Planteamientos machistas
A la hora de las pruebas se impone el machismo de dar prioridad a los chicos por encima de sus compañeras. En la última prueba de recompensa debían quedarse en la isla cuatro concursantes y al final fueron todas mujeres. Solamente participaron las dos nominadas, tras horas de discusión que ahora comentaré.
Me parece mal el planteamiento machista presuponiendo que la fortaleza masculina es lo más importante en las pruebas. El fallo es de la organización en buena medida, puesto que no les costaría imponer cierto equilibrio, como hicieron cuando debían ser el mismo número de famosos que de anónimos en las pruebas. Ahora todos forman un mismo equipo, a pesar de lo cual limitan el número de participantes en la prueba, lo cual posiblemente tiene el objetivo de verles discutir extensamente a cuenta de este asunto, como así ha sido esta vez. Si deciden que no vayan cuatro concursantes, igual podrían decir que deben quedarse dos chicos y dos chicas, y así evitarían una solución tan machista.
Intuían que habrían de quedarse algunos en la isla desde días antes, pero aún así no se lo plantearon hasta tener confirmación por escrito de ello. La lluvia hizo que se aplazara la expedición al encuentro de Eva González y eso fue aprovechado para extender durante horas, como adelantaba antes, la discusión sobre quien debía quedarse sin participar. Lo primero fue una cuestión previa sobre si debían decidirlo por sorteo o por votación, dado que no hubo suficientes voluntarios.
Deborah y Carla fueron las únicas que se prestaron voluntariamente. Siguiendo mi propuesta de paridad de sexos los otros dos deberían haber sido chicos, pero lamentablemente no fue así. Podría haberlo sido gracias a la suerte, pero para eso debían aceptar todos la elección mediante sorteo. Una sola voz discrepante hizo que descartaran ese método. Adivinad de quien se trata. Sí, claro, el inconformista Rafa Mora. Ese mismo. De no ser por su impugnación habrían hecho el juego del palo más corto (dos palos, en este caso) y el azar habría designado a los otros dos supervivientes que no harían la prueba.
Por imposición de Rafa la elección se tuvo que realizar mediante votación. Esto se podría haber convertido en un proceso interactivo que derivara en bucle. Bien podrían haber votado si querían sortear o votar la elección, o quizá habría sido mejor elegir una de las dos opciones al azar. Buscando la excelencia de las cosas complejas también habrían podido votar si querían sortear o votar la decisión entre sortear o votar la elección de los otros dos concursantes que no irían a hacer la prueba. Y así habrían pasado fácilmente el rato bajo la pertinaz lluvia que azota Cayos Perlas estos días.
Pero aquí la democracia pasa por el filtro de Rafa, capaz de decir "aquí se vota todo", pero que a la hora de la verdad gusta más de decidir por su cuenta y riesgo asuntos importantes para el grupo. No quería un sorteo porque en ningún caso deseaba quedarse fuera. Esto me hace corregir algo escrito por este cronista ayer mismo. Rafa parece haber cambiado su planteamiento sobre las pruebas de recompensa, posiblemente cegado por la que tuvieron la semana pasada tras la última prueba de inmunidad. Solamente quienes fueron a hacer la prueba tuvieron oportunidad de comer los espaguetis, lo cual posiblemente hizo pensar a algunos que algo así podría ocurrir en esta ocasión.
La realidad es otra bien distinta. Hasta ahora, en todas las pruebas de recompensa les han ofrecido la posibilidad de llevarse el premio a la isla. Solo acierta, por tanto, en que tendrían comida. Concretamente, dos kilos de arroz, sal, aceite y limones. Pero, como digo, nada que solamente pudieran disfrutar quienes participaron en la prueba. El ex 'tronista' impone la votación al vetar un sorteo de azar, y el grupo acepta. Nadie discute las decisiones de este concursante, lo cual me llama poderosamente la atención. Ahora bien, llegada la hora de la verdad algunos no quieren aceptar el resultado de la votación, queriendo imponer extrañas reglas que modifican lo democrático de este método.
Es lo que tiene partir de una cacicada, que igual nada lo discute pero da pie a otras cacicadas sucesivas, capaces de acabar con la limpieza del proceso. Bea intenta, por ejemplo, que no se la pueda votar a ella porque está nominada. Esto es especialmente curioso porque a ella le toca nominar primero y elige a María José. ¿Cómo? Soy consciente de lo difícil que debe ser creer una incoherencia tan extravagante como esta, pero puedo asegurar que fue así. Repito por si algún incrédulo no ha dado crédito o está aun saliendo de su asombro. Bea elige a María José para quedarse sin hacer la prueba pero cuando alguien la elige a ella argumenta que en ningún caso se quedará porque está nominada y, por tanto, debe ir.
Rafa es el primero que elige a Bea. Esta argumenta que al estar nominada debe hacer la prueba acogiéndose a la teoría que acababa de expresar Mireia pero a renglón seguido se decanta por María José, como comenté antes. Mireia se niega a votar por nadie, lo que vendría ser un voto en blanco. Perdi nombra a Mireia al no haber querido votar, lo cual reconozco que es una salida ingeniosa. Víctor se resiste a votar, pero finalmente lo hace por Bea, lo mismo que hace después Rafa. La interesada no deja que haya más votación tras ver los dos primeros votos para ella.
Esto es como las democracias orgánicas, que son dictaduras en realidad. Aquí se vota pero con condiciones. "La Bea está nominada y la Bea se va", afirma 'la legionaria' hablando de sí misma e imponiendo condiciones a la votación. Trapote sigue intentando escrutar votos, por lo cual Román, Miguel y Parri también votan por Bea. A pesar del resultado parcial de la votación, que apuntaba de forma inequívoca a que se debía quedar Bea, es Mireia quien acepta no hacer la prueba tampoco esta semana, quedándose en la isla con sus tres compañeras.
"Rafa y Bea son tal para cual", dice Mireia. "Son súper egoístas y van a su bola", añade la modelo catalana, y no le falta razón. Carla simplifica más aún: "Es insoportable", referido a Bea en este caso, porque su opinión sobre Rafa lleva más a la hilaridad que otra cosa. "Es un tío que no hace nada. No hace nada en todo el día, lo único que hace es tertulia, marujeo y critiqueo", dice Carla. ¡Vamos hombre! Solo nos faltaba que Carla acuse a alguien de no hacer nada, cuando ella es un bulto sospechoso en Buttonwood Cay. Ahora bien, el bulto sospechoso no es tonto y sabe lo que dice, de eso no hay duda. Mireia también apunta y dispara con precisión. "Si pudiera eliminar a Rafa y a Bea sería otra historia", afirma esta expeditiva concursante.
La prueba consistía en transportar un enorme cubo realizado con ramas y troncos hasta una meta, pasando por una especie de horcas en las que colgaba la parte más pequeña de la recompensa (los limones, al aceite y la sal). Si llegaban a la meta en menos de cinco minutos se llevarían el arroz y las recompensas individuales que hubieran podido descolgar subiéndose al cubo. Si superaban los cinco minutos les quitarían un kilo de arroz. Haciéndolo en más de siete minutos perderían los dos kilos. Y, finalmente, si no lo completaban en diez minutos lo perderían todo. Les bastaron cuatro minutos con nueve segundos para llegar a la meta habiendo descolgado las tres recompensas menores.
Del fantástico resumen de ayer rescato algo visto en Carla que me da muy mala espina. Esto aparte de la falta de pericia demostrada por Rafa para calcular cuanto arroz cabe en medio coco. Según el valenciano eran quince gramos y proponía echar dos medidas, es decir, treinta gramos en total. Una vez vertida la primera medida por cada superviviente, el matemático Parri hizo un cálculo corregido y mucho más preciso. Cada medio coco cubica unos treinta gramos, treinta y tres según el caballa (es nacido en Ceuta aunque radicado en Santiago de Compostela), suficiente para el plan de austeridad que se impone en la isla, y en total aproximadamente medio saco de dos kilos.
Más interesante me parece la insistencia en marcharse de la modelo argentina. Yo creo que la organización no se va a quedar de brazos cruzados y actuará en breve al respecto. El final de Carla en el concurso no va a ser plácido. No le ayuda nada llorar porque la elucubración de Bea sobre el inexistente pacto hizo que nadie nominase a Carla para despejar dudas y evitar una nueva sanción, como la habida en la primera gala cuando la mayoría nominaba a Consuelo 'no sin mi chubasquero' respondiendo a su petición. Mucho menos la va a ayudar dibujar en una camiseta la siguiente inscripción: "SACADME DE AKÍ X FAVOR".
Complicado veo el asunto. Carla ha llegado a un camino sin salida en el que la sanción más fuerte, propuesta por Jesús Vázquez el pasado jueves, vendría a ser como hacer un favor a la concursante. Si deciden expulsarla del programa no pagaría la compensación económica contemplada en contrato y, por su parte, estaría fuera que es precisamente lo que desea. Claro que, también pueden negarse a pagarla un solo duro por incumplimiento de contrato, aunque eso sería meterse en tribunales seguro. Hay otras medidas posiblemente menos radicales y más imaginativas pero que igual tampoco son lo mejor para la audiencia, como por ejemplo hacerla inmune para evitar que salga nominada.
Digo que quizá no sea lo mejor para la audiencia porque no resulta agradable ver en la isla a una concursante inactiva y quejicosa. Por eso cualquier solución se me antoja contradictoria, pero esto no puede seguir así. En cierto modo es una burla que se remarque con contundencia la prohibición de pedir el voto y haya una concursante que se presenta ante las cámaras con una camiseta que pide salir de forma tan descarada. En realidad es una petición de auxilio, lo cual redobla la ofensa para la organización. Esto no acabará bien. Se me vislumbra que no.
Termino hoy con dos imágenes de la mismísima Carla en vaporosa ropa interior y en una playa, precisamente. Proceden de la web argentina Gente online, donde la califican de "diosa del Paraná, Entre Ríos". La diosa está a punto de caerse de esta aventura, mostrando su faz más humana.