Aprovechando que se cumple un año desde que salió a la venta el libro "De qué hablamos cuando hablamos de estilo, 20 años de oficio, 20 consejos de moda" Temas de Hoy (Planeta S.A., 2015) entrevisto a su autor, Lorenzo Caprile. Sobre su libro, por supuesto; pero también nos sirve como pre-texto para una entrevista y una visita a su taller que deseaba hacer desde hace mucho tiempo. Y aprovecho para preguntarle por muchas cosas más que, sin embargo, no se apartan del motivo central, pues este libro casi "de manual" en temas de moda es también una muy amena narración de la vida profesional de su autor.
Aunque él, sus trabjos y su prestigio son archiconocidos dentro y fuera de España, pongámonos brevemente en situación sobre el mismo, para el público en general. Madrileño de nacimiento, se forma como modista en el Fashion Institute of Technology de Nueva York y en el Politécnico Internacional de la Moda de Florencia. También, humanista, es licenciado en Lengua y Literatura por la Universidad de Florencia (su hincapie en el correcto uso de la terminología, le delata). En 1986 trabajaba para importantes firmas de moda, tanto italianas como españolas. Y ya en 1993 abre su taller en el madrileño barrio de Salamanca. Sus creaciones han desfilado por alfombras rojas y pasarelas. Sus prendas únicas y artesanales han sido objeto de numerosas portadas de las publicaciones más conocidas. De una sólida y amplia formación y experiencia profesionales, resulta una rara avis en el panorama actual nacional. Independiente en sus opiniones y siempre abierto al debate, participa habitualmente en mesas redondas y conferencias en las pricipales instituciones y escuelas de diseño del país.
Mientras espero a que Lorenzo Caprile quede libre para la prometida entrevista me guían por las dependencias de su taller y me permiten moverme por él con total libertad. Enseguida detecto algunos de los ingredientes importantes para el éxito de la firma. Es un lugar agradable y luminoso, donde se respira trabajo y dedicación por todos sus rincones. Probadores, salas, pasillos y zonas de taller propiamente dicho atestados de materiales y de burros con cientos de vestidos de los más diversos tonos y tejidos. Parecen decir "aquí se trabaja y mucho para atender a una demanda que no entiende de crisis". Y sin embargo el ambiente y el ánimo de los empleados se detecta relajado, afanoso y muy motivado para un resultado común de cuyo éxito se sienten partícipes. El propio diseñador parece por momentos un empleado más, implicándose directamente en distintos estadíos de la producción.
Finalmente, entramos en el minúsculo despacho de Lorenzo Caprile, donde realizamos la entrevista y éste es a continuación el resumen de la misma.
¿Cómo surgió la idea de este libro?
La idea surgió de la editorial, no fue una idea mia. Como se cumplían ya diez años del otro que escribí, “Vamos de boda”, que funcionó bien en su momento y además tengo una buena relación con la editorial, me pidieron que escribiera otro más general, no centrado en temas de boda necesariamente.
Lo que sí fue idea mia desde el primer momento es que quería el tono que tiene. En principio me pedían un libro más tipo lo que se lleva, lo que no... Tipo libro de Nati Abascal. A lo cual me negué. Había ya un montón de libros de ese estilo y además yo no soy la persona más indicada; en todas mis entrevistas he huido un poco de eso, me dan repelús todos esos personajes que hay ahora dictando normas. Todo es muy relativo y todo depende mucho de la persona, de la edad, del momento… Así que mi granito de arena en la idea es que fuera un tono más didáctico, un libro más para todos los públicos y unisex, no solo para mujeres. Pero la idea del libro en si fue una propuesta de la editorial.
La estructura también me parece un gran acierto y una novedad en la literatura al uso de estos temas.
Para que tenga un hilo conductor que no sea muy árido, pues que sea un repaso de mi vida profesional como ancla. Cómo me he ido formando y de cada etapa, de cada experiencia lo que he ido sacando en claro y los consejos que a partir de ahí se pueden dar a los lectores.
Es un trabajo no solo de experto en estilo sino también literario. Un libro que aun siendo ensayo se lee de un tirón como si fuera una novela.
Pues muchas gracias. Las editoras me ayudaron también muchísimo en el tono coloquial normal sin palabrería, ni términos “raros” , que es lo que me carga un poco de estos personajes de hoy de la “moda oficial” que, al modo de los políticos, cuanto más terminología rebuscada y palabrejas raras más importancia parecen darse en su discurso. La ropa es una cosa muy sencilla, no tiene mayor misterio: Que estés guapo o que estés feo, que te siente bien o que te siente mal, es como el fútbol, o metes gol o no metes gol. Todo lo que sea filosofía o estrategias y tal para mi sobra. Es muy facilito, unos juegan mejor y otros peor… Pues con la ropa es lo mismo.
Veo varios planos imbricados. El hilo conductor es tu biografía de alguna manera. Pero te apartas de él según conviene y hablas a la clienta, al estudiante y hablas también de historia de la moda. Paralelo a ti hay una historia de la moda, de la que formas parte. Y en eso también te vas atrás y adelante según convenga.
Es lo que te decía, fue un esfuerzo y lucha con las editoras que querían un libro muy unisex para todos los públicos, nada en plan "fashionista" como para los iniciados, lleno de palabrejas inglesas que solo entienden las blogueras y a veces ni ellas; y en ese sentido por lo que me dicen los que lo han leído, por lo que indican las ventas y por muchas escuelas que sé que lo están ya recomendando (no incluyendo en sus planes de estudio, pero casi) creo que es misión cumplida. Texto muy ameno muy fácil y que te dice las verdades del barquero, ésas que nunca están escritas.
Además, al menos en los dos primeros tercios del libro se aprecia que te detienes en explicar a los no entendidos cierta terminología básica cuando aparece. Después, ya en la última parte, la riqueza de referencias requieren cierta investigación del lector.
Sí, es que a veces cuando hablamos de moda damos por supuesto que la gente normal comparte nuestros conocimientos y nada más lejos de la realidad. Como alguien que habla de cocina también debe explicar ciertos términos culinarios, igualmente entiendo que debía explicar e incluso aclarar ciertos puntos que o no son conocidos o son mal usados. Por ejemplo esa distinción entre tejidos y fibras que tantas veces se olvida y otros muchos ejemplos.
¿De ventas qué tal está funcionado?
Por lo que yo sé de extranjis, va muy bien. Para lo poco que se vende hoy en día el papel y para la poquísima publicidad que se hizo, bastante es. Toda la campaña me la curré yo el año pasado, de comunicación a los medios, de mandar mails, etc… No tienen presupuesto en las editoriales para los lanzamientos. Lo reservan para cosas que ellos estiman que van a ser un exitazo tipo Maria Dueñas y tal… Y ni aun en ese caso han hecho presentación. En el mundo editorial las cosas están muy mal… Justo ahora cumple un año mi libro y se estima que en breve saldrá la tercera edición a pesar de todos los escollos de las circunstancias actuales. A mi sobre todo me interesa que para este año se implante en las escuelas más que para señoronas de cada ciudad. Hacer presentaciones en centros como la Politécnica, el CSDMM, el IED, otra escuela que hay en Burgos, etc… Porque creo que para los estudiantes es un texto muy básico, muy clarito, que te quita muchas tonterías de la cabeza y que te habla muy claro ¡Ojalá me hubieran hablado así de claro a mi cuando empecé!
¿Y del interés para las usuarias de la moda?
Bueno, las usuarias son un poco especialinas, tienen su blog, sus revistas de moda, su mundo de fantasía e ilusión, es un libro algo árido para ellas, creo. A ellas les gusta soñar. Me interesan más los futuros profesionales del mundo de la moda, no solo diseñadores, cualquier profesión en torno a ese mundo, que son muchas (fotógrafos, del mundo de la comunicación, etc) Creo que es un texto que podría ser casi, casi obligatorio para la formación.
Esos 20 consejos del final ¿No te parece que deberían leerlo no solo los futuros profesionales? También podrían ahorrar mucho tiempo, dinero y desengaños al usuario de a pie.
Sí, pero ya sabes que el interés económico trata de todo lo contrario. Hay mucho dinero de por medio en este mundo y ese ahorro que mencionas no interesa.
Te metes incluso en terrenos nada simples como el patronaje y sus consideraciones, que me recuerdan a ciertos ámbitos de la geometría matemática y a pesar de ello la sencillez con que lo tratas es notable.
Es que es lo mismo que la topología del plano, es exactamente igual, pasar del 2D al 3D, del plano al volumen, igual que en el diseño industrial, en la arquitectura, igual. La diferencia entre pinza y corte, por ejemplo. Aunque según el diseño, pueden transformarse en lo mismo… Que es lo que yo le digo a los chicos, que el dibujito puede estar muy bien pero para ser realmente innovadores hay que conocer la técnica, pues eso ya te va indicando donde puedes renovar y hacer cosas nuevas que sobre el dibujo muchas veces ni se te ocurren.
Dices e insistes en que no eres un artista sino un modista (ojo, con ‘a’)
Esto es un oficio como otro cualquiera. Hay una parte de creación sin duda pero de ahí a llamar arte a todo lo que se hace… Algo se puede convertir en arte con el tiempo, pero aquí lo que estamos haciendo es un producto, una marca, un estilo, un vestido de calidad que satisfaga al cliente, con su venta como objetivo.
¿Qué nos puedes comentar de ese diseño que hiciste para la actual reina, Letizia. Ese vestido rojo, portada de todas las publicaciones del momento y cuya imagen aun hoy sigue siendo referente citado con asiduidad? Es curioso que siendo una de tus clientas más célebres, lo menciones tan poco.
De eso nunca contesto ¡Eso fue hace muchos años, hombre! ¡Madre mía, hace doce años ya! Estamos en el 2016. Para un profesional en la moda, que un trabajo tuyo de hace 12 años aun se hable de él y levante ampollas para bien o para mal pues es un orgullo y un privilegio, no vistes todo los días a un personaje así… Pero eso está ya más que pasado… Aunque es un orgullo obviamente que eso este en mi curriculum, claro.
En conexión con esto anterior ¿Qué te parece la vuelta de Varela (conocido como 'el diseñador de la reina') a la pasarela de la MBFWM y la colección que presentó?
No, no puedo opinar, ni para bien ni para mal. Es un mundo que no comparto, ni vivo todo el mundo digamos "oficial" de la moda española, nunca he estado en él. No he participado nunca en Cibeles, no soy miembro de la asociación; con lo cual opinar de algo que no conozco me resulta complicado. Me imagino que él habrá tenido sus razones para regresar y me parece fenomenal. Cada uno diseña sus estrategias de negocio como sabe y como mejor cree. Es un empresario como la copa de un pino y habrá tenido sus motivos, que no conozco y por tanto no me parecen ni bien ni mal. Sobre la colección también imposible opinar; no la he seguido ni la he visto. Es un mundo que me supera y no estoy al tanto ni de ésa ni de ninguna otra colección. No estoy obsesionado con lo que se lleva ni con las tendencias últimas porque me parece que mi trabajo va por otro lado.
¿Es falta de tiempo? ¿Es que te centras en otras cosas? ¿Por qué no desfilas?
Es muy sencillo, creo que los desfiles son válidos y necesarios si tienes una marca global detrás. En España el mejor ejemplo es Agatha Ruiz de la Prada; ella hace sus desfiles estrambóticos y extravagantes y llenos de color y tal, sabiendo que de esas prendas a lo mejor no vende ni una o pocas pero que ese golpe mediático arrastra que venda sus perfumes, los disfraces, la ropa de niños, las neveras, los radiadores, los cojines, los muebles... Todo el universo Agatha Ruiz de la Prada, que lo ha sabido desarrollar estupendamente bien. Para ese tipo de marcas un desfile es casi obligatorio porque es una campaña publicitaria a lo bestia. Para marcas como la mía, que tengo aquí mi taller con mi clientela, que todo el mundo sabe lo que hago, un desfile es un egotrip. No creo que fuera yo a tener mas clientes porque hiciera un desfile mejor o peor. No es que no me haga falta, es que mi modelo de negocio no necesita un desfile para sobrevivir. Es mi opinión. Que lo haga un Louis Vuitton, que lo haga un Chanel, un Gucci, una Agatha Ruiz de la Prada (que quizá en españa es la marca más completa en ese sentido) que lo haga un Promovías porque es una distribución de prét à porter, y simplemente con que haga fotos bonitas de su desfile ya tiene el catálogo de su colección ¿Pero que lo hagamos nosotros? Que por no tener no tengo ni un prét à porter ni una tienda abierta al público ni un mísero córner en El Corte Inglés es un absurdo, cuesta muchísimo dinero, esfuerzo y tiempo y, como empresario ¿Dónde está el retorno de eso?
¿Agatha Ruiz de la Prada sería una de esas pocas que, mencionas en tu libro, desfilando llevan luego el proceso hasta el final?
Efectivamente.
Hay muchos que desfilan y luego no se sabe más de ellos ¿De dónde sacan los medios?
Todos los conocemos, no te voy a dar nombres que bastantes enemigos tengo ya (risas) No voy a entrar en ello. Eso te lo dejo a ti.
¿Alguno más además de Agatha Ruiz de la Prada?
En España. Desfilaba Roberto Verino y ya ha visto que tampoco lo necesita más. Otro que tiene un conglomerado serio a nivel nacional con una red de tiendas un prét à porter que distribuye, unos perfumes, unos complementos, etc. es Angel Schlesser. Porque la mayoría hacen el desfile, se habla de ellos ese día y luego si me quiero comprar una prenda de fulano o de mengano ¿A dónde voy? ¿A su casa? La mayoría tiene el estudio y al lado la cama, que todos los conocemos. Por eso te digo que Agatha para mi es una referencia de lo que es un verdadero negocio. Somos los polos opuestos en la interpretación del negocio pero para mi ella es una referencia porque es una marca de moda total del siglo XXI, monta esos desfiles escenográficos espectaculares para hablar de si, para llamar la atención, para crear polémica; tal que su nombre suena y suena machaconamente y así cuando luego vas al duty free de turno y veas mil perfumes te suena y eliges el de Agatha Ruiz de la Prada y no te suena la marca “mariví” por ejemplo…
¿No te parece que a su éxito ha contribuido también ese potente respaldo mediatico familiar?
Ese respaldo lo tenía, ya no lo tiene y aun así sigue arriba. No hablemos de los “respaldos” varios que han tenido algunos porque podemos estar aquí toda la mañana. Ella es una curranta nata, la primera que llega a su estudio y la última que se marcha, sé lo que digo porque nos conocemos desde hace mucho. Ha sabido desarrollar muy bien su negocio y su apuesta por el color como rasgo distintivo inconfundible. Que le habrán ayudado más o menos, no lo niego, pero todos conocemos también a personajes a los que han ayudado mucho, y con muchísimo dinero, y mira dónde están… Y ahí lo dejo. cada uno usa las herramientas que tiene a mano. Ella es muy inteligente, la vida le vino de cara, lo ha aprovechado y ha montado una marca de moda como yo creo q tiene que ser. O te quedas en el taller artesanal exclusivo y tal, tipo éste mio o si ya es una marca de moda, que sea una marca de moda de verdad, con tus productos, tus licencias, tu estilo de vida... Ya las marcas de moda no son solo la ropa, engloban un poco todo ¿No? Ella en ese sentido lo ha hecho fenomenal, con un sello propio. Algo que yo admiro y respeto muchísimo. Si estás comprando una marca, un valor añadido, es porque quieres que se reconozca. De lo que hay ahora mismo en 'Cibeles'... No quiero hablar mal de mis compañeros, pero si veo un desfile de Agatha sé que es de Agatha; los otros tengo que ver el pie de foto para distinguirlos… Más o menos el estilo de los otros está siguiendo la tendencia común, el Vogue America y tal pero no tiene ese trazo distintivo del que hablo en mi libro. Agatha te podrá gustar o no, pero lo ves y sabes que es de ella ¿La moda firmada para qué está? Para que se reconozca como tal, si no me voy a Zara o me voy a HyM.
¿Qué te parece Adolfo Domínguez?
Un magnifico empresario, que tampoco necesita desfilar. Entra dentro de ese grupo que mencionábamos; diseñadores de moda pioneros, productores, empresarios. A otro nivel.
Hablas en tu libro de ciertos encargos que acaban siendo “caramelitos envenenados” ¿Ha resultado quizá así el traje de novia que hiciste para la que era Infanta Cristina? (otra de tus creaciones con enorme repercusión mediática)
¡No en absoluto! ¡Para nada! ¿Por qué? En mi definición de tal me refiero más a las alfombras rojas. Ese encargo de la infanta fue una cosa muy especial. No, yo me refería a ese tipo de encargos que coges con ilusión, más que de bodas (donde la prensa es en general muy benévola) me refiero más bien a las alfombras rojas en que al personaje mediático de turno lo coges con muchísima ilusión y luego al día siguiente, no se sabe muy bien por qué, la prensa machaca tu trabajo. Porque no da en foto, porque tenia un mal día, porque ha llegado tarde, porque le han peinado mal, porque a lo mejor a la bloguera más influyente le ha hecho un feo y se la tiene jurada... Por mil motivos diversos que tú no controlas, la crítica posterior carga sobre tu diseño.
¿Qué opinas sobre el juicio a Cristina de Borbón?
Ya manifesté en su día que es un tema que me tiene muy triste. Es una persona a la que quiero y la que estoy eternamente agradecido. Siempre he sentido su apoyo a muchos niveles, profesionales y personales, sin tener ella ninguna obligación. Me produce la misma tristeza que si le pasara algo similar a cualquier amigo. No sé si será verdad o no lo que se está enjuiciando, pero es una persona a la que quiero, que conmigo siempre ha sido correctísima, y yo siempre estaré ahí manifestándole afecto a nivel personal. Con las personas que quieres y que te quieren y te han ayudado, me educaron que hay que estar a lo bueno y a lo malo.
Nos hablas también tu libro sobre ese entusiasmo que te produce trabajar en la creación de vestuarios para teatro y cine ¿En qué estado se encuentra esa parte de tu actividad?
Mira, por ejemplo el mundo de los tejidos y su comportamiento posterior en un diseño es un misterio, de ahí su enorme atractivo; y eso es el teatro uno de los sitios en que más se manifiesta. Actualmente he estado colaborando en la obra “De un tiempo a esta parte” un monólogo de Max Aub con Carmen Conesa. Otra reciente colaboración es para la obra que se estrenó en El Matadero, “En el oscuro corazón del bosque”, un cuento para adultos con texto y dirección de Jose Luis Alonso de Santos. En ambos el vestuario esta a mi cargo y es confeccionado aquí mismo en el taller. Luego tengo el encargo de un “Ricardo III” de Shakespeare para el director Eduardo Vasco, con el que colaboro siempre todos los años. Y luego en mayo estreno en Berlin un vestuario para ballet para la compañía que dirige allí Nacho Duato, un ballet que se llama “Joyas” (Jewels).
¿Cuánto tiempo tuyo y de tu taller requieren esos encargos? ¿Te dejan tiempo suficiente para tu actividad central?
Algunos se hacen en mi propio taller, pero otros en cambio se hacen en otros talleres bajo mi dirección. Lo compagino bastante bien. Fue una crisis existencial que tuve a los diez años de abrir mi taller, sobre el 2004; necesitaba como un aire nuevo. Sondeé el tema de los vestuarios y de ahí salieron algunos encargos. Así felizmente hasta el día de hoy.
Dedicas al coleccionismo de prendas vintage
Quizá algún día se pueda exponer. Es una afición cara, no por lo que cuesta la ropa en si (siempre que sepas buscar y elegir) sino por lo que supone su almacenaje y conservación adecuados. Es un proyecto vital que requiere conocimientos, tiempo, dedicación y espacio. Quizá la próxima entrevista podamos hacerla allí.
Más de cuarenta minutos que se pasaron como si fueran solo diez. De una entrevista que más bien me supo a charla de amigos y que me dejó con muchas ganas de volver y seguir aprendiendo. Es así de directo y de sencillo nuestro entrevistado, nada endiosado por un prestigio y una trayectoria reconocidos a todos los niveles y con una infinita paciencia frente a las preguntas de quien escribe. Suele ser así con las personas con clase, la verdadera clase.