Silvia tuvo dos hijos con su maltratador, a los cuales también humillaba y agredía. "Mi infancia fue muy dura. Ver cómo pegan a tu madre, verla llorar... Nunca le he visto como un buen padre. Cuando mi padre quería pegarnos, nosotras nos íbamos a una cueva y era el único sitio en el que nos sentíamos protegidas", cuenta su hija mayor.