Donde hubo fuego quedan cenizas
… De forma parecida ocurre en las relaciones. Donde hay un gran amor o un amor apasionado, aunque termine, siempre queda algo ¿pero el qué?. Al mes de intentar olvidar a este chico volvió a buscarme y yo estaba otra vez débil, perdida y sin aire. Lo necesitaba para respirar….aunque me hacía daño.
Siempre se ha dicho que las segundas partes nunca fueron buenas y según mi experiencia no es que sean malas, pero si en el amor no conectas con una persona al principio, por mucho que cambie esa persona, y más si lo hace por adaptarse a ti, hay altas probabilidades de que sea un fracaso. Pero estamos hablando de amor y yo no estaba enamorada, yo lo necesitaba para sobrevivir, suena triste pero era cierto.
Dijo que quería volver, que nunca había conocido una mujer como yo, y aunque estaba hundida sabía perfectamente lo que tenía que hacer, pasar completamente de él y rehacer mi vida de una vez por todas. Ya estaba bien de errores y de perder el tiempo. Tenía ayuda y estaba en proceso de cambio, pero eso me estaba matando emocionalmente. Después de media hora persiguiéndome con una moto por toda la ciudad acepté hablar con él. En un parque medio solitario me miró a los ojos e hizo algo con lo que no contaba. Me hizo sentir algo que nunca había experimentado: Me abrazó y empezó a llorar.
En ese momento me descoloqué, me quedé totalmente en blanco. No pensaba, ni reaccionaba. Todo en lo que creía y en lo que pensaba que debía de hacer se desvaneció. Era la primera vez que alguien se derrumbaba en mis brazos y comprendí que en cierta forma yo también era oxigeno para él y sin decir mas palabras y con un beso sin sentido sellamos una relación que duró 8 meses… 8 extraños y agridulces meses.
Poco a poco fui creciendo y comprendí que no podía estar con él. Eran demasiados los continuos ataques de celos que sufría, era posesivo… Cada vez se alejaba más del príncipe azul de mis sueños, pero claro en esos momentos yo era un cisne negro, y creía que no merecía nada mejor. Sería fácil echarle toda la culpa a él de todo, pero es cierto que yo le consentía todos los celos y todo lo que él quería, me tenía consumida.
Al fin, un día igual que otro cualquiera me dieron fecha para poder operarme, fue un sentimiento muy extraño el que sentí. Recuerdo que cuando recibí la noticia y me quedé a solas comencé a acariciarme la barriguita como si estuviera embarazada. Es extraño el gesto, pero cada vez que recordaba la fecha de mi operación me sentía como si ese día pudiese curar todas mis heridas como si en ese día volviera a nacer , fue duro no poder expresarle a nadie de mi entorno mi gran felicidad, la proximidad de mi triunfo…Todo lo contrario, tuve que callar, pero bueno quedaba poco.
Esa misma semana quedé con este chico y unos amigos en un parque solitario, era una especie de botellón donde abundaban los tatuajes, los piercing, las motos... Cuando estaba con él siempre había sido una persona muy callada era un precioso cisne negro, pero con heridas en mi interior lo que significa una chica segura por fuera pero muy insegura por dentro, siempre me limitaba a oír y callar. Esa noche las cosas no iban con normalidad, él y sus amigos no actuaban de forma normal y no comprendía el por qué. Me encontraba sentada en la moto detrás de él y de repente apareció la policía, encendió la moto y aceleró y la policía comenzó a seguirnos. No comprendía qué pasaba, pero en unos segundos sin darme cuenta me encontraba en una persecución por las calles de la ciudad y lo peor de todo no podía hacer nada. Le gritaba para que parara la moto, pero iba demasiado rápido no podía hacer nada. No podía sentirme peor y comprendí que no podía estar con él, que me estaba haciendo daño a mi misma. Al tomar a gran velocidad una curva demasiado pronunciada me caí de la moto. Ellos siguieron con la persecución y yo me quedé tirada en un callejón.
Cuando tienes un accidente pasan las cosas muy rápido a tu alrededor, pero yo lo recuerdo todo a cámara lenta. Recuerdo el golpe, un gran golpe, pero fue más el dolor en el corazón que la fisura en la rodilla derecha que me hice. Tras asimilar mi cerebro todo lo que había sucedido tardé al menos 10 minutos en levantar la mirada del suelo. Me di cuenta de tantas cosas en esa caída que no podía hacer más que pensar y rezar deseando que lo que fuera no fuera grave, ¿y si tenía algún problema y no podía entrar a la intervención?. Llegó la ambulancia y a pesar de todo lo que me atormentaba por dentro y del dolor que tenía en la pierna tuve que dar explicaciones…
Por aquel entonces no tenía mi DNI cambiado, el conductor de la ambulancia creía que me estaba mofando de él. En Urgencias me diagnosticaron una fisura en la rodilla izquierda, como era menor de edad llamaron a mis padres. Eran las 4 de la mañana, imaginaros el susto que se llevaron. Me los encontré a los 10 minutos de llegar al hospital, estaban profundamente asustados, ¡mis pobres padres! , eso fue una prueba más para que me diera cuenta de que no lo estaba haciendo bien con ellos. Al rato apareció mi Caballero negro muy agitado y con cara de preocupación, al verme en esa silla de ruedas con la pierna vendada sé que sintió lo mismo que yo cuando ví a mis padres, sólo hizo falta una mirada para hacerle saber que no quería volver a verlo jamás en la vida y por fin mis sentimientos y mi relación acabaron en ese mismo instante. Nuestra relación me enseñó a aprender que hay amores destructivos y que más vale estar sola que mal acompañada y sobretodo que hay que aprender a vivir con la soledad.
A los meses, el precioso cisne negro se volvió a mirar en el espejo y no se reconoció. Era completamente negro, ni rastro de aquellas pequeñas plumas blancas de su corazón. El cisne no se dio por vencido y se tiñó las plumas de blanco.
“Come as you are” de Nirvana. Un besazo para mis príncipes y princesas que me siguen desde mi twitter @Carolina_Coru.