A pesar de denunciar, la pesadilla de Gemma aún no ha terminado. A los dos días se celebra un juicio rápido y como medida preventiva le establecen: Una orden de alejamiento de 500 metros, la prohibición de comunicarse con ella y un teléfono con localizador GPS. A pesar de todo eso, él continua al acecho y el miedo de Gemma se intensifica.