Deborah le puso salsa a la gala de anoche. Lo hizo ganando de forma incontestable las tres fases del juego de inmunidad. Nunca antes un collar de líder había sido tan merecido. Y también nominando a María José y demostrando de ese modo que no eran cantos de sirena sus avisos de romper el pacto de los anónimos.
La arbitrariedad demostrada por el programa a la hora de elegir los nominados de cada semana quiso que anoche les pidieran a los concursantes decir solamente un nombre y quedasen solamente dos de ellos expuestos a la expulsión dentro de siete días. Así es como había funcionado durante las primeras semanas de programa, como señalábamos en el comentario del viernes pasado. Lo cual demuestra que la semana pasada quisieron favorecer a Parri y María José poniéndoles un tercer nominado para evitar que uno de los dos fuera el expulsado de ayer. A los que alaban la unión de los anónimos, que supuestamente ha hecho que lleguen hasta este punto del concurso, les diría que así se las ponían a Fernando VII.
La semana pasada ha sido la única vez que diciendo un nombre quedaron tres nominados. Las reglas se adaptan a cada circunstancia, y anoche debía convenir dejar solo a dos. En caso contrario, hubiera quedado nominada Malena y sería la próxima expulsada, casi con completa seguridad. Pero esta vez no había que proteger a dos concursantes que han llegado hasta aquí con ayudas tan importantes como esta. Por otro lado, anoche se proclamó a Deborah, y solamente a ella, como primera finalista. Pero, ¿no lo habrían de ser también Parri y Malena?
María José y Trapote son las nominadas de esta semana, por lo cual una de las dos seguro que no llegará a la final. Vamos a ponernos en situación. Imaginemos que estamos ya en el jueves de la semana que viene. El programa empieza con cinco concursantes, como decíamos ayer, pero en su transcurso se produce la expulsión de una de las nominadas. Una vez salga esta, serán cuatro los concursantes que queden en juego, y ¿entonces qué? Vale que pueden hacer algo para que sea expulsado uno de los cuatro durante la misma gala, pero en ese caso Deborah no sería ya segura finalista.
¿O es que acaso el liderazgo de Debi será el primero que valga para más de una semana? Lo cual tampoco sería de extrañar, dada la arbitrariedad interesada que comento. Pero no me negarán que sería un tanto raro. Lo digo por la respuesta de Jesús Vázquez a Parri en los últimos minutos de la gala. Aquel que tanto ha criticado a Trapote por estar supuestamente obsesionada con ganar el concurso, resulta que es quien pregunta, apresuradamente y nada más conocerse el nombre de las dos nominadas, si ellos (él y Malena) también son finalistas (como el caso de Debi). Ya se ve lo que sintió la nominación de su madre postiza e inseparable.
No obstante, imagino que todos lo habíamos pensado como Parri. Si Debi era segura finalista nada más conseguir su collar de líder, pues dada esa condición nadie la podía nominar, lo lógico sería que también lo fueran quienes se salvaron de resultar nominados. Jesús contestó a Parri que no porque aún eran cuatro, como si no pudiera ser ese el número de finalistas. Para mí tengo que el prestigio de este programa quedaría seriamente dañado si ahora se inventan algo que favorezca a Deborah y la excluya de una posible última eliminación. Lo normal sería que el jueves próximo saliera Mariajo o Trapo, y la que se salve sea segura finalista, como lo es Debi y todo indica que también deberían serlo Parri y Malena.
Anoche salió Sonia, como ya presuponíamos. Se despidió de todos con cariño, menos de un Parri ignorado a quien solamente deseó suerte una vez que este había reclamado su propia despedida y cuando la expulsada ya había avisado de que Malena sería la última a quien dedicaría unas palabras. Hubo llantos en el refugio y una madre molesta en plató. Sonia fue expulsada con un 82 por ciento de los votos, aplastante pero inferior al del expulsado con mayor porcentaje en esta edición y un recordman en la historia de este programa. El mismo que en el debate sorpresa de este miércoles denunciaba que Sonia había engordado y reclamaba a la dirección del programa que investigase si no estaba consiguiendo comida a cambio de favores sexuales, mencionando al pobre McCoy.
Nadie censuró a Rafa Mora por decir tal barbaridad sin fundamento en el debate y anoche parecía asumible el tono de broma con el que había dicho tal barrabasada ofensiva hacia esa concursante. Cuando a alguien se le consiente todo pasa lo que pasa. Más tarde, en la misma gala, tuvimos que ser testigos de la payasada del rasurador, con el mismo protagonista y Perdi. Es evidente que sobraba y más nos hubiera gustado poder escuchar al ciclista en su entrevista. Por ejemplo, haber oído esas declaraciones mostradas por el mencionado debate en que este dice que desea ver a Trapote como la ganadora de esta edición.
La duda sobre la decencia del propio programa, y posibles favores sexuales a cambio de comida, fue proyectada por Rafa sin que la organización pusiera nada en claro. De nuevo ese señor se fue de rositas, en esta ocasión con la complacencia del propio programa. En otro caso no tengo la más mínima duda de que hubiéramos tenido noticia de un pronunciamiento oficial y la actitud irresponsable del ex tronista (zafio e insultante, como siempre) habría merecido un enérgico rechazo.
Aún están a tiempo de restañar su buena imagen. Por ejemplo, impidiendo a este sujeto volver a debates y galas de Supervivientes. Cuando Malena hablaba el otro día de espíritus y fantasmas me llamó la atención que solo contase experiencias vividas en su casa, sin que al parecer haya tenido ninguna aparición en la isla. Aunque bien mirado, allí últimamente los principales fantasmas han sido de carne y hueso, el mayor de todos ese Rafa que sigue arrastrando las cadenas por los platós, sediento de protagonismo.
Deborah demostró que merece llegar a la final al dominar las tres fases planteadas en una prueba de liderazgo. Hizo en menor tiempo que sus dos compañeras el circuito americano sobre el agua, conservando la calma y el equilibrio. Más de minuto y medio por debajo de Malena, la peor clasificada.
Luego vino la prueba del fuego, en la cual logró llevar la primera ascua, y con ella le fue suficiente para prender el cono. No sé si fue por el viento pero creo que no hubiera llegado a quemar el papel con el logotipo del programa en la parte superior si no le dejan levantar el cono con los mismos dos palitos que habían usado para llevar las ascuas. Me consta que miembros del equipo ensayan las pruebas, y esta no pudo ser una excepción. Pero a veces las circunstancias cambian y cualquier detalle puede hacer que una prueba no salga todo lo bien que debiera.
A pesar de cortar la segunda prueba sin que Trapote y Malena consiguieran completarla, les dieron solamente un minuto de penalización. Por ello, las diferencias no eran importantes y aún dependía todo de la tercera y definitiva prueba. En esta ocasión se trataba de poner en juego la habilidad mental, formando la típica figura de una casita con piezas de tangram. De nuevo, Debi se impuso sobre las demás terminando la primera. No hay ninguna duda, ella merecía llevarse el último collar de líder.
Luego vinieron las nominaciones, de las que ya he hecho un adelanto importante al principio de este escrito. Bien mirado, parece tan sorprendente la nominación de Parri y Mariajo como la de Trapote y Malena. Estas se decantaron por Parri, cuando sus mayores críticas han ido siempre para María José. De acuerdo que en esta última semana han dicho que el matemático estaba un poco tiquismiquis, pero me hubiera parecido más lógica la otra elección. Bien es verdad que viendo la reacción de María José cuando es nominada resulta más fácil de entender. Igual su "no te lo voy a volver a perdonar" retumbó en la mente de Trapote a la hora de nominar.
Lo de María José y Parri es sencillamente incoherente, y demuestra hasta que punto nos han estado engañando, al menos durante esta última fase del concurso. Doblemente, además. Voy a explicar por qué. ¿No han dicho por activa y por pasiva que Sonia y Malena no merecían llegar a la final? ¿No ha repetido hasta la saciedad María José que quería ver finalista a Trapote? Vale que esto último se lo haya pensado mejor y su relación últimamente haya quedado algo tocada gracias, entre otras cosas, a los selectivos cortes de lo ocurrido en la convivencia que les hacen escuchar en las galas. Pero lo otro no tiene explicación.
Sonia ya no está, pero resulta que ahora tenían oportunidad de poner a Malena en la picota, pues llevan semanas diciendo que no merece ser finalista por haberse incorporado a los 42 días de concurso. ¿Por qué no la nominaron? Va a ser por su culpa si no merece ser finalista y lo es. En esto el público decide pero solo parcialmente. Sin ir más lejos, Deborah ha llegado a la final con todos los merecimientos que se quieran pero sin haber sido expuesta nunca a la decisión de la audiencia votante. Está claro que temen más a Trapo que a Malena, pero con su nominación cometen un pecado de incoherencia.
Por otro lado, llevan días afirmando todos que Trapote no será expulsada salga nominada con quien sea, e incluso censurando que ella lo niegue y afirme peligrar en ese caso. Pues bien, María José y Parri sabían perfectamente que uno de los dos resultaría nominado, dado que eran dos anónimos contra dos famosos. Por tanto, no estarían tan seguros de la fuerza de Trapote cuando la nominan a ella, porque estarían haciendo peligrar su propia permanencia.
En todo caso, la decisión de Deborah le puso la guinda a la gala, como empecé diciendo, lo cual debemos agradecerle. El momento de su decisión como líder tuvo una carga de emoción impresionante, lo cual también hay que agradecer al programa. Igual que digo una cosa digo la otra, y ese equipo es único y ejemplar haciendo resúmenes diarios interesantes, bien narrados y mejor montados. También se les da muy bien el tratamiento de esos momentos de máxima tensión en las galas.
Debi decide salvar a Parri, con quien tiene una evidente menor relación que con Trapote, medio pareja de hecho, como dije hace unos días. Aún así es entendible, se trata de jugar y, además, la decisión no era nada fácil. Salvar a Parri y, a su vez, nominar a María José no habría sido lo más inteligente después de pasar semanas diciendo que no nominaría a su 'familia'. Ya está bien romper ese pacto con uno como para dejarles a los dos ante la última expulsión, lo cual no habría sido muy bien visto por muchos.
Nominando como líder a María José evitó la clasificación de concursante timo que decía yo ayer. Y nos puso en bandeja el gesto retorcido de esta concursante cuando Jesús le comunicó este hecho. Lástima que no hubiera dado a tiempo a que Debi llegase a Buttonwood Cay, el 'cayo mojón' de los primeros días, dónde pasarán también su última semana en Nicaragua. Ardo en deseos de ver las imágenes de próximos resúmenes y como podrá ser ahora la relación entre las dos concursantes.
Entre las explicaciones de por qué nominaba como líder a María José afirmó Debi que esta había dicho que nominaría a Parri o a ella si hacía falta. No es exacto, ya que sus palabras fueron que si no tenía a nadie más estaría obligada a nominarles. Está claro que con cosas bien distintas. Si ayer no hubiera conseguido el liderazgo y fueran dos los nombres no hubiera tenido otra opción que nominarla, como expliqué ayer con detenimiento. Le faltó ese punto de sinceridad, que le hubiera reportado unos cuantos puntos más, de decir sencillamente "es que no la soporto".
Debo terminar por hoy aunque hay muchas más cosas que comentar. Por ejemplo, plantear por qué el pacto de los barbudos fue tan sancionado por la mayoría de nosotros y, sin embargo, no se ha visto igual de mal el pacto de 'familia' entre los anónimos. Tiempo habrá en los días que quedan de programa, aunque no me resisto a hacer otro breve comentario crítico con el mismo. Reconozco que es algo muy personal mío, probablemente no compartido por la mayoría de la audiencia. A mí las galas me transmiten un mal rollo importante. De acuerdo que da espectáculo eso de ponerles grabaciones (ellos no ven las imágenes) de lo ocurrido durante la semana, pero con ello no consiguen aclarar nada en el grupo sino todo lo contrario.
Anoche se medio ridiculizaba a Sonia y Malena por haberse comido lo del reto del Cadejo, demostrando todos que estaban con ellas y eso era lo pactado. Es cierto que exageraron el tamaño y peso de las cajas, pero el propio texto del reto les avisaba de que podían elegir entre contar o no a sus compañeros lo ocurrido. Faltaba añadir que si no lo contaban bien podría delatarlos el propio programa durante la gala. En cualquier caso, a veces echo de menos una palabra amable hacia quienes son la clave del programa, concursantes para los cuales esta es una dura prueba que no podría existir sin todos ellos.