Lleva 47 días en la UCI en un hospital de Puerto Rico tras sufrir un infarto y contraer después una bacteria en el hospital. Ana es pareja de Chema y lanza un llamamiento a través de los medios de comunicación porque su situación no tiene salida: necesita un avión medicalizado pero también una autorización expresa de la familia de Chema para que se le practiquen dos intervenciones necesarias antes del viaje. Según su testimonio, no quieren darla porque así también asumirían la deuda total del hospital y los médicos que atienden a Chema y que podría ascender a 300.000 euros.
Chema fue a Puerto Rico con su pareja, Ana, por una posibilidad de trabajo. No pudo ser, se quedaron unos días para conocer el lugar y fue cuando todo empezó: “Al segundo día me encontré a Chema en el apartamento, morado y sin pulso. Tengo que realizarle una reanimación cardiopulmonar, consigo que respire, llamo a emergencias y la ambulancia tardó en llegar 18 minutos”.
Le trasladaron al hospital más cercano porque era una situación de “emergencia vital” y todo se complicó porque ha estado sin oxígeno y no sabe cuántas horas: “Tiene un daño cerebral grave pero podría tener un tratamiento en España para recuperarse”.
El tiempo se acaba para Ana y es que sus visados se agotan, Chema puede permanecer allí hospitalizado, pero ella tiene que volver a España el día 22 de agosto, dejándole solo: “No puedo dejarle atrás, tiene que volver a territorio nacional”.
Ahora, Chema está “en estado estable pero en situación crítica”. El único modo de volver a la península es con un avión medicalizado pero para ello tienen que practicarle dos intervenciones para las que necesita autorización de su familia: “Nunca vinieron, esa es la verdad, ni tenían intenciones de venir y, por lo visto, tampoco tienen intención de firmar la autorización porque conlleva una deuda economía y no quieren hacerse responsables”.
Ana está intentando asumir ella esta responsabilidad, lo ha intentado porque pueden comunicarse con Chema a través de parpadeos y tiene también la autorización de la expareja de Chema, madre de su hijo: “A ver si hoy me dan la respuesta y podemos prescindir de la familia para poder avanzar y salvar a Chema porque es recuperable pero en un centro especializado neurológico en España”.
Ella está en contacto con su médico, también con las instituciones, con médicos sin fronteras y con el presidente del Gobierno: “No sé a quién más acudir. Solamente me quedaba darle difusión para poder recaudar lo máximo posible para conseguir un avión medicalizado y lo que sobre dárselo al hospital y que la factura final fuera un poco menos”.