Un cañonazo a destiempo de nuestra más moderna fragata
A la fragata Cristóbal Colón se le escapó un cañonazo el pasado sábado en el puerto de Yibuti. Si, se le escapó, como oyen, y salió del cañón que pueden ver en la foto y en el vídeo pocas horas después de que lo grabáramos. Afortunadamente el proyectil no llevaba carga y además cayó al mar sin consecuencias. Fue casualidad que justo un rato antes del incidente el ministro Morenés y un grupo de periodistas visitáramos el buque. La Armada investiga cómo pudo dispararse.
El cañonazo se escuchó en el hotel Kempinski, a apenas un kilómetro y medio en línea recta del lugar del puerto de Yibuti donde cuatro buques de guerra españoles, entre ellos la fragata Cristóbal Colón, estaban amarrados para realizar el relevo en sus respectivas misiones de lucha contra la piratería en el Índico (Atalanta, de la UE, y Ocean Shield, de la OTAN). En el hotel, donde se alojaba el ministro y los periodistas que le acompañábamos, nadie reparó demasiado en aquél ruido que parecía una salva cualquiera, salvo quizá para algún marinero acostumbrado a los cañonazos. Por eso la noticia no ha trascendido hasta ahora.
El caso es que aquél ruido era un disparo real de nuestra fragata más moderna, la Cristóbal Colón, durante la comprobación de sus sistemas de armas antes de partir a su misión en aguas del Índico, si bien el proyectil, al parecer, no estaba cargado de explosivos. Cayó al mar y no en ningún lugar habitado, aunque en aquella zona el tráfico marítimo es tan intenso que no es difícil acertar si jugamos a “hundir la flota”.
Durante la visita a los cuatro barcos pudimos asistir a la partida del Buque de Acción Marítima (BAM) “Tornado”, que regresaba a casa. Más tarde, desde el hotel vimos la salida de la fragata Álvaro de Bazán y el BAM “Relámpago”. La que se quedó en puerto un día más fue la Cristóbal Colón como consecuencia del incidente. La fragata salió de puerto el domingo a primera hora de la tarde después de que el embajador de España en Yibuti pidiera disculpas al ministro de exteriores de aquél país, aunque el ministro bien pudo excusarse directamente ante el presidente de Yibuti en la reunión que mantuvo con él en el Palacio Presidencial antes de regresar a España.
A pesar de que algunas informaciones como la de La Voz de Galicia especulan con la posibilidad de que el ministro estuviera a bordo en el momento del cañonazo, lo cierto es que el hecho sucedió horas después de haber finalizado la visita. También se apunta a que el proyectil pudo haber sobrevolado parte de la ciudad de Yibuti pero tal como estaban dispuestas las fragatas en el puerto y sus cañones, a este corresponsal se le hace casi imposible asumir esa tesis. Durante la visita el cañón de proa (el que disparó) apuntaba al mar y hubiera tenido que girar 90º hacia la ciudad para que el proyectil la sobrevolara lo que parece innecesario, absurdo y temerario.
Para quien no pasó inadvertido el incidente fue para alguno de los habitantes cercanos al puerto que se pasaron por ahí a reclamar una indemnización por el dolor de oídos que supuestamente les había causado el cañonazo.