Por Inma Coronel
A Deborah este año le toca celebrar las Navidades a distancia, a mucha distancia de casa. Esta cabo del Ejército del Aire está destinada en Yibuti, en el destacamento Orión hasta el mes de Marzo, y aunque se le empañan los ojos al mencionar a su hijo de 10 años, Deborah esboza una sonrisa, " es mi trabajo" dice.
Claro que podríamos decir que Deborah trabaja por partida doble. Acababa de llegar de 4 meses en Afganistán, y le ha vuelto a tocar otra misión. No es lo habitual, ni mucho menos, participar en dos misiones seguidas el mismo año, pero en su unidad son tan pocos que no había otro remedio.
Deborah pertenece a la UMAER. La unidad médica de aeroevacuación, son los primeros que llegan a socorrer a los heridos, o a llevarse a las bajas. Sus ojos han visto de todo. Afganistán nos dice "ha sido un máster". Hay cosas a las que uno no se acaba de acostumbrar, sobre todo al sufrimiento de los niños. Deborah cuenta impactada cómo tuvieron que evacuar a una pequeña afgana con las manos seccionadas. Se las habían cortado por robar un trozo de pan.
Su destino ahora es más tranquilo. La misión del Índico, de lucha contra la piratería no ha tenido ni una sola baja en los cinco años que lleva activa. Pero al otro lado de las puertas de la base, donde se encuentra el destacamento Orión, la miseria campa a sus anchas. Niños que lo único que piden es agua.
Deborah lamenta que esta misión no tenga un “role” (un hospital de campaña) porque asegura que, aunque en Yibuti no hay guerra, la pobreza es extrema. Por eso a veces salen con un camión a repartir alimentos y agua entre los más pequeños. Sólo por mejorar un poco la vida de estos niños merece la pena estar aquí, asegura Deborah, y se le vuelven a empañar los ojos al pensar en su pequeño, y en que tardará tres meses en verlo. Porque ni a Deborah ni a sus 47 compañeros del Orión les toca hacer lo que llaman un "Almendro", vamos, eso de volver a casa por Navidad, este año no va a ser posible.
Felices Fiestas a los 5200 soldados españoles que están en misiones internacionales, especialmente a la fragata Álvaro de Bazán y al Destacamento Orión, que nos trataron exquisitamente el otro día.