Araceli consiguió dejar atrás su historia de maltrato y ahora, tal y como su propia hija explica, tiene un espíritu de lucha y no de lamentación. Araceli asegura que, desde que se decidió a poner la demanda y salió de su escala de dolor, empezó a empoderarse poco a poco: "Mi vida está muy completa, no necesito a un hombre para sentirme completa", asegura.