Estefanía y Jenifer han recordado la fatídica noche en la que su padre le dio tres puñaladas en la espalda a su madre y después le asestó 9 golpes en la cabeza con una taza de váter. “Si llegamos a saber lo que iba a pasar, nos la hubiéramos llevado a China”, han dicho, al igual que para ellas era “impensable” que su padre llegara a hacer algo así.