Momento Homeland: capturado el Brody francés
La historia de Gilles Le Guen bien podría protagonizar un serial televisivo porque su caso, a pesar de su detención, está lejos de haber quedado resuelto. Les explico: Francia ya tiene a su Nicholas Brody.
El protagonista de Homeland es un soldado norteamericano que se convierte al Islam tras ser capturado por la insurgencia afgana. Rescatado por sus antiguos compañeros acaba en EEUU con unas intenciones que no vamos a desvelar pero que no tienen buena pinta. Gilles Le Guen es un francés de Nantes nacido en 1955. Marino mercante, se convirtió al Islam en 1985 haciéndose llamar "Abdel Jelil". Realizó visitas a Mauritania y Marruecos antes de llegar a Tombuctú (Malí) con su familia en 2011.
Francia le buscaba desde que sus servicios secretos lo descubrieron en septiembre de 2012 en las filas de Al Qaeda del Magreb Islámico (AQMI). En octubre de 2012, publicó en el portal YouTube un video en el que advertía a Francia, Estados Unidos y la ONU de que no debían intervenir en Malí. Dijo que estaba dispuesto a luchar contra las fuerzas francesas durante la operación "Serval”. Aparecía con un turbante negro con un rifle de asalto a su lado y posando delante de un fondo negro con el símbolo del AQMI.
Fue detenido en Tombuctú en la noche del domingo al lunes por las fuerzas francesas. Vagaba cansado y sólo incapaz de combatir, según informaron fuentes francesas. Fue entregado a las autoridades de Malí que ahora tiene que decidir si lo expulsa a Francia.
Sin embargo, hay muchas dudas sobre su actividad en Malí. Según han reportado medios franceses de diversas fuentes, fue arrestado el 11 de noviembre por los propios miembros del AQMI como sospechoso de ser un espía de Francia y de no cumplir con los "valores" de las facciones islamistas. Puesto en libertad en diciembre fue visto nuevamente en Tombuctú viajando en una motocicleta.
Según revela el corresponsal de France 24, Serge Daniel, tras reunirse con él antes de su captura, Le Guen "no era lo que podríamos llamar una verdadera línea dura". Asegura que en una ocasión intervino para detener el maltrato de civiles locales por un grupo de yihadistas. Cuando los islamistas tomaron Tombuctú y le dieron la responsabilidad de la distribución de electricidad en la ciudad, los locales le veían como alguien relativamente moderado en sus relaciones con la población local, llegando a interceder a favor de las mujeres cuando eran tratadas brutalmente. Por lo visto, llegó a liberar de la prisión a las mujeres que habían sido detenidas por el nuevo jefe de la policía.
Cuando las fuerzas francesas tomaron el control de Tombuctú los combatientes islámicos huyeron de la ciudad pero al parecer dejaron a Le Guen detrás. Si se quedó porque quiso o porque le abandonaron es algo que aún no está claro, como tantas cosas de este caso.
Eso sí, el suyo no es único. Decenas de ciudadanos franceses y de otros países europeos han viajado a Malí para luchar junto a los islamistas en esta guerra.
Por José Vallés