida de Miguel se ha ganado aún más la defensa apasionada que atesora desde el primer día. Va a ser imposible decir nada malo de este concursante aficionado al juego sucio en los juegos de liderazgo. Igual a partir de ahora hacemos como que no lo vemos. Román es perfecto. Los bomberos también lloran.