En la comisaría reciben una llamada anónima, en la calle Piamonte 63 se han escuchado ruidos la noche anterior y creen que algo ha pasado allí. Blanca es la encargada de contestar pero solo tiene esos datos.
Al escuchar la dirección, el inspector Liguori se queda muy sorprendido y decide acudir él mismo para ver qué ha podido suceder. Le acompaña en esta ocasión Carità, a Blanca no la deja ir el comisario.
Cuando llaman al timbre, el inspector le dijo que le abra, que es su sobrino. Carità se queda impresionado con el edificio y con la idea de que Liguori sea dueño de este palacio. El inspector le explica que cuando era pequeño vivió allí pero después ya no. Pero sigue perteneciendo a su familia.
En el edificio se encuentran con un joven muerto. Su tío le explica que no se enteró de nada, pero Liguori descubre que en uno de los muebles hay una cartera que no parece que sea de él. Durante la investigación, el policía no tiene más remedio que interrogar a su tío y contarle al comisario que la cartera estaba en la casa. Así que se convierte en el sospechoso principal de la muerte del adolescente...