Pese a los ataques de ira, Gemma retira la denuncia porque piensa que su pareja necesita ayuda y con la mejor de sus intenciones estrecha un vínculo que puede llegar a resultar mortal. Gemma le quita la denuncia porque no quería perjudicarle y, sobre todo, porque no identificó la primera señal del maltrato que se le venía encima y tampoco sabía las consecuencias que esa violencia iba a provocar en ella.