Marina, sobre su agresor: "Me atrajo muchísimo desde el primer momento"
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Marina y Bladimir se conocieron el 11 de noviembre del 2001 bailando salsa. "Me atrajo muchísimo desde el primer momento y me dejó totalmente obnubilada", relata esta mujer al hablarnos del primer encuentro con el hombre que muy pronto se convertiría en su peor pesadilla. Esa noche es el punto de partida de una aventura que va a marcar a Marina el resto de su vida. Ella se siente atraída y no deja de pensar en él como si algo se hubiera despertado en su interior, pero pronto descubrirá una primera señal del carácter dominante de Bladimir.
Marina se ve atrapada en una montaña rusa sentimental
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Bladimir es una persona ambigua, con dos caras muy diferentes entre sí. Marina a pensa le conoce, pero ha decidido apostar por la relación. Todo ocurre muy deprisa y sin saber cómo se ve atrapada en una verdadera montaña rusa emocional que poco a poco va a ir acabando con su estabilidad.
Bladimir le a Marina pide que aborte
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Bladimir se niega a dar explicaciones de lo que hace y cuando quiere castigar a Marina lo que hace es desaparecer sin dar señales de vida, consiguiendo que ella se sienta culpable por todas sus preguntas. Marina no puede evitar la ansiedad que le produce saber dónde está. Su presencia le hace daño y su ausencia le aterroriza. Piensa en dejarle, pero se queda embarazada y este acontecimiento inclina la balanza a favor de Bladimir. Él no quería tener hijos y le pide que ponga fin a su embarazo.
Bladimir se pone muy violento y pega a Marina repetidas veces contra paredes y el propio suelo. "Lloré muchísimo. Estuvo desaparecido durante semanas, pero decidí seguir adelante con el embarazo", nos cuenta.
Marina, víctima de la violencia sexual
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El embarazo sigue su curso y Marina hace todo lo posible para adaptarse a su nueva vida. No sabe si volverá o no y tampoco sabe cómo lo hará. Lo cierto es que pasado un tiempo, Bladimir regresa. Al principio supone un alivio para Marina, pero todo va a peor. El no duda en recurrir a la violencia general, una forma de sometimiento que suele ser tan habitual como poco reconocida.
Las humillaciones forman parte de la vida diaria de Marina y su hijo
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Bladimir regresa a casa y aunque Marina cree que el nacimiento de su hijo marcaría una nueva etapa en su relación, el joven no refleja ningún tipo de interés en el niño. Lejos de eso, su actitud empeora día a día y las humillaciones pasan a formar parte de su vida diaria.
Marina:" Me dolió cambiar de identidad, pero decidí hacerlo para proteger a mi hijo"
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Marina llega a durar de su propia percepción, ya que Bladimir con su doble juego ha conseguido desestabilizarla. La pareja decide casarse y él se marcha a Colombia para atender a su madre, desde donde sigue amenazándole y pidiéndole dinero. La pareja pierde el contacto y poco después se separan por Edictos. El juicio se celebra sin que Bladimir se presente y el juez dicta una medida de protección tanto para ella como para su hijo, delcarando a su expareja en busca y captura. El miedo y las amenazas le llevan a buscar la solución definitiva y Marina consigue el cambio de identidad para ella y su hijo.