Susana lo deja todo por una persona que prácticamente no conoce. Él hace que se sienta especial pero muy pronto descubre que los celos y esas primeras prohibiciones son la antesala de un infierno del que cada vez será más difícil escapar. Susana se va a vivir con él y se siente libre aunque sin saberlo ha entrado en una jaula en la que él pretende encerrarla poco a poco haciendo que se sienta prisionera de su propio destino.