Los piratas del Índico, al acecho
Ha sido un episodio aparentemente sin importancia al que se enfrentó el buque español de acción marítima ‘Rayo’ desplegado en la operación Atalanta de la UE, el que ha dado la voz de alarma.
Alertado por un pesquero, el pasado 6 de mayo el “Rayo” acudió a investigar un esquife a la deriva con seis hombres a bordo a 320 millas náuticas de la costa somalí, demasiado lejos, sospechosamente lejos, para un barco tan pequeño. Se les habían averiado los potentes motores que llevaban, no pudieron explicar que hacían allí, no portaban artes de pesca, llevaban un equipo GPS y varios teléfonos móviles sin tarjetas. Sin evidencias suficientes para someterlos a un proceso legal por piratería se les devolvió a tierra tres días después.
Tras este episodio el comandante de la operación de la Fuerza Naval de la Unión Europea, el almirante Bob Tarrant, ha advertido de que los piratas somalíes siguen decididos a salir a la mar con intención de atacar y avisa a las naciones. "Estoy muy preocupado porque los navegantes y las naciones bajarán la guardia y el apoyo a las operaciones de lucha contra la piratería en la creencia de que la amenaza de la piratería ha terminado. No es así, simplemente está siendo contenida. Debemos recordar que en su apogeo en enero de 2011, 32 barcos fueron secuestrados por los piratas somalíes y hubo 736 rehenes. Es crucial que nos mantengamos vigilantes o el número de ataques se reproducirá ".
En esta ocasión los sospechosos no han sido detenidos pero si hay indicios claros se busca la manera de iniciar un proceso y para ello hay acuerdos entre la Unión Europea y las autoridades de Islas Seychelles e Islas Mauricio.
El incidente en el que se ha visto implicado el Rayo ha tenido lugar justo un año después del último barco capturado frente a Somalia, el MV Smyrni que fue puesto en libertad hace 2 meses, tras 10 de cautiverio. Sin embargo, desde mayo del año pasado, 9 barcos más han sido atacados y 2 barcos y 54 rehenes siguen en manos de los piratas. La amenaza permanece y cuesta mucho dinero. El informe del Banco Mundial de abril de este año, del que podéis ver aquí un resumen en castellano, da la razón al comandante de la Atalanta. El descenso de ataques sólo se sostiene por el uso de la fuerza y regresará si la fuerza naval se va y no cambia la actual política de ayuda a Somalia. Según el estudio la piratería le cuesta a la economía global aproximadamente 18 000 millones de dólares al año en costos comerciales agregados y afecta gravemente a la actividad comercial de países vecinos. Concluye el estudio que la solución a la piratería pasa por soluciones en tierra y en la reconstrucción del país. Las naves de guerra no se pueden entender como una solución sine die.
Por José Vallés