Dile a Parada lo que debe hacer
Hoy van a pasar muchas cosas en Cayos Perlas, como se ha venido comentando sobradamente desde ayer. No revelo nada nuevo si digo que habrá cambio de isla, de Buttonwood Cay a Wild Cane Cay (o del Cayo del Botón de Madera al Cayo de la Caña Salvaje, que viene a ser lo mismo). Aunque la novedad más comentada es la incorporación del invitado Parada.
José Manuel Parada ("Al plató hay que venir 'follao' y 'desfogao'") estará unos días, probablemente una semana, haciendo de cicerone a los supervivientes en su nueva morada. Deberían habernos dejado votar para decirle al creador de 'Cine de barrio' lo que queríamos hiciese una vez se encontrase con famosos y anónimos. Recuerdo aquella edición de Gran Hermano presentada por Pepe Navarro en la que el periodista nos animaba a decidir si debía llover o no sobre los concursantes de la casa más famosa de España. Pues algo así se me está ocurriendo.
Como no nos han dado ocasión es inútil, pero si lo desean nuestros lectores pueden dar sus ideas. Ayer me comentaba una amiga su deseo de entrar en la isla un rato para darle dos tortas a Rafa, a lo cual me sumaba en un momento de debilidad. No soy nada violento, por lo cual sería una misión fantástica para encargársela a Parada. Que vaya repartiendo en nuestro nombre unos cuantos sopapos por allí y muchos de los que ayer no tenían buena opinión de esta novedad cambiaban de idea a buen seguro. Entiéndase que me refiero a sopapos virtuales, claro está.
Y es que el papel de cicerone parece poca cosa para alguien con tantos recursos como Parada. Si fue capaz de protagonizar ciertas escenas de imborrable recuerdo (por desgracia) con Marujita Díaz en la cubierta de un barco quiere decir que cualquier cosa está a su alcance. Aunque también les puede ir contando a los supervivientes que la isla donde van ahora tiene mucha más zona de manglar. Tener terreno que cubren las mareas, donde crecen árboles y vegetación en agua salada, es sinónimo de más dificultades y, sobre todo, muchos más mosquitos.
Otra de las misiones importantes que podría hacer el nuevo inquilino sería decirles a Guillermo y Deborah que la invisibilidad no les conviene. Durante el resumen de ayer me costó casi veinte minutos ver a la que fuera gran amiga de Nerea y perdiera cualquier protagonismo desde la salida de esta. Cuando la vi fue de refilón y fugazmente, para volver al ostracismo en el que se mueve. El problema es que aquí no vale lo de pasar desapercibido porque de repente pueden plantear a la audiencia una votación exprés para decidir un favorito o simplemente quien debe quedarse en la isla y entonces no les arriendo la ganancia a los que no se han dejado ver.
Algo como lo que cuento sucedió ya con Miriam tras la primera semana de supervivencia, y ahora juega a esperar a Víctor aquí fuera, supongo que con más esperanza de hacerse algún plató que de conseguir novio. Habría que inventar un santo para hacer las veces de un San Antonio moderno. Si a este se acude y reza para conseguir novio o novia, aquel llevaría el negociado de conseguir contratos para hacer platós. La Iglesia debería reciclarse también en esto, y si en algunos templos hay velas que se encienden con monedas o donde se retransmite la misa por circuito cerrado de televisión, ¿por qué no inventar un santo que atienda nuevas inquietudes como la mencionada?
Ignoro cuál será el método elegido pero esta noche habrá una segunda expulsión, además de la que determinará el regreso de una de las dos nominadas la semana pasada, Bea o María José. No sé si será más sorpresa para ellos esto o la visita de Parada. Si se vota por quien desea la audiencia que vaya a la nueva isla ya se pueden ir despidiendo los desaparecidos porque peligran seriamente. Aunque también es posible que otros estén provocando suficiente rechazo para que no les vote ni el 'tato'. En todo caso, esta noche tendremos dos concursantes menos, vayan pensándoselo bien.
Otra labor importante que podría desempeñar Parada durante los próximos días sería decirle a Bea que deje de chupar las cabezas del pescado antes de cocinarlo. Basta con transmitirle de nuestra parte que nos da mucho asco verlo, y mucho más pensar en que se comerán lo 'chuperreteado' por ella. A sus compañeros les pasa lo mismo, pero casi no se atreven a decírselo. Fue Óscar el osado y lo hizo a su manera, suavemente y con gran delicadeza. Sospecho que las formas delicadas no valen de mucho con esta superviviente.
Si esta noche no resulta expulsada, quizá se podrían plantear decirle a Bea lo que piensan de ella. Así, directamente y sin rodeos. Quien sabe si no sería ese el momento que 'la legionaria' desatara su cólera y entonces la organización no tendría otra opción que salvar la situación dándole un pase pernocta desde ahora hasta el final del concurso. Vosotros y yo sabemos de lo que hablamos, ¿o no? Esto es labor demasiado arriesgada para Parada, por eso lo dejo en otras manos.
También puede Parada convencerles de que el tiempo y esfuerzos gastados en plantearse si dejar el arroz para la cena o bien zampárselo en la comida bien podrían emplearlo en pescar más para comer mejor, o en cuidar el fuego porque algún día a Javi se le va a poner que ya no lo hace más. Hasta descansando están mejor que entrando en el bucle al que les lleva inexorablemente Rafa, experto en proponer votaciones que solo dará por buenas si el resultado es de su agrado.
Lo peor de Rafa no es que aparente ser descendiente de una especie desconocida de seres humanos, sino que sea tan pesado. Es pesado, cansino y exasperante, lo cual debe soportarse especialmente mal cuando se está viviendo en condiciones extremas y con las fuerzas capitidisminuidas. Al respecto del origen de este concursante, creo que Darwin debería vivir para reescribir su 'Origen de las especies'. Rafa no creo que descienda del homo erectus, porque muy erguido no parece ir. Pero tampoco del homo sapiens, por razones evidentes que obvio detallar.
Que le pregunten a Óscar si no ve sus capacidades debilitadas y mermadas, hasta el punto de caer desmayado, como ya le ha sucedido. Se pegó un buen morrazo, según parece, y algunos que le vieron pensaron que se había quedado dormido. Menos mal que su cabeza dio con la arena y no contra un tronco que había semienterrado justo al lado. Pediría que Parada les llevase algo de azúcar para reponer fuerzas, con unos postres estaría bien. Pero como esto no creo que colase también estaría bien que les transmitiese de nuestra parte que nos estamos enterando bastante bien de quienes están pescando casi siempre, mientras otros sacan solo un pescadito ridículo y no paran de presumir de ello.
No extraña ver a Miguel, Óscar, Víctor o Parri pescando. Tampoco a Mireia o Trapote cogiendo lapas o caracolas. Pero hay otros que sinceramente no sé dónde se meten todo el día. Más adelante en el concurso tendrán mayor dificultad para repartirse las tareas, pero ahora mismo son quince. Hay divisiones del ejército en combate más pequeñas, ¡por el amor de Dios! Son muchos y podrían perfectamente hacer turnos para todas las labores, que son fundamentalmente pescar, cuidar el fuego y cocinar. Por este orden de importancia, al ser cada proceso interdependiente del otro. Sin pesca no hay nada que cocinar y no podrían hacerlo sin fuego.
Le diría muchas más cosas a Parada, pero me temo que no le dejarán leer esto en su lujoso retiro las horas previas a entrar en juego. Por eso igual es más práctico (o igual de inútil) confiar en la providencia. En sus manos dejo, por ejemplo, que en la prueba de líder no consiga la inmunidad Rafa. O que Bea sea la primera expulsada de hoy.
Me atrevo a decir que todos los supervivientes desean que se quede María José. Sus formas raspan un poco a veces, pero he de confesar que me gustó verla en el resumen de ayer diciéndole a Carla las verdades del barquero. Suscribo lo dicho por la bilbaína palabra por palabra y pausa por pausa. Si lo hubiera escrito estaría de acuerdo hasta en las comas. Debe ser deprimente ver todo el día a esta concursante inactiva y quejicosa, como dije ayer.
Creo más posible la salida de Bea a que deje el realizador de la crónica diaria de la Siete su costumbre a hacer transiciones narrativas con primeros planos de insectos y especies animales de todo tipo. Vistos por televisión ya me dan grima, por lo cual me puedo poner en la piel del equipo de este programa que ha de convivir con tan variada fauna, como bien nos ha contado el Superviviente 19. Afortunadamente, en mi palafito solo hay vida humana.
Y cierro, como estoy tomando por costumbre, con imágenes bonitas. Es Mireia Canalda, modelo. No hace falta decir más.