Los agentes de la comisaría de San Teodoro investigan la misteriosa muerte del buceador Lorenzo Barisoni. Se trata de un expresidiario que la policía genovesa ha estado vigilando durante un tiempo en relación al tráfico de objetos nazis de la Segunda Guerra Mundial.
Barisoni trabajaba en un conocido centro de buceo, que dirige su yerno Claudio Pastorino, junto a sus hijos Bernardo y Fulvia, la esposa de Lorenzo. Fulvia y Lorenzo se conocieron en prisión, donde ella trabajaba como voluntaria. Tras enamorarse de ella, él decidió dar un cambio radical a su vida.
Poco después, Blanca participa en una misión encubierta: acude al centro de buceo, haciéndose pasar por una alumna de un curso para buceadores ciegos, para recabar información que determine si Lorenzo es un traficante o una víctima.
Posteriormente, el caso de Lorenzo Barisoni se complica cuando los investigadores policiales descubren que el tráfico de objetos nazis es la punta del iceberg de una vasta red criminal. En el barco alemán donde fueron encontrados los artículos había también un cargamento de TNT, explosivo que la banda está sacando de la embarcación con la ayuda de Bernardo.
Durante su infiltración en el centro de buceo, Fulvia descubre que Blanca es policía, pero la joven invidente logra convencer a la mujer de la importancia de conocer lo que realmente le sucedió a su marido para poder demostrar su inocencia. Posteriormente, Fulvia tiene un accidente automovilístico en un acantilado y acaba en coma.