Inés vio de cerca la muerte a manos de su marido en tres ocasiones. La primera sucedió sin el más mínimo aviso. Tras negarse a mantener relaciones sexuales con su maltratador, Inés estuvo a punto de morir ahogada a por la furia de su marido. Tras una agonía que la víctima recuerda entre lágrimas, tuvo escuchar de boca de su maltratador las siguientes palabras: "Venga, tonta, vete a trabajar... Que era una broma"