Érase una vez un patito feo, triste y delicado, sin rumbo y sin camino….que por circunstancias de la vida tuvo que hacer un viaje muy largo por lograr su sueño más preciado: La felicidad.
Su felicidad se basaba en cosas muy básicas: Encontrar a otros patitos que le quisieran, poder tener mil aventuras, poder convertirse en lo que por dentro sabía que era, un maravilloso cisne blanco. Este patito llegó a su nuevo destino con miles de heridas en la piel, heridas que no cicatrizarían nunca jamás y que debía de ocultar a todo el mundo. Si los demás viesen sus heridas no sería un maravilloso y dulce cisne blanco. El valiente patito feo sabiendo lo horrible que era para los demás, decidió dejar crecer sus plumas y su belleza natural. Al poco tiempo descubrió algo que no sabía, tenía unas plumas bastante bonitas y unos ojos llenos de vida.
El valiente patito pudo intentar volar hacia su destino, pero no lo consiguió, no sabía volar. ¡Nadie le había enseñado! El patito con plumas preciosas se fue andando. Cuando el patito llegó a su maravilloso destino, quería cumplir un sueño: Ser un patito más. Fue una época muy bonita donde el patito aprendió cosas de la vida y a madurar adecuadamente. Sus grandes plumas y su gran elegancia conquistaban a los demás. El patito se dio cuenta en ese momento que ya no era un patito si no que se había convertido en un bonito Cisne Blanco, delicado dulce y maravilloso, a los ojos de los demás patitos.
Al pobre patito le empezaron a doler mucho sus cicatrices. ¿Por qué no cicatrizaban si era tan maravillosa y tan feliz? ¿Qué fallaba?. Se lo comentó a mama patito, pero ella no le hizo caso. El patito quería ser tan perfecto que no fue a curarse. Pasado un tiempo, en uno de esos días en los que el adorable patito se veía en su precioso estanque, observó que le empezaron a salir plumitas de color negro. Se quedó asombrado y muy preocupado. Parecía una mancha negra, pero vio que esa pluma le hacía fuerte y agresivo, y tal vez un poco sexy, y lo dejo crecer. A partir de ese momento, comenzaron a surgir una serie de problemas en torno a ella: Mama patito lloraba, todos lloraban. El inquieto patito se volvió a mirar en su charca que ya no era estanque y vio que tenía todas las plumas de color negro. Todo menos en el corazón.
Sin darme cuenta anule todo mi pasado. Llevaba una especie de doble vida, y mi cabeza sufría constantemente. Tenía la autoestima por los suelos y lo peor fue que me hice una persona totalmente distinta a lo que yo era. Creo que fue por las numerosos veces que me habían dicho que no valía nada. Se me había marginado tanto que creía que ellos tenían razón y que la gente de mi nuevo lugar se portaban bien conmigo porque llevaba mis plumas de cisne.
Me había convertido en patito, pero estaba disfrazada de cisne. No estaba operada y eso me comía más la moral. Dio también la casualidad que fue el cambio de la niñez a la adolescencia y me topé con mucho. En mi mundo ideal todo estaba lleno de amor, tranquilidad, armonía, vestidos elegantes, chicas preciosas, príncipes azules montados en caballo azul que estarían más que dispuestos a salvarte en cualquier apuro.
Al salir a la realidad me di cuenta de que todo eso existe, pero solamente en tu cabeza. Lo único que pude apreciar son chicas envidiosas unas con otras chicas que supuestamente valían más por llevar un vestido más caro que el de otra. Tios borrachos por donde miraras, todos súper dolidos por un mal de amor y dispuesto a pagarlo contigo y tu amiga si se ofrecía.
Ante tal cuento roto y por no poder encontrar el caminito para llegar a mi cuento, me convertí sin querer y sin que me diera cuenta, en el cisne negro. Me convertí en un ser con malicia y demasiado sexy para mi gusto jajajajaja. Hay de algo de lo que me siento muy orgullosa y es de que por muy mal que haya estado siempre mis valores han estado presentes. A partir de aquí comienza una parte de mi vida de que hay cosas de las que no me siento muy orgullosa, pero que me han servido para madurar y seguir adelante.
“In the middle de sugababes” es la canción que os dejo hoy ya os explicare en la segunda parte de esta entrada
Principes o princesas, Cisnes negros o caballeros con armadura rota, un beso muy fuerte.