La expulsión de Consuelo estaba cantada antes de anoche. A pesar de habernos divertido tanto la historia del chubasquero (bucle en el que todavía sigue), en realidad se trataba de una concursante menos al no participar prácticamente de las actividades del grupo. En cuanto a la expulsión de Miriam entre los anónimos se podría decir que es el primer éxito de Nerea. La monitora deportiva gallega (y aspirante a modelo, según veremos más adelante) era la más cercana a María José, bestia negra de esa concursante. Su salida es todo un mensaje de la audiencia a ese grupo, a pesar de lo cual nominaron en masa a Nerea.
Antes de volver sobre las expulsiones y nominaciones de anoche, además de las muchas otras cosas que pasaron durante la gala, retrocederé atrás en el tiempo para contar la forma en que llegaron a obtener el collar de líderes Parri y Óscar. En la primera prueba de inmunidad lucharon los dos grupos por separado, proclamándose ambos líderes. Esta consistía en llegar hasta el final de una estructura vertical de troncos siguiendo el recorrido de una cuerda a través de una anilla prendida a un cinturón. No solamente se jugaban el collar sino recuperar su petate de ropa. Primero hicieron el recorrido las chicas y luego los chicos, y los dos vencedores repetirían una vez más para disputarse el liderazgo. El primero que llegase al final sería líder y el último (de las chicas y de los chicos) se quedaría sin su ropa, tanto entre los anónimos como entre los famosos.
De los primeros se disputaron el privilegio del liderazgo Nerea y Parri, ganando finalmente este último. Me gusta que ganase el matemático por ser el concursante más endeble, el único que no puede presumir de musculitos. Nadie se quedó sin su ropa ya que María José y Miguel fueron los últimos de cada tanda, siendo ambos dos de los privilegiados que ya la recuperaron en la primera gala al haber sido encontrado el coco con su nombre. Carla y Óscar se disputaron el liderazgo del grupo de famosos, ganándolo finalmente el torero en la lucha a dos. En este caso perdió su ropa Guillermo, al haber llegado el último de su tanda, y Bea 'la legionaria', por lo mismo. El único que ya tenía el petate de ropa era Rafa, que una vez había ganado Óscar debería haber tenido el detalle de dejarse ganar por los demás para que nadie (como le pasó en este caso al triunfito) se quedase sin recuperarlo. Le faltaron reflejos o generosidad.
Luego de esto vendría el enésimo cabreo de Bea, mala perdedora donde las haya, y la gran pillada de Rafa. Si tuviera que elegir un momento de los emitidos hasta ahora en los dos escenarios de esta aventura, la selva de los anónimos y la playa de Buttonwood Cay (hogar de los famosos), sin duda elegiría ese en el que Rafa le está recriminando a Trapote que fuera atenta y cariñosa con Bea (a quien llegó a dejar un bikini al no haber podido recuperar ella los suyos), cuando le ha puesto durante esta semana en varias situaciones denigrantes, llegando a decir palabras tan gruesas como ese "deseo que esta isla se convierta en un infierno para ti". Bea aparecía a las espaldas de Rafa en medio de sus palabras, y este no llegó a enterarse de la indicación hecha por Trapote: "Viene, viene". Debió ser un gesto no recogido por la cámara lo que le hizo darse cuenta, siendo muy risible la reacción del ex tronista.
Rafa se calla, abre el plano para dar entrada en la conversación a la aparición que había hecho acto de presencia a sus espaldas sin llegar a mirarla en ningún momento, y mantiene un silencio sepulcral, como pensando el modo de salir de ese entuerto. Bea aún mantiene el silencio unos agónicos minutos antes de acusarle de hablar a sus espaldas, pronunciando una frase de esas que merecen ser guardadas: "Yo por detrás pelo las gambas”. Ahí es nada. Insisto en que el momento, ofrecido ayer en resumen y gala, es de lo más gracioso.
Da hasta pereza pronunciarse sobre el fondo de la cuestión, al ser una auténtica tontería. Todos tenían su parte de razón, como suele suceder. Trapote porque está en su derecho de congraciarse con todos en un grupo que no la ha recibido con los brazos abiertos precisamente, por lo cual entiendo que quiera llevar a su terreno a Bea y la abrace o preste su bikini (de un evidentísimo mejor gusto que el de 'la legionaria'). Rafa porque es cierto que llama la atención la actitud de Trapote, aunque esta prefiera tomar sus medidas en las nominaciones y no en la convivencia, lo cual es inteligente. Y Bea porque lógicamente le sienta mal que hablen a sus espaldas, y más si lo hace precisamente uno de los que más ha estado 'colegueando' con ella.
Durante la bronca del regreso (cada fracaso del grupo genera una bronca de Bea) ocurrió otra cosa de interés, según la tesis expresada anoche por Miriam Sánchez, ganadora de la edición de 2008. Bea dice que no quiere seguir allí porque desea estar al lado de su hijo y poder fumar (creo que ese fue el orden aunque no sé si responde a sus prioridades reales), y para evitar la sanción por pedir a sus compañeros la nominación dice que no está la pidiendo (no, ¡qué va!) porque hay otros que quieren marcharse, como es el caso de Carla. Esta contesta de inmediato que no es cierto, afirmando que se encuentra mal pero no desea irse.
La tesis mencionada sería que había un pacto secreto para nominar a Carla pero Bea lo malogró al decirlo, y se basa en que Rafa acusa a esta concursante de "traidora", lo cual podría ser por haber revelado ese secreto. Lo único seguro es que para Rafa la culpable había sido de nuevo Trapote. Ella es la primera sospechosa a la que acusar, como los mayordomos supuestamente asesinos de las películas malas de intriga.
Así las cosas se enfrentaban a las nominaciones de la noche, con la sombra de la sospecha sobre las del grupo de famosos, despejada un poco más tarde. Solamente nominaron a la modelo argentina Perdiguero y Guillermo. Ella se decantó por Trapote, Javi por Mireia (aunque escribió Mirella), Bea por Rafa (¡cómo han cambiado las cosas), y el resto empujaron el bumerán del que hablaba yo ayer hacia la cocorota de Bea (le nominaron Rafa, Mireia, Trapote y el líder Óscar). Resultó nominada, por tanto, Bea.
Antes ya habían nominado los anónimos, aunque lo de estos fue más bien la ejecución en plaza pública (refugio público, en este caso) de Nerea. Todos, menos Déborah, le bailaron el agua a María José, quizá porque esta antes les ha estado dando jabón, como decía ayer Tribuno. Lo de dar jabón es textual, dado que la señora no solamente les ha hecho la pelota sino que se ha ocupado de lavar sus cuerpos calcetín en mano. Urge un grupo en facebook que deteste a las señoras mayores que se comportan como madres en los realitys. ¡Qué digo urge! Lleva varios días creado, ahora recuerdo.
Déborah y Nerea nominaron a María José, mientras todos los demás lo hicieron por Nerea. En la pausa de publicidad siguiente vi ese anuncio de motoguadañas tan curioso y me pareció todo un símil. Llegué a imaginar por un momento a María José empuñando una de esas máquinas de destrucción casi masiva y persiguiendo a Nerea por la selva. Pero no será posible, al menos de momento. Esto es porque además de nominar les hicieron decidir a todos quien querían que siguiera con ellos en esta aventura, empezando en cada grupo por los líderes. Cuando solo quedase un concursante no mencionado por ninguno de sus compañeros este marcharía definitivamente a convivir con el grupo contrario. Era una elección innecesaria, como demostró el hecho de que salieran de nuevo las nominadas.
De forma que Nerea se quita de encima la tortura de aguantar a su enemiga María José, mientras los anónimos reciben el regalito (es irónico, claro está) de Bea. Todo salió a pedir de boca, si lo analizamos bien. Primero sale expulsada una que estaba de vacaciones pagadas (Consuelo) y la que menos había destacado de entre los anónimos (Miriam). Sobre esta última podríamos decir que se fue la más anónima entre los anónimos, aquella que no ha llegado a perder esa condición. Y eso a pesar de sus esfuerzos conocidos para ello.
Miriam ha intentado hacerse un hueco en el colorín aspirando a ser modelo. Condiciones físicas no le faltan, según figura en su ficha de la agencia pontevedresa Dolores Cuceiro. Un metro ochenta de estatura y medidas ideales (92-64-94) dan buena cuenta de ello. Aunque los tomo como datos más precisos que ese otro según el cual es rubia, cuando tanto en la selva como en las propias fotos de esa agencia la vemos bien morena, como mucho castaño oscuro. Al pie de esta anotación se pueden ver algunas fotos de su book.
Pero si algo salió bien fue dejar a Bea con los anónimos. Ayer contábamos que estos recibirían en su entorno la visita de un huesped, pero fueron dos a falta de uno. Se trata de dos cabras a las que deberán ordeñar y cuidar como animales domésticos en un hábitat semi salvaje. Y qué buena idea hacer que Bea se reencuentre con una cabra. Lo digo por lo de la legión, por supuesto. También le va bastante bien a María José, en este caso lo digo porque parece que tiene bastante mano con los animales. Por supuesto, de nuevo.
"¡A mí le legión!" puede ser el grito de Bea a primera hora de la mañana. Ya sabemos que ella necesita descargar adrenalina de algún modo, y si no es partiendo cocos machete en mano (¡qué miedo!) igual puede ser ordeñando a estas sucesoras de Blanquita, recordada cabra de la legión de hace pocos años. Este programa vale el peso de sus concursantes en oro, sin duda alguna. Me refiero al peso actual, pues pasados dos o tres meses no valdría nada.
El broche de oro anoche fue la prueba de recompensa con la que pusieron la gala al rojo vivo. Rojo cereza quedaba el rostro de los concursantes tras aguantar la tremenda llamarada delante de ellos el mayor tiempo posible. Ignoro con que criterio salvaron de esta sofisticada tortura a Guillermo, Perdi, Javi y Carla. Ya empezaron los favoritismos. Los demás se debatieron por parejas ante el fuego abrasador con los anónimos. Ganaron los famosos por tres a dos, con los siguientes resultados parciales.
María José ganó el duelo con Trapote y Román le ganó a Óscar. Hasta ese momento el balance era positivo para los anónimos, que perdieron las tres siguientes ocasiones. Bea le ganó a Nerea, Rafa a Miguel y Mireia a Déborah. El premio fueron nueve cerillas que deberán intentar conservar hasta el final porque (en principio) no recibirán más. Con las tardes de tormenta que se están viviendo en los cayos no lo tienen nada fácil.
Y termino aquí, que no quiero quemarme y tener quemados a nuestros apreciados lectores. El lunes más.