María no fue la única persona agredida en la familia. Estefanía, una de sus dos hijas, también vivió un episodio agresivo con su padre. Un verano, llegó a casa con malas notas y éste la cogió del cuello, haciéndole daño. Estefanía le dio un puñetazo y fue a denunciarlo y, finalmente, su madre le dijo que le pidiera perdón a su padre por lo que le había hecho. María retiró la denuncia para evitar represalias.